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- 19/10/2013 02:00
Atorrantes por doquier
La palabra atorrante tiene su origen etimológico en Argentina y Uruguay (Río de La Plata) y guarda relación con los trabajadores que instalaban unos tubos o cañerías marca A Torrans, propiedad de un señor Torrents.
En los diccionarios la definición encontrada es de vago, holgazán, pordiosero, sin domicilio, descarado.
En mi opinión aquí en Panamá la palabra tiene otro significado, se refiere a la persona que dice frases sin sentido alguno, sin conocimiento alguno, en el momento en que se trata un tema seriamente, y que conlleva, las atorrancias, estupideces y vulgaridades.
Es una persona que grita, para hacerse el gracioso o llamar la atención, palabras sin lógica alguna.
Esta actitud se ha convertido en una enfermedad más del panameño, que cada día se contagia más, ya que el ciudadano la ve pretty o normal.
Los atorrantes son los más escuchados en las radioemisoras del país y es a estas a las cuales se llama más y por ello mantienen una enorme sintonía.
Esta enfermedad también se ve reflejada en los medios televisivos, principalmente en los sábados por la noche, con un programa que reina como el más atorrante.
De repente alguien puede creer que es lógico oír atorrancias en un estadio de fútbol a la cual asisten en su mayoría jóvenes que no tienen ningún amor por la lectura y que casi siempre se encuentran en estado etílico.
También hay una banda musical azuerense en la cual el propio artista principal ha manifestado que en algunas ocasiones, yo creo que demasiadas, él dice atorrancias.
A la Asamblea Nacional, al cual el pueblo la ha calificado, desde hace muchos años, como reunión de brutos y que por ello es la institución más desprestigiada de la Nación, ha llegado ahora la atorrancia.
En el Órgano Ejecutivo hay atorrantes contratados para defender al gobierno en los medios televisivos. Estos expresan frases que dejan al televidente boquiabierto, por lo absurdo, grotesco, falso y falaz.
Esta enfermedad tiene que ver con la falta generalizada de cultura del panameño, esta última que es producto de la pereza para leer.
Mientras usted se sorprende por ver los concursos de cantos en Europa, donde salen jóvenes que no pintan muy bien, con voces de tenor o barítonos increíbles (Jonathan y Charlotte y Andrew De León, por ejemplo) acá usted observa jóvenes que cantan ‘mueves tu c... como una culebra’.
Últimamente se dice que en los medios televisivos o radiales de comunicación social aparecen unos sabelotodo, pero cuando usted los oye hablar se da cuenta de que nunca han viajado, que de milagro han leído un solo libro en su vida; eso sí, no se pierden las vulgares y soeces telenovelas que se dan en las televisoras.
Pero si hay un atorrante que brincó camas en carnaval, que se puede esperar de nuestros jóvenes con estos ejemplos.
*EMPRESARIO.