• 16/08/2024 00:00

Edadismo: discriminación por la edad y sus repercusiones (I)

[...] en el mundo occidental, el contexto cultural de la productividad, utilidad y funcionamiento independiente (Rice y otros, 2002) y la negatividad hacia el envejecimiento, incluyendo los mitos y estereotipos, entre otros, han hecho ocupar al adulto mayor como un estorbo, en esta sociedad de consumo [...]

El ciclo de la vida humana comprende la primera infancia (0-5 años), la segunda (6-11 años), la adolescencia (12 - 18 años), juventud (14 - 26 años), adultos (17 -a 59 años) y vejez de 60 años en adelante.

Cuando estamos jóvenes deseamos ser mayores, algunos quieren ser futbolistas, médicos, bomberos, pero de repente, han envejecido nuestros abuelos y papás, y es porque cada día envejecemos.

Y es que la vida avanza demasiado rápido, y la vejez tiene efectos físicos, mentales, y sociales, como inseguridad, y discriminación; e inclusive se convierte en un” peso”, que conlleva la “cultura del descarte”, como bien anota el Papa Francisco, aunque lo anterior, depende del tipo de educación que los jóvenes hayan recibido, o entre otros, también de que los hijos no hayan sido abandonados o maltratados por sus padres.

Así por ejemplo, en la cultura oriental Japón, China, India, Corea, hay un respeto incondicional hacia los adultos mayores, Confucio nos habla de la piedad filial, del respeto hacia los ancianos, se valora la sabiduría y la experiencia de las personas mayores y son una figura respetada y admirada por todos los miembros.

Por el contrario, en el mundo occidental, el contexto cultural de la productividad, utilidad y funcionamiento independiente (Rice y otros, 2002) y la negatividad hacia el envejecimiento, incluyendo los mitos y estereotipos, entre otros, han hecho ocupar al adulto mayor como un estorbo, en esta sociedad de consumo, “pues quien no produce no es útil”, (Sosa, 2016), y el “paradigma de capacidad de producir o de acumular riqueza material se asocia con la juventud, que es sana, fuerte y productiva en sentido inverso a las personas mayores, (Amico,2009).

Y son esos mitos y estereotipos o imágenes erróneos y esas falsas creencias sobre la vejez las que hay que prestar atención porque muchas de ellas llevan a la discriminación, así por ejemplo, se tiene la creencia de que: a) el envejecimiento significa enfermedad y dependencia, aunque las enfermedades no están vinculadas a la edad cronológica; b) todas las personas mayores son iguales, en realidad no, cada persona es diferente; c) las personas mayores pierden la memoria, pero esto no está determinado por la edad; d) las personas mayores no tienen capacidad para aprender e incorporar nuevos conocimientos, así se critica a los adultos mayores porque no manejan la tecnología, pero las personas mayores tienen muchas posibilidades para nuevas aptitudes; e) las personas mayores suelen estar tristes y aburridas, pero es que el estado anímico no tiene que ver con la edad; y, f) las personas mayores son improductivas, eso no es cierto pues hay muchas personas jubiladas trabajando y hay otras que se mantienen activas en otras actividades (Sosa).

Por tanto, con esa imagen que tiene la sociedad, los adultos mayores son objeto de discriminación de manera frecuente y esta práctica se conoce como edadismo, discriminación por la edad, otros lo llaman viejismo, o también con la expresión en inglés, “silver tsumani”, tsumani plateado, que es una carga.

De esa manera las personas mayores, no dejan de ser objeto de discriminación en el ámbito laboral, son objeto de malos tratos por sus familiares o terceras personas, o de expresiones burlonas, como por ejemplo, “cada día estás peor”, “antes sabías hacerlo”, “no se hace así”, “eso ya lo dijiste abuelo”, “cada vez oyes menos”, “estás chocheando”, (Cadrecha,2022).

Y así el edadismo, que se asocia con la discriminación hacia las personas mayores, también afecta a los jóvenes que son discriminados por su edad, afectados de manera concreta en el mercado laboral porque algunos consideran que son muy jóvenes (youngism) y no tienen experiencia, aspecto al cual nos referiremos en la segunda parte de este tema.

Por supuesto, que lo anterior ha ocasionado un conflicto intergeneracional entre las personas mayores de edad y los jóvenes por una competencia por empleos, en la que estos últimos exigen que los primeros se retiren de sus trabajos, para estos ocupar su lugar, aunque no pueden sustituirlos, tan fácilmente.

Pero, no podemos olvidar una realidad, y es que las personas que rebasan la edad de jubilación siguen trabajando forzosamente ante la carencia de una jubilación que no llega a cubrir sus necesidades y no les permite tener un retiro digno, y quizás algunos lo hagan porque quieren hacerlo, como el caso de los educadores.

En resumen, hay que combatir con políticas públicas, con educación, la discriminación contra las personas mayores, con una dinámica de pensiones y jubilaciones y de atención sanitaria que beneficie su calidad de vida; y en materia de empleo, no puede desaprovecharse la experiencia y conocimiento de las personas mayores, pero también hay que permitir a la vez la incorporación de los jóvenes en el mercado laboral.

La autora es catedrática de derecho penal UP
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