Literatura

¿Verdad o mito? La historia de Juana, la mujer que se convirtió en Papa

  • 29/04/2025 18:11
Una mujer habría alcanzado el máximo poder religioso en secreto, desafiando normas de género y jerarquía, hasta ser descubierta en un dramático e inesperado desenlace público.

La historia de la Papisa Juana ha fascinado, desconcertado y dividido a estudiosos, creyentes y escépticos durante siglos. Según la leyenda medieval, Juana fue una mujer que, disfrazada de hombre, logró escalar en la jerarquía eclesiástica hasta convertirse en Papa, en una época en la que tal hazaña parecía imposible. Aunque carece de pruebas históricas concluyentes, el relato sigue siendo uno de los más persistentes y provocadores de la historia de la Iglesia.

La versión más común de la leyenda sitúa los hechos en el siglo IX, aproximadamente entre los pontificados de León IV (fallecido en 855) y Benedicto III. Según esta narración, Juana nació en Alemania o Inglaterra, y desde joven mostró una inteligencia excepcional. Se enamoró de un monje, y para acompañarlo en su vida religiosa, se disfrazó de hombre y adoptó el nombre de Johannes Anglicus. Así comenzó una carrera eclesiástica brillante que culminó con su elección como Papa.

Durante su papado, Juana supuestamente logró mantener su identidad en secreto, hasta que quedó embarazada —posiblemente como resultado de una relación con uno de sus asistentes más cercanos—. El final trágico llega cuando, según la leyenda, da a luz repentinamente en plena procesión papal, en las calles de Roma. El escándalo fue tal que el pueblo, sintiéndose engañado, la ejecutó en el acto o la obligó a vivir en penitencia. Desde entonces, siempre según la tradición, se evitó pasar por la calle donde ocurrió el suceso durante las procesiones papales.

Las primeras menciones documentadas de la Papisa Juana aparecen en el siglo XIII, más de 300 años después de los supuestos hechos, en las crónicas de Martín de Opava, un fraile dominico. A partir de ahí, el relato se popularizó y fue reproducido por numerosos autores medievales y renacentistas, quienes lo presentaron como verdadero o al menos plausible. Incluso Dante Alighieri y Petrarca aluden de manera indirecta al escándalo papal en sus obras.

Durante la Reforma Protestante, la historia fue ampliamente difundida por los críticos de la Iglesia católica como símbolo de su corrupción. En respuesta, el Vaticano comenzó a refutar activamente la existencia de Juana a partir del siglo XVI, y desde entonces se ha mantenido una postura oficial de negación. Para los historiadores contemporáneos, no existen registros confiables ni cronologías consistentes que apoyen la existencia de una mujer en el trono de Pedro.

Sin embargo, algunos estudios sugieren que la leyenda pudo haberse originado como una sátira política o como una crítica a la estructura clerical patriarcal. También hay quienes apuntan a confusiones cronológicas en los documentos papales de la época, que pudieron dar lugar al mito. La figura de Juana ha sido objeto de múltiples interpretaciones: símbolo feminista, ejemplo de transgresión, o simplemente un reflejo de los temores y obsesiones de una sociedad profundamente patriarcal.

Hoy en día, la historia de la Papisa Juana sigue inspirando novelas, películas, ensayos y debates. Aunque la mayoría de los historiadores la considera una figura mítica, su leyenda continúa vigente como una poderosa metáfora sobre el poder, el género y la verdad.

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