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- 27/11/2022 00:00
China, expectativas y percepciones
La estrategia China hacia América Latina tiene distintas aristas. El documento Políticas del Gobierno (2008) señala los elementos centrales de la diplomacia integral en la región (Creutzfeldt 2012), basada en el respeto mutuo, el consenso estratégico y la confianza política (CAEI 2014). En 2019, el debate sobre la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda amplió las perspectivas diplomáticas a temas como ambiente, interacción económica y conectividad, entre otros (Nieto 2015).
La “diplomacia económica” y los “acuerdos económicos” que la fundamentan son apenas una forma de establecer las relaciones entre naciones, pueblos y culturas. La política exterior china tiene otros elementos relevantes a la luz de la geopolítica y geoestrategia internacional. Algunos están señalados en los principios de la doctrina del desarrollo pacífico (Rocha Pino2006).
China tiene una larga trayectoria de vínculos con Panamá. La ruta de tránsito vinculó a las dos naciones desde diferentes ángulos del quehacer comercial. Distintos hitos de esa relación están registrados en “Peking Review, a weekly magazine of chinese news and views”, entre marzo de 1958 y diciembre de 2000.
En el año 2017, finalmente se establecen relaciones diplomáticas entre China y Panamá. Según Wang Yi, el establecimiento de relaciones abría “amplias perspectivas” para la cooperación “beneficiosa” entre ambos países, con el objetivo del “desarrollo y la prosperidad compartida” (MOFA 2017).
El acuerdo diplomático formalizó 25 acuerdos en áreas como: (i) economía y comercio (44 %), (ii) infraestructura (16 %), (iii) cooperación al desarrollo (16 %), (iv) diplomacia (12 %), (v) turismo (8 %) y (vi) marina mercante (4 %). Pasados cinco años aún está pendiente una evaluación de los impactos y efectos de los acuerdos. Nada explica ese “lapsus cálami”.
Durante los últimos tres años, el intercambio académico, educativo, cultural e institucional se incrementó de manera sustancial, en comparación con la cooperación económica, comercial, financiera y tecnológica. Aunque una proporción importante de los acuerdos se concentra en esas áreas. La inauguración del Instituto Confucio (2018) y el intercambio constante (2018-2021) de especialistas, expertos e investigadores son apenas dos indicadores de la efectividad de la relación China-Panamá.
La percepción de la ciudadanía muestra un ángulo poco conocido de la relación entre China-Panamá. Del 2017 al 2020, de manera constante, 6 de cada 10 ciudadanos panameños tienen una opinión “muy buena/ buena” sobre China. Al mismo tiempo, 7 de cada 10 ciudadanos panameños califican como “muy buenas/más bien buenas” las relaciones entre China y Panamá (Latinobarómetro 2020).
Los cambios en la opinión “muy buena” sobre China tienen como telón de fondo la crisis sanitaria y sobre todo la matriz de opinión generada sobre el origen del coronavirus. Pero, aun así, tanto la opinión como la calificación de la ciudadanía panameña resultan positivas.
El tránsito por el Canal de Panamá y las exportaciones son parte de tal percepción. China es el segundo país de origen de la carga que transita por el Canal de Panamá, pero al mismo tiempo, es el tercer país de llegada de la carga. Por su parte, Panamá concentra sus exportaciones hacia China en el cobre, bananos/plátanos y mariscos (INEC 2019).
Panamá conecta a China con sus socios. Pero ¿por qué Panamá no escala en su relación con China?