• 01/12/2024 00:00

De ‘laptops’ y terquedad

Hay situaciones en las que, llevada por el sentido común y como ciudadana preocupada, “le meto cráneo” a ciertos asuntos. Una de esas preocupaciones surgió al conocer que la ministra Molinar comprometió $241.724.400 millones para la compra de 325.000 laptops para estudiantes y 54 .000 para docentes. Al empezar a conocer detalles de esta operación de grueso calibre, busqué información sobre el programa OLPC (traducido es “una laptop para cada niño”), pero dejé el tema en la bandeja de pendientes ante la avalancha de críticas que recibió y sigue recibiendo esta caprichosa y descabellada operación.

En internet se encuentra abundante información sobre la génesis de la OLPC como organización no gubernamental (ONG) que “guindó los guantes” en 2014 ante un sinnúmero de dificultades y fracasos, algunos por la tecnología y otros por resultados educativos muy pobres. Y dejó de ser organismo no gubernamental, sin fines de lucro. No me quedó claro si este negocio se sigue llamando OLPC o si es hoy fundación u ONG, como lo denominó la ministra Molinar en la Asamblea Nacional el 16 de septiembre. A lo largo de estos meses, y ante las múltiples opiniones adversas a esta compra, dejé en suspenso mi escrito porque eran tantas las críticas que creí que la ministra Molinar las tomaría en consideración para, por lo menos, “meterle un poco más de cráneo” a lo que presagia un fracaso educativo. En vez de mesura y argumentos válidos ante opiniones adversas a esta operación, iracunda llama “pataletas” a las muchísimas voces que están en desacuerdo con su plan. Y de ñapa, con soberbia que desluce el cargo ministerial (nada menos que en Educación), la señora Lucy Molinar nos acusa de tener “el alma podrida”, declaraciones altaneras, inaceptables, irrespetuosas,

En abundante material sobre el programa OLPC que se encuentra en la internet, un titular dice: “El sueño roto de un portátil para cada niño”. En la Universidad de la República de Uruguay, el Centro de Estudios Fiscales concluye en el documento, Antecedentes, Métodos y Resultados: “Nuestros resultados sugieren que el programa no tuvo impacto en las calificaciones en lectura y matemáticas. Tampoco encontramos efectos heterogéneos entre alumnos cuyas madres poseen distintos niveles de educación. Además, su principal uso en clases consiste en la búsqueda de información en internet, etc. Conclusión de este informe: Nuestros resultados sugieren que, en los primeros dos años de su implementación, el Plan CEIBAL no tuvo efecto en los puntajes de matemáticas y lectura”. Además, resalta que el principal uso en clase fue la búsqueda de información. También Perú, como Uruguay, concluyó que el impacto en matemáticas y lectura había sido nulo. En 2012, Ruanda distribuyó 200.000 unidades y, según autoridades, en la mayoría de las escuelas “los portátiles están en sus cajas o en trasteros y no han sido utilizados”, y destaca que 4.730 ordenadores entregados en 13 escuelas entre 2010 y 2013 no tuvieron acceso a electricidad. En Panamá son “pan nuestro de cada día” los dañinos apagones y las fluctuaciones de voltaje.

Sobre este programa en Paraguay, en el libro The Charisma Machine, su autora Morgan Ames, señala que estudios mostraron que de 40.000 niños, solo 40 desarrollaron habilidades cognitivas significativas y entre otros detalles (que me llevan a las aulas en Panamá), en los salones de clases solo había dos “enchufes”; en los hogares lo mismo y, un detalle importante, los niños lograban desbloquear el equipo para tener acceso al software (y me consta lo sabidos que son los tecno-niños de hoy). También en la Universidad de California en Los Ángeles, un economista midió el impacto a largo plazo de OLPC en Uruguay y concluyó que los niveles de graduación de secundaria “no mejoraron entre los beneficiarios”. Wayan Vota, fundador del portal independiente OLPC News afirmó en un artículo “Seamos honestos con nosotros mismos, el gran entusiasmo y la energía que nos unió se ha ido. OLPC está muerto”.

Un informe de la Unesco dice que “el uso de tecnología en las aulas y en el hogar entorpece el aprendizaje. El Gobierno de Suecia ha decidido revisar su plan de digitalización de 2009 y revierte el programa para fomentar el uso de libros de texto; la capacidad lectora entre los alumnos ha disminuido; el enfoque debe estar en las habilidades básicas como leer, escribir y contar”. En Estados Unidos, el bloqueo de la señal de teléfonos móviles en las escuelas demostró lo efectivo de la medida que resultó en mejores calificaciones y mayor socialización. ¿Son acaso desechables estos argumentos fundamentados en estadísticas y estudios especializados?

Hemos visto en los medios de comunicación, especialmente en televisión, las pésimas, inseguras condiciones físicas de edificios escolares; muchos carecen de tableros, bancas, instalaciones sanitarias, agua, comedor, gimnasio, laboratorios, etc. Aún existen las escuelas rancho de las que se deberían avergonzar todos los gobiernos que por décadas no han ofrecido mejores condiciones a esos maestros y estudiantes en áreas lejanas (escuelas dormitorios, ¿por qué no?). Parte el alma ver a niños con sus bolsos cruzando ríos a pie, en canoas o puentes tan deteriorados que son peligrosos. Nada de esto resolverá el millonario gasto en laptops. Así que no entiendo que ese dineral no se dedique a lo urgente que es acondicionar centros educativos para hacer de la escuela un sitio grato y seguro para el aprendizaje, la camaradería. El saqueo inmisericorde de fondos del Estado, y el descarado disfrute de riquezas mal habidas mientras las necesidades de nuestros estudiantes no se resuelven, son insultantes. Y, no serán laptops las que saquen a Panamá del vergonzante lugar que ocupa la educación en mediciones internacionales. Y, le aseguro a la señora ministra Molinar, que no tengo el alma podrida.

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