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- 22/04/2015 02:00
La frustrante situación de la ciudad hospitalaria
Las justificaciones que se dieron para encontrarle una solución a la demanda de servicios médicos de la Caja del Seguro Social siempre parecieron razonables, puesto que el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid, construido hace varias décadas en la capital, resulta a estas alturas insuficiente para atender adecuadamente la demanda actual —y futura— de los asegurados y beneficiarios que concurren a él. Sin embargo, los problemas surgen cuando se improvisan soluciones sin la debida planificación, tal como aparentemente ha sucedido con la Ciudad Hospitalaria, cuya construcción se inició en la vía Centenario en el área de Chivo-Chivo.
Que el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid ha quedado obsoleto y es ya insuficiente, no merece mayor discusión y lo atestiguan los miles de asegurados que diariamente concurren a sufrir allí inmerecidas penurias. Además, se prevé que dentro de quince años habrá 800 000 derechohabientes adicionales a los cerca de tres millones actuales, lo que representará cerca de un millón de consultas al año y una demanda de camas hospitalarias y de urgencia muy superior a las mil camas actuales.
La complicación que rodea el nuevo proyecto que ha heredado la actual administración tiene varias aristas, que incluyen aspectos financieros, posibles sobrecostos, obras atrasadas, especificaciones no respetadas, dificultad en las vías de acceso, escasez de agua potable y conexiones eléctricas, posible ambiente insalubre producido por desechos del mercado central de abastos que habrá de operar en un área contigua. De ahí que parezca más juicioso tomarse el tiempo que sea necesario para encontrar los remedios adecuados, en lugar de apresurar una solución que a la postre no resulte eficaz.
Uno de los más serios problemas es determinar el costo real del proyecto. La licitación original, adjudicada por mejor valor a FCC en noviembre del 2013 y bajo el sistema de ‘llave en mano', fue por la suma de B/.587 millones. Sin embargo, la actual administración, además de ordenar una investigación para determinar la veracidad de los costos reflejados en esa cifra, ha revelado que se redujo el equipamiento médico para disminuir en un 25 % el costo total del proyecto, lo cual hace necesario ahora invertir cerca de B/.300 millones adicionales en los equipos requeridos para brindar los servicios médicos esperados de un complejo hospitalario moderno. Voceros de la Comenenal han estimado en mil millones de balboas el costo total del nuevo complejo.
La calidad de las obras hasta ahora realizadas ha sido también cuestionada. Mientras la anterior administración declaró que las especificaciones del complejo lo situaban al nivel de hospitales europeos, un reciente recorrido reveló la existencia de inaceptables paredes de ‘gypsum'. La oportuna intervención de un inspector de obras, que exigiera el estricto cumplimiento de las especificaciones acordadas, habría evitado incongruencias como estas, así como las producidas en la construcción de otros hospitales como el Anita Moreno. La Contraloría General tampoco ayudó cuando dictaminó que mucha información de este tipo era de acceso restringido.
La obra ha sido dividida en dos etapas. La primera, Hospital General, está programada para ser entregada este año, a pesar de que las autoridades anteriores anunciaron que sería entregada el año pasado. La segunda, Hospital Pediátrico, está programada para entregarse el próximo año.
La reubicación del mercado central de abastos, de Curundú a un sitio más adecuado, era una necesidad también impostergable. Pero no ha resultado feliz la idea de ubicarlo en la vecindad de un centro hospitalario y de atención de salud, por los potenciales problemas de contaminación que ocasionarían los desechos propios de un mercado de productos agropecuarios.
Siempre es aconsejable ‘ir despacio y con buena letra'.
EXDIPUTADA.