Con la llegada de un nuevo año, muchos tomarán un tiempo libre para vacaciones o viajes de verano. Y muchos se sentirán culpables por hacerlo. Y hasta se preocuparán de que todos los correos electrónicos se acumulen en el trabajo y, en muchos casos, continuarán revisándolos compulsivamente durante su valioso tiempo libre.
Pero, cuidado con este falso estado de desconexión. Asegúrese de encontrar un tiempo de descanso para aprovechar al máximo su hermoso cerebro. Todos los días somos bombardeados con información que viene de todas direcciones. Un día normal recibimos el equivalente a unos 200 periódicos de información. Las casi 20.000 estaciones de televisión del mundo producen unas 100.000 horas de programación original cada día, y las personas ven un promedio de cinco horas de televisión al día. Pero, por cada hora de video de YouTube que miras, se publican 6.000 horas de video nuevo.
Si te sientes abrumado, hay una razón: la capacidad de procesamiento de la mente consciente es limitada. Esto es el resultado de cómo evolucionó el sistema de atención del cerebro. Nuestros cerebros tienen dos modos dominantes de atención. Una red está activa cuando hacemos una tarea, nos concentramos en ella y no hay distracción. La otra está activa cuando la mente divaga y está en modo de soñar despierto. Estas dos redes de atención operan como un balancín en el cerebro: cuando una está activa, la otra no. Este sistema de atención de dos partes es uno de los mayores logros del cerebro humano, y es lo que permite aprovechar el fuego, construir las pirámides, descubrir la penicilina y decodificar todo el genoma humano. Esos proyectos requerían cierta perseverancia a la antigua usanza.
También existe el estado cerebral responsable de nuestros momentos de mayor creatividad y percepción, cuando somos capaces de resolver problemas que antes parecían irresolubles. Es posible que salgas a caminar, hagas compras o algo que no requiera atención sostenida y de repente, ¡boom!, aparece de repente la respuesta a un problema que te había estado atribulando. Este es el modo de soñar despierto, de divagar la mente y hacer conexiones entre cosas que antes no veíamos como conectadas.
Pero existe un tercer modo que ayuda a orientarnos y decirnos a qué prestar atención y qué podemos ignorar con seguridad. Sin duda, esto evolucionó para alertarnos sobre depredadores y otras situaciones peligrosas. El flujo constante de información de las redes, mensajes de texto y similares involucra a ese sistema y que impide que podamos mantener la atención en ninguna otra cosa por mucho tiempo.
Expertos han descubierto que el cambio entre soñar despierto y atención se controla en una parte del cerebro llamada ínsula. Cada actualización que lees en Facebook, cada tuit o mensaje de texto que recibes de un amigo, compite por recursos en tu cerebro con cosas importantes como si comer comida saludable o comida chatarra, si poner tus ahorros en acciones o bonos, o si conciliar o pelar con un amigo con el que acabas de discutir. Si queremos ser más productivos y creativos, y tener más energía, la ciencia dicta que debemos dividir el día en períodos de actividad. Atender las redes sociales debe realizarse durante un tiempo designado, no como interrupciones constantes del día. El correo electrónico también debe enviarse en horarios designados. El aumento de la creatividad se producirá de forma natural a medida que dominemos el “multitasking” y nos sumerjamos en una sola tarea durante períodos sostenidos de 50 a 90 minutos. Varios estudios demuestran que un paseo por la naturaleza o escuchar música pueden desencadenar el modo de distracción mental. Esto actúa como un botón de reinicio neuronal y proporciona una perspectiva muy necesaria de lo que estamos haciendo.
Soñar despierto conduce a la creatividad, y las actividades creativas nos enseñan la capacidad de cambiar el mundo, de moldearlo a nuestro gusto y de tener un efecto positivo en nuestro entorno. La música, por ejemplo, resulta ser un método eficaz para mejorar la atención, desarrollar la confianza en uno mismo, las habilidades sociales y el sentido de compromiso.
Distraerse no siempre es malo. Nadie quiere que el piloto de un avión o el médico del cuarto de urgencias lo hagan mientras están en plena funciones, pero sí nos gustaría que tuvieran oportunidades de descansar para que puedan descansar y estar atentos. Sabemos que las personas que trabajan muchas horas extras llegan a un punto en el que los rendimientos son decrecientes.
Tomar descansos es biológicamente reconstituyente. Las siestas son aún mejores; una siesta de incluso 10 minutos mejora la función cognitiva y disminuye la fatiga. Si podemos entrenarnos para tomar vacaciones regulares (verdaderas vacaciones sin trabajo y sin correos electrónicos) y reservar tiempo para las siestas y la contemplación, estaremos en una posición más poderosa para comenzar a resolver algunos de los grandes problemas del mundo. Y además estar más felices y descansados mientras lo hacemos.