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Índice AlTi Global 2025: Panamá en nivel ‘alto’ pese a desigualdad regional


- 20/04/2025 01:00
Panamá se sitúa en la categoría de “alto” progreso social con un Índice AlTi Global 2025, con 72,43 puntos y ocupa la posición 54 del ranking, mientras que la región de América Latina (69,46 puntos) en general experimenta una recuperación desigual en este aspecto tras la pandemia, según el reciente estudio de Social Progress Imperative y AlTi Tiedemann Global.
El Índice de este año muestra que después de una década de crecimiento constante en el progreso social hasta 2020, el mundo se ha estancado desde entonces. En el último año, 73 países (43 %) experimentaron poco o ningún progreso social, y 25 países (15 %) tuvieron una disminución significativa. Esto contrasta marcadamente con el desempeño económico global, ya que la mayoría de las economías se han recuperado del impacto del COVID-19 y continúan creciendo. Esto sugiere que el desarrollo global reciente ha sido principalmente de naturaleza económica.
El Índice de Progreso Social fue diseñado en 2013 por un equipo liderado por el profesor Michael E. Porter, de la Escuela de Negocios de Harvard; el profesor Scott Stern, de la Escuela Sloan de Administración del Massachusetts Institute of Technology (MIT), y el profesor Roberto Artavia de Incae Business School. En América Latina, el Incae Business School y la Fundación Avina son los socios de Social Progress Imperative para difundir el Índice de Progreso Social (IPS) y sus aplicaciones.
El Índice evalúa el desempeño de 170 países en indicadores clave como salud, seguridad, educación, infraestructura y derechos, y proporciona una medida integral de la calidad de vida más allá del producto interno bruto (PIB). En América Latina, los resultados muestran que, a pesar del crecimiento económico en varios países, los avances en progreso social han sido desiguales.
Durante la presentación del índice este año, Michael Green, director ejecutivo de Social Progress Imperative, manifestó: “El Índice de Progreso Social AlTi Global 2025 demuestra que el crecimiento económico por sí solo no generará resultados sociales y ambientales. Los votantes han emitido su veredicto en las urnas el año pasado, rechazando a líderes que brindaron crecimiento sin progreso social. Los inversores tienen un papel crítico en permitir y acelerar el crecimiento inclusivo y sostenible a través de inversiones en las cosas reales que importan para las personas”.
A nivel global, Noruega encabeza el ranking con un IPS de 91,95, seguido de Dinamarca (91,65) y Finlandia (91,28), que conforman el podio de las naciones con mayor progreso social. Suecia, Suiza e Islandia se mantienen en el top 6, y demostran una sólida combinación de bienestar social y desarrollo económico. Otros países europeos como Luxemburgo, Holanda, Irlanda y Alemania completan el top 10, y reflejan la estabilidad y calidad de vida que caracteriza a estas economías avanzadas. En contraste, Estados Unidos, con el octavo PIB per cápita más alto del mundo, ocupa la posición 31 a nivel global (81,61 puntos) en el IPS, y retrocedió una posición respecto al año pasado.
Chile (puesto 36) se mantiene como el país mejor posicionado en la región, con un Índice de Progreso Social (IPS) de 79,49, seguido de Uruguay (puesto 38. 79,26) y Costa Rica (puesto 39. 79,02). A pesar de estas posiciones destacadas, estos países aún enfrentan desafíos en términos de equidad y acceso a servicios esenciales. Otros países como Argentina (puesto 41. 76,85), Panamá (puesto 54. 72,43) y Brasil (puesto 55. 72,35) se encuentran en la categoría de “Alto” en progreso social, aunque persisten diferencias significativas entre su desempeño económico y social.
Jaime García, director para América Latina del Índice de Progreso Social, agregó: “El IPS revela con datos que más allá del crecimiento económico, necesitamos cerrar brechas en educación, salud y equidad para lograr una prosperidad que realmente transforme la vida de todos los ciudadanos”.
Uno de los principales desafíos que enfrenta la región es la brecha en educación avanzada. Mientras que países como Chile y Uruguay muestran niveles relativamente altos en este indicador (67.7 y 51.72, respectivamente), naciones como Nicaragua (17.9) y El Salvador (22.2) reflejan rezagos significativos. Esta disparidad limita las oportunidades de crecimiento económico basado en el conocimiento e innovación, lo que a su vez impacta en la competitividad global de la región. Mejorar el acceso y la calidad de la educación superior es clave para reducir desigualdades y fortalecer las capacidades productivas de la población.
Sobre este punto, la rectora de Incae Business School, Camelia Ilie, de nacionalidad española y de origen rumano tiene una postura. “La inversión en educación avanzada constituye una estrategia fundamental para la transformación regional, no un gasto sino un catalizador con alto retorno social. Como evidencia el IPS 2025, existe una correlación directa entre educación superior y competitividad, siendo el capital humano factor determinante para la innovación y la reducción de desigualdades que obstaculizan el progreso compartido”, destacó.
En términos de salud, Costa Rica (75.24) y Chile (72.85) lideran la región, pero países como Honduras (46.36) y Bolivia (50.06) muestran deficiencias alarmantes. La falta de acceso a servicios de salud de calidad, la infraestructura deficiente y la escasez de profesionales médicos agravan la situación en varias naciones. Es fundamental fortalecer los sistemas de salud pública, ampliar el acceso a servicios esenciales y mejorar la eficiencia en la gestión sanitaria para garantizar un mayor bienestar a la población.