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- 19/07/2022 15:18
Argelia y el Polisario un cartel de corrupción
Con dinero de Argelia un hijo del representante diplomático de la guerrilla separatista del frente Polisario, Mohamed Ould Abdessamad, abrió una moderna clínica en Ecuador, revelaron fuentes diplomáticas europeas.
De acuerdo a esas fuentes, se está repitiendo el mismo esquema empleado en Panamá donde Abdessamad administra otra clínica establecida con recursos argelinos, cuyo régimen ha financiado líderes del PRD para que se pronuncien en favor de las pretensiones de la dictadura argelina.
Ante la pérdida de la iniciativa en América Latina para segregarle el Sahara a Marruecos, Argelia está invirtiendo recursos en políticos radicales de la región para que promuevan sus intereses propagandísticos. Un propósito que no encuentra asidero luego del portazo dado por España al reconocer en marzo la soberanía de Marruecos sobre el Sahara y su propuesta de autonomía para el Sahara y la soberanía de Rabat sobre las provincias del sur. La postura de España es cónsona con la adoptada por Estados Unidos, Alemania, Francia, otras naciones de Europa, África, países árabes y las principales democracias de América Latina.
A la dictadura argelina le resulta imposible ocultar que el Polisario no es más que un títere dentro de sus ambiciones hegemónicas en el norte de África. El berrinche formado por el contundente respaldo de España para hacer avanzar la búsqueda de una solución al diferendo sobre el Sahara, demostró que Argelia es quien atiza en forma directa el conflicto.
En medio del proceso de marginación que sufre Argelia y su títere el Polisario en Latinoamérica, es importante recordar que en su informe sobre el Sahara de octubre pasado ante el Consejo de Seguridad, el secretario general de la ONU, António Guterres, se refirió al escándalo de corrupción de líderes de la guerrilla del Polisario con la ayuda humanitaria y financiera destinada a los refugiados que sobreviven en los campamentos de Tinduf en el suroeste de Argelia.
Guterres reveló que la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU (ACNUR) recibió información de organizaciones no gubernamentales que afirmaban que el Polisario malversaba la ayuda humanitaria y dinero comprometido para aliviar la situación de indigencia en la que se encuentran los refugiados en los campamentos de Tinduf, en territorio argelino. Denuncias similares ha hecho el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
La corrupción de los líderes del Polisario fue denunciada con anterioridad por la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) ante la Fiscalía Anticorrupción de la Unión Europea.
Como resultado de una investigación pormenorizada ese organismo, dependiente de la Comisión Europea, concluyó que hubo un masivo desvío de ayudas europeas con destino a los campos de refugiados, desde el mismo momento en que llegaban por vía marítima al puerto argelino de Orán.
La OLAF implicó en su informe a altos cargos civiles y militares de Argelia y la cúpula del Polisario, convertidos en un auténtico cartel de corrupción.
El Parlamento Europeo, luego de la investigación de la OLAF, determinó suspender la concesión de la ayuda humanitaria de $15 millones anuales a los refugiados saharauis en Argelia, mientras el ACNUR no pueda realizar un censo de su número real. Algo a lo que se opone Argelia.
La investigación cubrió un periodo de cuatro años y concluyó que buena parte de los alimentos enviados a los refugiados terminó vendiéndose en los mercados de Argelia, Mali y Mauritania. El fraude se constituyó, además, por el abultado número de refugiados entregado por Argelia a la Comisión Europea cifrado en 155,000 cuando, por verificación satelital, no supera los 40,000.
El informe detalló cómo la ayuda económica y alimentaria estaba siendo desviada desde el 2003 y no llegaba a los refugiados en los campamentos de Tinduf.
La OLAF determinó que unos $20 millones en ayuda humanitaria fueron a parar a las cuentas corrientes de los dirigentes del Polisario y sus cómplices argelinos, lo que puso al descubierto que la corrupción es su forma de vida. Se trató de un monumental fraude que sigue impune.
Ante esa situación, la OLAF demandó que toda la ayuda de los gobiernos de la Unión Europea deberá contar con un seguimiento para establecer que será canalizadas en forma transparentes.
Por otro lado, la corrupción de los líderes del Polisario está creando un ambiente de resistencia en los campamentos en los que los sectores más jóvenes están enfrentados a la gerontocracia de esa guerrilla africana al ponerse al descubierto sus métodos mafiosos. Las constantes revueltas en los campamentos protagonizadas por los jóvenes que exigen cambios, ponen en entredicho el comportamiento dictatorial del Polisario y las violaciones a los derechos humanos de una población secuestrada y sin futuro.