El módulo Blue Ghost, de la firma estadounidense Firefly Aerospace, envió impresionantes imágenes de la Tierra mientras orbita el planeta azul y previo...
- 25/01/2025 10:25
Génova-Panamá-Lima
Pocos meses antes de la inauguración del Canal de Panamá que ocurriría en agosto, el flamante Director General de Correos y Telégrafos (CyT) del Perú, Emilio Zapata, informó a la cancillería peruana, en abril de 1914, sobre la negociación de una ruta Lima-Colón-Génova para paquetes postales con Italia (Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, Caja 648, file 1, of. 41, doc. 15, 1914).
Zapata señala que CyT ha conseguido con Panamá una tarifa única para los paquetes o mallas postales desde Lima a Roma -pasando por Génova- y viceversa de 25 centavos de oro de franco francés o sol peruano sin atención alguna al peso. En aquellos días la moneda peruana tenía un valor cercano a la libra esterlina, consideración que pesó al momento de fijar la tarifa postal.
El acuerdo fue calificado de “bueno” tanto por la prensa inca como por la cancillería y se llevó a cabo entre la “Panama Rail Road Company” y la Agencia Postal del Perú que tenía sede en la ciudad de Panamá. El único pago que asumiría el correo italiano sería de tres francos por paquete que comprendería el manipuleo de la malla postal en el ferrocarril Colón-Balboa y el del transporte marítimo Balboa-El Callao.
En realidad la propuesta ya había sido aceptada por el Real Ministerio de Correos y Telégrafos de Italia el 17 de febrero de 1907, los siete años de negociaciones panameño-peruanas que siguieron a continuación se debieron a desacuerdos precisamente con la tarifa.
Respecto al itinerario, este quedó pactado de la siguiente forma: encomiendas hacia Panamá desde El Callao, salida todos los lunes; encomiendas hacia Génova desde Panamá, salida todos los jueves.
Se ofreció un servicio intermediario para recibir en el puerto de Mollendo (953 kilómetros al sur de Lima) las encomiendas hacia Génova que llegasen de La Paz (Bolivia). De otro lado, las encomiendas de Génova hacia La Paz tendrían que pagar 2.80 francos además de los tres francos del tramo Colón-Balboa-El Callao. El servicio con Bolivia no llegaría a funcionar porque los usuarios preferían enviar sus paquetes postales vía Arica.
El 18 de abril de 1914 se envió toda esta información a la Legación peruana en Roma para la adecuada difusión entre la comunidad peruana residente allá y entre las familias italianas que tenían parientes emigrados al Perú.
La ruta postal empezó a operar el 15 de mayo de 1914 y no sufrió interrupciones -a pesar de la situación bélica de Europa- hasta setiembre de ese año en que empezó la guerra submarina del Imperio alemán (MRE, Caja 648,file 1,of.106,doc.44,1914). Es claro que el inicio de operaciones del Canal acortaría los tiempos de entrega de los paquetes postales pero en los escasos cuatro meses de funcionamiento de la nueva ruta se utilizó únicamente el ferrocarril ístmico.
Si bien el Real Ministerio de Correos y Telégrafos de Italia insistiría en mantener el flujo postal con la costa sudamericana del Pacífico, el hundimiento de varias embarcaciones y la consiguiente pérdida de las mallas llevaría a retirar la ruta de la lista de servicios que ofrecía la CyT. La ruta no se retomaría sino hasta inicios de 1919 pero con nuevas tarifas.
La existencia de esta conexión, aunque efímera, mantuvo su valor estratégico, de hecho, la Compañía Italiana de Navegación “La Veloce” expandirá sus actividades hacia el Perú para llevarse a tierras romanas lana, café, cacao, tagua, algodón, cobre y cueros secos necesarios para el esfuerzo de guerra que llevaban a cabo en sus enfrentamientos con Austria-Hungría (MRE, Caja 659, file 17,of.130,doc.162,1914).
Un segundo elemento anecdótico de esta ruta es que el Perú la aprovechó para intentar la producción de películas cinematográficas sobre escenas folklóricas incas pero Italia, más interesada en documentar su propia guerra, declinó participar en el proyecto lo que llevó a la Legación peruana en Washington a planteárselo a los estadounidenses.
Éstos cotizaron de la siguiente forma: mil pies de película equivalían a 15 minutos de proyección, cada pie costaba USD$ 1.25 dólares, por lo que cada documental costaría USD$ 1250 dólares. Si se tiene en cuenta que el Perú necesitaría veinte documentales para la campaña turística que tenía diseñada, se puede inferir la fuerte inversión que las autoridades estaban dispuestas a realizar, pero la magnitud de la deflagración bélica que se verificaba en el escenario europeo de la Primera Guerra Mundial los convenció de su cancelación (MRE, Caja 650, file 7,of.64,doc.74,1914).
Esta es otra interesante página diplomática que se suma a aquella referida al esfuerzo del comisionado Rodríguez Larraín, excónsul peruano en Panamá, para estudiar una ruta de vapores Iquitos-Colón-Nueva York (MRE, Caja 660,file 1,doc.11,1914). Como se ve, los esfuerzos de la cancillería peruana por vincularse con Panamá no fueron pocos.
*El autor es exembajador peruano