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- 12/03/2017 01:00
Distorción del evangelio de Cristo
Recientemente recibí la visita en el Centro Evangélico Reunión Cristiana de las Asambleas de Dios, de un compañero ex combatiente del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), con quien compartimos trincheras como miembros de la Brigada Internacionalista ‘Victoriano Lorenzo', compuesta por hombres y mujeres de Panamá, quienes nos unimos a la lucha por la liberación de la oprobiosa dictadura de la dinastía somocista en la hermana República de Nicaragua.
El compañero fue a entregarme un pergamino de reconocimiento por mi participación como miembro de la Brigada Victoriano Lorenzo, dentro de las filas del FSLN por parte del gobierno de nicaragüense, ya que por motivo de salud no puede estar presente en el acto. Y conversando de todo un poco, me manifestó que él no creía en los pastores de las iglesias evangélicas, porque él considera con son unos farsantes. Y para sustentarlo, me mostró un video en donde el Pastor Evangélico de la Iglesia ‘Pare de Sufrir', entra al Templo en un lujoso auto importado último modelo y le decía a los feligreses que tocaran el auto a su paso para que fueran prosperado como él.
Recordé lo que dice la Biblia sobre los falsos profetas y los que distorsionan el Evangelio de Cristo.
Quiero en este escrito dejar plasmado que yo, al igual que mi compañero brigadista pensaba igual y no sólo eso, sino que como periodista petardeaba a los que yo llamaba ‘Los Aleluyas' en una columna de glosas titulada ‘Desde el Cafetín' en el Diario Crítica, donde laboré por más de 10 años, y los tildaba de pastores carperos, rebuscones, que habían inventado los del diezmo y las ofrendas para timar a los incautos. Así pensaba yo hasta que tuve mi encontrón con el mismísimo Dios un viernes del mes de octubre de 1999.
Parafraseando el pasaje de Pablo de Tarso, me pasó igual, después de haber perseguido y vilipendiado a los cristianos evangélicos, caí postrado a los pies del Dios vivo, del Dios que ve, del Dios que escucha, del Dios que responde, del Dios de Amor.
En mi caminar con Cristo Jesús, aprendí que el Evangelio no es comercio; que los Pastores no son empresarios; que los Creyentes no son clientes; que la Bendición no es un producto; que la Iglesia no es un shopping y que no hay otro Evangelio, que el Evangelio de Cristo.
Quiero concluir con lo que Pablo les dice a los Gálatas: ‘Estoy muy sorprendido de que ustedes se hayan alejado tan pronto de Dios, que los llamó mostrando en Cristo su bondad, y se hayan pasado a otro evangelio. En realidad no es que haya otro evangelio. Lo que pasa es que hay algunos que los perturban a ustedes, y que quieren trastornar el evangelio de Cristo. Pero si alguien les anuncia un evangelio distinto del que ya les hemos anunciado, que caiga sobre él la maldición de Dios, no importa si se trata de mí mismo o de un ángel venido del cielo. Lo he dicho antes y ahora lo repito: Si alguien les anuncia un evangelio diferente del que ya recibieron, que caiga sobre él la maldición de Dios. Yo no busco la aprobación de los hombres, sino la aprobación de Dios. No busco quedar bien con los hombres. ¡Si yo quisiera quedar bien con los hombres, ya no sería un siervo de Cristo!=
PERIODISTA