• 13/09/2014 02:00

La Chorrera

Dicen que para querer a alguien, debemos empezar queriéndonos nosotros mismos

Dicen que para querer a alguien, debemos empezar queriéndonos nosotros mismos. Creo que lo mismo se aplica al país, y es que Panamá no puede pretender ser vitrina internacional del turismo, si cada uno de sus habitantes no conoce y defiende las bondades del lugar donde vive.

El pasado 12 de septiembre se cumplió el 159 aniversario de los distrito de La Chorrera, Arraiján, Chame, San Carlos y Capira donde tiempo después surgió la provincia deportiva, pero no legal, de Panama Oeste.

El Acuerdo del 14 de noviembre de 1909, sobre la División Territorial y Organización local del distrito, muestra que por aquel entonces solo existían nueve corregimientos, y sus nombres respondían en su mayoría a los lugares poblados más importantes de dichos corregimientos.

Para el Censo de 1930 su población era por distritos, caseríos o lugares poblados; mientras que para 1940 ya teníamos población por distrito, corregimientos y caseríos de 10 o más habitantes y aparecen diecisiete corregimientos con los nombres que se conservan actualmente.

En 1960 se completan los dieciocho corregimientos, con la creación del corregimiento de Guadalupe, mediante el Acuerdo Municipal 56 de 1959 de 17 de diciembre.

Pero nuestro artículo, además de contribuir a revivir la historia geográfica y política de este distrito de La Chorrera, tiende más a llamar a meditar, sobre todo a las personas que viven en la Tierra de los Bollos, buscando exaltar sus valores y que sientan el orgullo de pertenecer a la Décima Provincia, proyecto que impulso su servidora.

Cualquier parroquiano que viva después del puente tendrá muchas historias que contar sobre el modo de vivir tranquilo (por ahora) y algo relajado de los quehaceres y vaivenes de la ciudad capital, la cual esta inmersa en signos evidentes de violencia.

Por el lado gastronómico, quién no ha comido bollos, chichemes, chicharrones, pastelitos de maíz y demás delicias, olvidándose del colesterol, ácido úrico, básculas y otras cosas desagradables.

La patria chica involucra muchas cosas: sentimientos, lugares, olores, sabores, gente, idiosincrasia y, sobre todo, sentido de pertenencia; y créanme que aunque no pude lograr mi objetivo de encontrar un símbolo que representara a La Chorrera, el bollo preña’o y el chicheme son sin lugar a dudas la carta de identificación nacional.

Por eso creemos que los corregimientos de Arosemena, Puerto Caimito, Playa Leona, Barrio Colón, Hurtado, Los Díaz, Herrera, Guadalupe, El Coco, El Arado y otros sectores, que componen en su conjunto el Municipio de La Chorrera, merecen una especial atención, respondiendo con trabajo y dedicación a la iniciativa del Estado por descentralizar y modernizar los gobiernos locales.

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