• 05/01/2025 00:00

El desafío energético: equidad, seguridad, sostenibilidad

Cuando de descarbonización de las economías hablamos, es indudable que Latinoamérica y el Caribe están a la vanguardia de la transición energética, como la región más verde del mundo. Eso es gracia a que la hidroelectricidad, las fuentes eólicas y solares, junto al plantel de biomasa de la región, representan una porción importante de la matriz energética. Sin embargo, cuando ampliamos la lente, la Agencia Internacional de Energía nos muestra la realidad a la que nos enfrentamos en materia de energía y para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los más industrializados y de más altos ingresos y ‘muy altos’ en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), están recortando su consumo de energía, en gran medida basándose en la eficiencia energética y en ‘mejores’ tecnologías, por no mencionar que el crecimiento demográfico de estos países, en el mejor de los casos, está en una meseta. Como dato de interés, los países de la OCDE representaron colectivamente el 62,2 % del PIB nominal global, equivalente a 49.6 billones de dólares.

En cambio, en los países no pertenecientes a la OCDE, como es el caso de los países latinoamericanos, es en donde se está dando la mayor parte del crecimiento demográfico mundial y donde es necesario seguir aumentando su PIB para ‘mejorar la calidad de vida’ y sacar a muchos de la pobreza. Esto ayuda a explicar la razón por la cual el consumo de energía de estos países está creciendo de forma pronunciada durante el horizonte previsto a 2050.

La Perspectiva Energética Global 2024 de McKinsey & Company, publicada recientemente, afirma que la transición hacia la energía limpia también deberá equilibrarse con la asequibilidad, la resiliencia del sistema energético y la seguridad energética, en un entorno macroeconómico cada vez más incierto. Palabras menos, palabras más, el informe de McKinsey & Company nos dice que el aumento de la demanda de energía y el papel que siguen teniendo los combustibles fósiles en el sistema energético implica que las emisiones podrían seguir aumentando. En sus proyecciones, las emisiones a 2050 siguen estando significativamente por encima de los objetivos de cero emisiones netas en todos los escenarios desarrollados.

Refiriéndose a la ‘crisis energética’ que percibimos particularmente en Europa con el conflicto Rusia-Ucrania, el Foro Internacional de Energía (FIE), sugiere que se ha vuelto a poner la seguridad energética en el primer plano de la agenda y ha puesto a los ‘arquitectos’ de las políticas públicas ante difíciles opciones entre Seguridad Energética, Sostenibilidad Ambiental y Equidad Energética, mejor conocido como el Trilema Energético.

Garantizar la seguridad energética significa reducir la dependencia de una única fuente, promoviendo una combinación diversa de fuentes de energía e invirtiendo en infraestructura que pueda reducir los shocks energéticos provocados por interrupciones inesperadas. Diversidad de fuentes energéticas en un dinámico equilibrio es lo que le da robustez a la seguridad energética de cualquier país o región. En el 17th International Gas & Energy Forum (https://igefglobal.com/panama), evento que se realizará en Panamá, de 2 a 4 de abril 2025, se va a discutir, con amplitud, iniciativas para acelerar la descarbonización, integrando todas las fuentes de energía. El foro va a traer expertos, líderes empresariales y representantes gubernamentales de toda América Latina y el Caribe para intercambiar experiencias, presentar innovaciones y encontrar formas de financiamiento para proyectos de transición energética.

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