La explosión social en Panamá

La República oligárquica de Panamá es un país centroamericano donde ocurre una de las desigualdades sociales y económicas más grande del mundo.

Las familias poderosas conservan su riqueza a través de toda su historia. Estas riquezas, en su mayoría han sido amasadas mediante una gigantesca corrupción gubernamental. La clase media es casi inexistente en esta nación. La oligarquía (compuestas por casi cien familias) controla el gobierno, el comercio, la economía de servicios que impera en Panamá y las ganancias que produce el Canal.

Recientemente Panamá ha sido afectada por los efectos económicos de la guerra entre Rusia y Ucrania. El alza en los precios del combustible ha desatado una cadena de grandes aumentos. Los mismos han desatado una "explosión social" en esta nación la cual se manifiesta en disconformidad, protestas masivas cierre de calles, imposibilidad de llevar personal y medicamentos a los hospitales y cierres de escuelas. las protestas han derivado en el cierre de escuelas públicas, suspensión del transporte, incluyendo en las avenidas y convocatorias de paros.

La oficina de la ONU en Panamá llamó a las partes a “buscar el consenso”, mientras que la Iglesia Católica se ofreció a mediar en el conflicto.

El doctor Carlos Rivera Mann, politólogo e historiador de la Universidad Estatal de la Florida señaló “El descontento es generalizado y el repudio al gobierno es universal.

Por su parte el AFP Harry Brown, director del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales. apuntó que "hay un cúmulo de demandas insatisfechas que es lo que ha provocado las protestas, pero el detonante ha sido el precio de los combustibles, que ha impactado en el precio de todo.” Por tal razón la inflación con su concomitante pérdida del poder adquisitivo del dinero es insoportable, especialmente cuando en las Comarcas Indígenas y en los campos del país, la gente vive con menos de 5 dólares al día.

En los últimos días también han aumentado las críticas contra los sueldos de las autoridades, los escándalos de corrupción y los gastos de los parlamentarios, algunos de los cuales se vieron envueltos en la polémica luego de que se filtrara un video en el que aparecen celebrando con un whisky cuyo valor ronda los 400 dólares.

Panamá, con cerca de 4 millones de habitantes, vive así una de las mayores crisis sociales desde la invasión de Estados Unidos en 1989 La situación ha hecho saltar las alarmas del gobierno y de los empresarios, que temen pérdidas millonarias y ven amenazado el comercio, el turismo y la recuperación económica tras la pandemia. “Los problemas no son solo de un sector. El problema es de todos los panameños que hoy lo estamos sufriendo”, advierte el jefe general Guna, Rengifo Navas, uno de los indígenas que ha participado activamente en los bloqueos de tierras. (24 New Recorder, 2021).

El gobierno ya anunció una serie de medidas, incluyendo una congelación del precio de la gasolina y de la canasta básica, para tratar de aplacar la protesta, pero los manifestantes las consideran insuficientes y el desabastecimiento empieza a notarse en las tiendas del país.

La congelación del precio del combustible es imposible porque el mismo depende del mercado internacional.

La situación en Panamá es incierta ya que se han desatado las fuerzas sociales. Cuando estas se desatan de seguro ocurrirá un cambio en las estructuras económicas y gubernamentales.