• 19/01/2024 00:00

Canal, agua y ordenamiento territorial en Panamá

El cambio climático puso en evidencia un nuevo escenario que obliga a la necesidad de administrar el agua dulce para el Canal de Panamá, el suministro del agua potable y revertir el desarrollo urbano descontrolado en Arraiján, La Chorrera y Capira

El ordenamiento territorial (OT), es una disciplina de matices variados y su objetivo común es definir políticas de Estado como función pública, en cuanto a las actividades humanas se refiere y la forma como estas generan desequilibrios del desarrollo y crecimiento de la población en el espacio. Han generado marcos normativos de diversas complejidades y escalas que rigen y reglamenta su impacto en cuanto a los usos de suelo se refiere. Es interdisciplinaria.

En el caso panameño, el OT debe ser, en esencia, el estudio integral del territorio nacional, de las provincias (10), de los distritos (77) y de los corregimientos (655) que son circunscripciones administrativas con el fin de conocer y orientar mejor los diversos factores que inciden en el desarrollo del país, como el crecimiento de la población y los desequilibrios económicos, sociales y culturales que originan. A ello, hay que añadir los territorios de los grupos originarios (5). Se ha incorporado el concepto región como aquel territorio, de afinidades geográficas, económicas y culturales, funcionalmente importante, sin contar con una gestión administrativa. Es decir, se reconoce su existencia y se utiliza indistintamente, pero no tiene autoridad administrativa, elegida o nombrada por el ejecutivo: contienen varias provincias. Regiones significativas son: La región interoceánica, la metropolitana y de Azuero. Otra caracterización de la población responde a su calificación: urbana y rural.

Ahora bien, el cambio climático ha puesto en evidencia un nuevo escenario que obliga a la necesidad de poner toda la atención a la administración del agua dulce utilizada en la operación del Canal de Panamá, como en el suministro del agua potable de la región metropolitana, que a mediano y a largo plazo logre revertir el desarrollo urbano descontrolado en Arraiján, La Chorrera y Capira, a favor de uno controlado en las capitales de provincia, principalmente, en las ciudades de David, Santiago, Chitré y Penonomé, entre otras.

La incidencia del mercado inmobiliario en la venta de parcelaciones para la adquisición de una segunda vivienda de playa o de montaña, ha originado una pujante inversión en el comercio de servicios muy próximo a esta actividad, la que ha dado lugar a desarrollos disgregados entre las provincias de Panamá Oeste y la de Coclé cuya consecuencia está dando lugar al nacimiento de una ciudad costera sobre la vía interamericana cerca de atractivos turísticos que generan una dinámica económica los fines de semana y en la temporada de verano. Ello conlleva alojar a trabajadores de la construcción y colaboradores de empresas privadas de centros comerciales vecinales que ofrecen iguales servicios que existen en la ciudad capital. Para unos la parcelación urbanística es su residencia habitual.

Aquí es necesario un OT integral que establezca principios, instrumentos y herramientas de planificación en este, como en cualquier otro crecimiento evidente de una capital provincial, frente a la necesidad urgente de frenar el crecimiento urbano insostenible en la región metropolitana. Para ello se requiere revertir el modelo actual de desarrollo urbano no controlado y mirar más lo urbano y lo rural en su justa dimensión y equilibrio con la región metropolitana; que uno, lo urbano, no crezca a merced del otro. Que el Misterio de Vivienda y Ordenamiento Territorial sea la autoridad en la materia nacionalmente, sin remplazar a los municipios en sus planes locales urbanísticos reconocidos por ley.

El autor es arquitecto
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