• 15/03/2025 00:00

Crónica roja consular: una captura en Colón

La cooperación en la lucha contra el crimen ha sido uno de los pilares de la cooperación panameño-peruana desde hace más de una centuria

El 24 de abril de 1931 el Perú presentó un proyecto de tratado de extradición a Panamá que requirió dos años de negociaciones hasta contar con un texto final (Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, Caja 5-20-A,of.56,1931), poco tiempo después acontecería el primer caso donde sería aplicado.

La cooperación en la lucha contra el crimen ha sido uno de los pilares de la cooperación panameño-peruana desde hace más de una centuria. Uno de los hechos más sonados —que además atrajo la atención de la prensa— fue la persecución y captura del peruano Alberto Montesinos Muñante, funcionario de contabilidad de la Cárcel Central de Lima (MRE, Caja 8-39-B,of.78,doc.10112,1932). En aquellos días, el Encargado de Negocios del Perú en Panamá era Enrique García Bedoya y el cónsul en Colón era Juan Picón Pinzás y en ellos recayó la tarea de extraditarlo.

En setiembre de 1932, Montesinos, un ciudadano sin antecedentes penales, decidió sustraer seiscientos soles de la planilla de pago de los empleados de la Cárcel Central de Lima donde laboraba. Huyó hacia Guayaquil donde obtuvo de la dama Perona Rizzi la cantidad de $110 en oro. Las investigaciones no mencionan si había una relación sentimental entre ellos o por qué ella le prestó esa elevada suma de dinero para la época. Se descartó el robo porque Rizzi manifestó que había entregado las monedas voluntariamente. Al conocer que se había dictado orden de captura en su contra, Montesinos escapó a Panamá en octubre trasladándose rápidamente a Colón. Pretendía escapar a Cuba cuando fue arrestado el 15 de noviembre por portar papeles falsos donde señalaba que era residente de Cristóbal (Panamá). Dada su apresurada salida de Lima, los detectives asumieron que Montesinos no había tenido oportunidad de conseguir las falsificaciones en la capital por lo que presumieron que las había obtenido en Guayaquil o Panamá. No profundizaron más, pero de haberlo hecho quizás se hubieran preguntado ¿quién le proporcionó los contactos? ¿era Rizzi una cómplice o una víctima?

El 16 de noviembre el cónsul Picón Pinzás, alertado por la cancillería peruana, presentó denuncia formal contra el escurridizo ladrón ante Juez del Canal porque Montesinos, con un interés de confundir las investigaciones, se había declarado residente en Panamá. Al momento de su arresto, se le decomisaron $79,08, tres libras esterlinas, tres libras peruanas de papel, cincuenta pesetas españolas y otras monedas de pequeña denominación.

En su interrogatorio, el joven contable declaró que había cambiado los seiscientos soles robados en la “Casa Lobatón” de Colón donde recibió $81 de los cuales había ya gastado tres. Picón Pinzás señaló que Montesinos voluntariamente devolvió a Perona Rizzi el dinero obtenido en Guayaquil remitiéndolo en el vapor “Orazio” en diciembre de 1932.

Aquel día, las autoridades del Canal también solicitaron al gobierno peruano que inicie la extradición para entregar a Montesinos a la policía peruana, trámite que demandó unos dos meses de trabajo tanto en Lima como en Panamá.

El cónsul Picón Pinzás informó a Lima en enero que Montesinos fue trasladado de Colón al puerto de Balboa en el vapor “Santa Bárbara” bajo vigilancia estadounidense. En Balboa el detenido fue entregado a la policía panameña con la que continuó viaje hasta el Callao en el mismo buque; nave que zarpó de Panamá a las 9:25 de la noche el 23 de enero de 1933 (MRE, Caja 8-39-B,of.3,1933). En la escala de Guayaquil, según afirmaron algunos medios, la señora Rizzi le dejó una carta en la que le perdonaba por su engaño ¿un toque romántico para dotar a la historia de cierto sentimentalismo para emoción de los lectores? Difícil saberlo. Los informes consulares no lo mencionan, pero, de haber ocurrido, hubiera sido poco profesional por parte del cónsul, mencionarlo.

La lucha contra el crimen no es gratis. La carta de la Policía del Canal del 13 de julio de 1933, firmada por jefe de tesorería Elwyn Greene, dirigida al consulado peruano en Colón, señala en inglés que Montesinos devengó gastos desde el 16 de noviembre de 1932 cuando recibió su primera comida en la zona cuarentenaria del Canal. El 30 de octubre de 1933, el consulado peruano en Ciudad de Panamá informó a Lima que había pagado a la “Police Section” del Canal la suma de $49,50 por sesenta y seis días de alimentación del detenido (MRE, Caja 8-39-B,of.16,1933). Con el desarrollo de las comunicaciones, de la cooperación policial y de los métodos para registrar la identidad de las personas, casos como el de Montesinos serán improbables siendo reemplazados por nuevos desafíos que atentan contra la paz social.

*El autor es exembajador peruano
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