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- 29/04/2023 00:00
Cervantes en el siglo XXI (2); Cervantes feminista
El feminismo de Cervantes aflora tempranamente, se piensa que podría tratarse de ejemplos atesorados por las mujeres de su propia familia, féminas de rompe y rasga, que fluctuaban desde el monasterio, una hija fue monja, cosa bastante común para la época (Lope y Galileo tuvieron cada uno la suya) y alguna que otra hermana, sobrinas e hija quienes fueron apodadas despectivamente “las cervantas” durante el incidente Ezpeleta de dolorosa recordación. Ocurrió así: un personaje reconocido fue herido de muerte en el portal de su casa en Valladolid. Cervantes “no sólo fue afectado por las insinuaciones de cierta declarante en contra de sus hermanas y de su hija, sino que padeció los efectos de la mala fe del juez”. https://www.cervantesvirtual.com/obra/aproximacion-al-proceso-ezpeleta/.
Los personajes femeninos de la obra cervantina recorren la situación femenil de su tiempo. El texto del Quijote, primer tomo, 1605, abre y cierra con dos narraciones cortas que ilustran dos extremos de la condición femenina: el caso de Marcela, capítulos XI al XV, inicia la enumeración de féminas, que para bien o para mal, hacen lo que les viene en ganas, y finaliza con la historia de Leandra, la que contó el cabrero, capítulos L, LI y LII. En ambos relatos, las protagonistas se comportan de manera opuesta, mientras Marcela es el recato y la sensatez, Leandra representa todo lo socialmente incorrecto para la época, cae en manos del primer seductor que aparece, con la consiguiente fuga, la expoliación, el abandono y finaliza en un convento. Este contrapunto parece una aplicación del motivo medieval de las vírgenes prudentes y las vírgenes necias, común en los retablos medievales y que ilustran una parábola del Nuevo Testamento. Entre estos dos extremos aparece Dorotea, de la “Historia de Cardenio”, capítulos XXIII al XXXVII, que inspirara una comedia a John Fletcher y William Shakespeare, representada en Londres, 1613. Se ofrece a una campesina burguesa, hija única, que ha sido educada por sus padres, igual que Marcela por su tío sacerdote, para administrar una poderosa finca y ser propietaria independiente. Ninguna preparación para la vida la salva de las tentaciones fulminantes de un seductor avezado y donjuanesco, quien la seduce, posee y abandona, llevándose la honra. Dorotea, disfrazada de varón, sale a la búsqueda del robador de su honra, para exigirle el cumplimiento prometido, y después de múltiples peripecias, lo logrará.
Esta “Historia de Cardenio, Luscinda, Dorotea y Fernando” resulta interesante, porque predice el esquema narrativo de “Crónica de una muerte anunciada” y “La hojarasca” de GGM. Cada uno de los cuatro protagonistas atesora una interpretación de la historia común y las diversas versiones transcurren como episodios complementarios, uno detrás del otro, hasta que el último narrador, completa el relato compartido, se sabe toda la verdad y se solucionan los conflictos.
Otro de los personajes femeninos llamativos en Cervantes es Camila de “El curioso impertinente”, capítulos XXXIII y XXXIV. Mujer sensata y honrada como la que más, termina enloquecida y en un convento, pues cae en el azar de casarse con un celoso maniático, que aparenta normalidad. Consumadas las nupcias, el nuevo esposo, antes Don Juan desaforado, decide perpetrar toda clase de disparates para comprobar que su esposa no le es infiel y, como es lógico, todo termina en tragedia.
En la obra cervantina cuajan bien los enajenados y perturbados emocionales, parecen ser un remanente de su infancia y juventud cuando acompañaba a su padre, Rodrigo, en sus recorridos como cirujano barbero ambulante, algo así como paramédico.
Otro caso de personaje femenino relevante es la mora Zoraida, capítulos XXXIX - XL – XLI, reconvertida al cristianismo como María, y que resulta en la promotora y ejecutante de la liberación de su amado en “La historia del capitán cautivo”. Este relato hace aflorar el alter ego de Cervantes con mucha información sobre su cautiverio en Argel, y que, además, sirve para insertar material de novela histórica y para hacer crítica de la manera desacertada como se condujeron las campañas en el norte de África, durante la guerra contra el Imperio otomano. En toda la obra cervantina, cada personaje femenino es tratado, al igual que la totalidad de ellos, con la dedicación requerida.