• 29/01/2021 00:00

Sobre la COVID-19: aprendiendo con un médico cirujano

“Hoy, más de cinco mil médicos, en varios países, utilizan el CDS. Muchos dan cuenta de sus estudios y nos agregan muchísimos testimonios de curados”

Al decano emérito Dr. Enrique Mendoza le consta mi interés por los temas “de salud” desde hace unos 20 años. Ante el flagelo de la pandemia y conociendo hace tiempo que la OMS reconoce como válidas y positivas “las medicinas complementarias”, he escuchado al Dr. Ricardo Velázquez, en distintos medios, impulsar la sustancia Dióxido de Cloro como solución para la COVID-19. Repasando explicaciones al menos de tres docenas de médicos de varios países, que avalan lo mismo, estudié lo que pude por tres meses y hoy, junto a mi esposa, tomamos el CDS, sin el mínimo daño. Ya estaríamos muertos, luego de cinco meses consumiéndolo. Un amigo médico nos pasó el contacto de un colega en el interior, obteniendo muchos logros con la sustancia mencionada y quise aprender más. Me confirmó que usa el CDS desde hace cinco años y ha tratado con ello a más de mil pacientes con resultados muy positivos. Además, utiliza la “Ozonoterapia” -harto practicada en diversos países del primer mundo. Que incluso ha tratado variados pacientes con cáncer, con logros extraordinarios.

Hoy, más de cinco mil médicos, en varios países, utilizan el CDS. Muchos dan cuenta de sus estudios y nos agregan muchísimos testimonios de curados. La Convención de Helsinski, artículo 37 (derechos del paciente), autoriza al médico “que cuando ante una patología determinada, su paciente no reacciona, sino que se agrava, pese a los procedimientos oficiales, y prevea que peligra gravemente o teme por su vida, “podrá, con consentimiento informado del enfermo o un representante formal, utilizar , si con ello considera que puede sanarlo, que no sufra o salvarle su vida”. La Corte Interamericana de Derechos Humanos en “Un listado de Jurisprudencia - art. 161” emite una Sentencia que reza en esencia: “Desde la perspectiva de los Derechos Humanos el paciente tiene plena expresión de su autonomía, empoderado, y colabora con el médico como autor principal y no es más el sujeto pasivo. El enfermo es libre de optar por alternativas, que los médicos podrían considerar contrarias a sus consejos, siendo por ello la expresión más clara de su autonomía en el ámbito de la salud”. El Minsa jamás nos orienta en esos temas.

Es decir “que tenemos plenos derechos de buscar ante el temor de agravarnos o morir (lo que hoy ocurre a diario con el virus) cualquier intervención médica no aprobada por el sistema, si creemos que nos ayudará a salir de la enfermedad, bajo el cuidado de un médico bajo el amparo de nuestra autonomía en materia de enfermedad o salud, donde somos nosotros, no el médico, el actor principal”. Y nuestra Constitución nos otorga el pleno derecho de proteger nuestra vida y salud, como Derecho fundamental.

Finalmente quise conocer de labios del médico algo más concreto sobre su uso del CDS y sus resultados. Le pregunté directamente: “¿Toman usted y su esposa ese CDS, y se ha confiado en ello siendo un médico convencional? Me respondió que sí, y que hasta su mascota lo usa. Me agregó algo sorprendente: “que vio morir a sus dos padres de cáncer y eso le hizo bajar la cabeza con humildad, al ver que la quimio y radioterapia no pudieron sanarlos, sino que los sometieron a sufrimientos adicionales y que con la adecuada combinación del dióxido de cloro y la ozonoterapia “en mi propia esposa logramos deshacer una masa de 7 por 5.5 centímetros de su seno izquierdo”. He visto casos de pacientes, ya con neumonía por la COVID-19, recuperarse de forma muy rápida, aproximadamente 96 horas.

Me sentí obligado -ante la esperanzadora llegada de las vacunas, si él las consideraba efectivas y seguras. La respuesta del doctor fue directa: “No podemos confiar en vacunas de tan poco tiempo de estudios, por lo cual se protegen con inmunidad anticipada. Comprendo las esperanzas y expectativas, pero yo no la usaría en mi familia, porque como médico tengo serias dudas si ellas, colocadas hoy, puedan tener consecuencias muy graves a plazos cortos, medianos o largos, y además fueron estudiadas contra el Sars 2 y menos sabemos cómo actuarán ante las variantes, como la de Inglaterra y Sudáfrica. Persistí en mi duda de ¿por qué un médico con licencia oficial utiliza intervenciones no aprobadas? Su respuesta fue corta: “porque llevo algo más de mil pacientes atendidos con el CDS y no ha ocurrido el mínimo accidente o daño; es decir, es para mí segura por su resultado e inocuas frente al organismo”.

Abogado, coronel retirado.

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