• 11/06/2021 00:00

Gallego: '… sigan luchando'

“[…], reiteramos, […], el llamado del Comité de Familiares de Desaparecidos de Panamá Héctor Gallego (Cofadepa-HG), […] que demanda que el 9 de junio sea declarado Día de los Desaparecidos en Panamá”

Con la visita del papa Francisco, en el artículo “Las tres T de Francisco”, hice referencia a Héctor Gallego, al tiempo que pude compartir con él en Chitra de Veraguas. Lo definí, tal como lo hace el movimiento social panameño, como un “sacerdote que vivió de manera sencilla al lado del campesinado, que sufrió las precariedades diarias de los humildes del campo, que los llamó a organizarse para defender su derecho a la vida digna, a la tierra”. Gallego, abrazó la “iglesia comprometida con los pobres, generando el disgusto de terratenientes de la región”. Gallego, nunca abandonó su compromiso con los humildes, al punto que fue detenido el 9 de junio de 1971, desaparecido bajo el régimen militar de Omar Torrijos. Este año se conmemora 50 años de la desaparición forzada del padre Héctor Gallego, y seguimos exigiendo justicia.

Los campesinos y el pueblo panameño seguimos exigiendo Justicia para Héctor Gallego, pero seguimos su llamado: “Si desaparezco, ustedes no sigan buscándome, sigan luchando”. Tal como señala el sacerdote Conrado Sanjur: “… la gente de la iglesia de base, la comunidad, la sociedad consciente define que a Héctor Gallego no se le puede quitar su carácter martirial”.

Gallego, quien fue secuestrado y desaparecido por la Guardia Nacional panameña el 9 de junio de 1971, es parte de los mártires de la Iglesia comprometida con los pobres, con los humildes del campo y la ciudad; tal como fue Camilo Torres, sacerdote católico colombiano, a quien la pobreza y la injusticia social atrajeron su atención, abrazó las causas de su pueblo, muere en combate en 1966; como Rutilio Grande García, sacerdote jesuita, fundador de la organización campesina Comunidades Eclesiales de Base, amado por los campesinos y odiado por los terratenientes, asesinado por los escuadrones de la muerte en El Salvador en 1977, y como Óscar Arnulfo Romero, quien al aproximarse a la difícil situación socioeconómica y política que vivían los pobres de El Salvador, lo llevan a denunciar la pobreza y marginación de las mayorías desposeídas, la concentración de la riqueza por unos pocos, y a reiterar denuncias de la violencia militar, que llegaba hasta el asesinato de sacerdotes, asesinado en 1980 por un francotirador, a solicitud de grupos de ultraderecha. Este es el martirio de sacerdotes y monjas que hacen suyo el evangelio de los pobres, discriminados, excluidos, por un sistema que niega la vida digna.

A 50 años de su desaparición física, sus ideales, sus enseñanzas y su espíritu de luchador comprometido con las causas sociales, siguen siendo un legado histórico que vive y se fortalece en las luchas del movimiento popular que clama por justicia y equidad. Un pueblo que lucha para que se respeten sus derechos humanos, a la vida digna, alimentos, agua potable, trabajo y salario justo, salud y seguridad social, educación, vivienda, ambiente sano.

Hoy, cuando el país está sumergido en una falta de credibilidad y confianza por los altos niveles de negociados y corrupción (concesión minera, contratos en puertos y energía, venta de vacunas, entre otros), por parte de la mafiocracia (partidos tradicionales, seudoindependientes, empresarios y Gobierno), el movimiento social comprometido y consecuente con sus ideales, sigue luchando, tal como lo planteará Héctor Gallego.

Igualmente, reiteramos, una vez más, el llamado del Comité de Familiares de Desaparecidos de Panamá Héctor Gallego (Cofadepa-HG), que exige una atención responsable por parte del Estado panameño frente a los desaparecidos y asesinados, que reclaman justicia, y que demanda que el 9 de junio sea declarado Día de los Desaparecidos en Panamá.

En esta fecha, Conusi-Frenadeso reafirma nuestro compromiso de lucha, de seguir fortaleciendo y transmitiendo el legado que Héctor Gallego nos dejó. Un legado que representa la primera experiencia de sacrificio vivo, de entrega al servicio de los pobres y que bien pudiera reconocerse como el mártir de la Iglesia católica de Panamá como una manera de hacerle justicia. Héctor Gallego vive en las luchas del pueblo que abrazó.

Secretario general de Conusi-Frenadeso.
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