Uno que es el grupo de Bohuslan Big Band fue en el Centro de Convenciones de Ciudad del Saber
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Porque Puma Zumix Grupo juvenil que interpreta...
Analizar cómo afecta la minería metálica el logro de las metas de los ODS, y por ende consolidar los argumentos a favor o en contra de este tipo de emprendimientos, ha sido la tarea de científicos de diferentes disciplinas, empresarios y sociedad en general.
Es un tema complejo, ya que la minería metálica puede contribuir tanto positiva como negativamente a las metas de los ODS, y el efecto final depende de cómo se gestionen las operaciones mineras, para maximizar los beneficios y minimizar los impactos negativos.
Para comenzar, vale subrayar que, la sostenibilidad de la minería estaría definida por el nivel máximo de alteración del capital natural crítico que la sociedad esté dispuesta a aceptar y por la decisión informada de cuáles son los costos sociales y ambientales que se deberían tolerar a cambio de obtener los beneficios de la actividad que causó esos daños.
En todo caso, los panameños estamos obligados a conocer un poco más sobre este asunto, trascendiendo el discurso incendiario de las redes; por lo que aporto en esta entrega un resumen de los aspectos positivos y negativos de la minería metálica. Y, no olvidemos que, necesitamos recuperar el 5 % del PIB que representaba la minería metálica en términos de regalías, impuestos, empleos directos e indirectos, y otros beneficios, y; prepararnos para enfrentar con éxito los arbitrajes internacionales que ya colocó la empresa minera en los tribunales internacionales.
El principal aspecto positivo que los defensores de la minería metálica señalan en sus publicaciones, es que la minería puede promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos; por ende, proporciona ingresos fiscales para los gobiernos, que pueden utilizarse para financiar servicios públicos e infraestructuras resilientes, promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación.
Ignoran estos argumentos que la sostenibilidad de la minería no puede ser reducida a criterios económicos exclusivamente puesto que los daños sociales y ambientales en las zonas afectadas no son necesariamente compensados con recursos económicos.
Por otro lado, se esgrime con frecuencia que las empresas mineras responsables pueden invertir en el desarrollo de las comunidades locales, contribuyendo a que los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles; dicen que también proporciona el acceso a la educación inclusiva, equitativa y de calidad; garantizan la prestación de atención sanitaria equitativa y; pueden mejorar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento.
Antes de entrar en los aspectos negativos -evidentes y conocidos- no puedo dejar de señalar que estos argumentos positivos parecen sacados de un cuento de hadas y no se corresponden con muchas experiencias de la minería a cielo abierto. Constituyen -en mi opinión- promesas de lo que debe ser.
Por otro lado, como aspectos negativos, se señala que la minería metálica a cielo abierto genera un impacto ambiental significativo. La remoción de grandes volúmenes de tierra y vegetación altera la topografía, destruye hábitats y puede causar erosión y sedimentación en ríos y arroyos. El uso de explosivos y maquinaria pesada genera ruido y polvo, contaminando el aire y afectando la salud humana y la fauna. Además, la minería a cielo abierto a menudo requiere grandes cantidades de agua, lo que puede agotar las fuentes hídricas locales y afectar a las comunidades y ecosistemas cercanos. Los productos químicos utilizados en el proceso de extracción, pueden contaminar el suelo y el agua, causando daños a largo plazo a la biodiversidad y a la salud humana. No menos importante es el impacto de conflictos sociales, consecuencia del desplazamiento de comunidades, la competencia por los recursos y la falta de participación en la toma de decisiones; además, los trabajadores mineros pueden estar expuestos a riesgos para la salud y la seguridad debido a las condiciones de trabajo peligrosas y; no ha sido raro que corrupción y la falta de transparencia en el sector minero hayan socavado los esfuerzos para lograr los ODS.
Mi conclusión es que la minería no es una solución única para el desarrollo sostenible que necesitamos. Se necesita un enfoque integrado que considere los aspectos económicos, sociales y ambientales, y que involucre a todos los actores relevantes: gobiernos, empresas, comunidades y sociedad civil. En todo caso, si decidimos mantener la minería metálica como parte de nuestra estrategia nacional de desarrollo sostenible, será obligatorio realizar antes un análisis de sostenibilidad de la industria minera, entendiéndola desde sus diferentes dimensiones (social, ambiental, económica e institucional). También deberemos considerar -como señala la CEPAL- que, el marco conceptual de los ODS puede servir para definir la medida en que la minería ayuda a alcanzar las metas de los objetivos en las zonas de actividad minera, sobre todo desarrollar una mejor política pública minera.
Dicho análisis nos ayudará a minimizar los impactos ambientales, implementando prácticas mineras sostenibles, como la reducción del consumo de agua y energía, la gestión de residuos y la rehabilitación de sitios mineros; invertir en las comunidades locales, crear empleos decentes y respetar los derechos humanos y; fortalecer la gobernanza, garantizando la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana en la toma de decisiones.