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- 11/08/2023 17:49
Analogías entre el fútbol y la educación del país
El recién finalizado torneo de la Copa de Oro de Fútbol deja algunas enseñanzas al país y a la sociedad mucho más allá de las superficialidades transitorias que suelen ocupar los análisis de expertos en la materia y también de los no expertos que en la euforia de la emotividad derivada del adrenalina del fútbol, suelen surgir de las formas más variadas, amén de las celebraciones, el día del partido, que incluye alto consumo de bebidas alcohólicas y derroche de gargantas en diferentes y variadas tertulias.
Yo quisiera permitirme aprovechar la coyuntura para establecer con el permiso de uno y otro sector las analogías entre el fútbol y la educación en el país ;Y es que el crecimiento cualitativo que hemos alcanzado con la selección de fútbol actual ( Incluyendo la femenina y la sub 23), no ha sido producto de la euforia ni de los análisis en espacios de comentarios especializados en medios o de los no especializados en cualquier bar, cafetería o festividad.
Para mí entender ese éxito se da en función de querer competir al mejor nivel posible partiendo de reconocer que estábamos hace 20, 30 y 40 años atrás, muy por debajo del nivel que tenía la región centroamericana quienes eran y siguen siendo nuestros referentes inmediatos para saber si mejoramos o empeoramos.
Una vez reconocida esa realidad, se planificó una hoja de ruta que implicaba, entre otras cosas, darle el mayor nivel deportivo, organizacional, presupuestario y gerencial a la liga de fútbol del país, incluyendo tal vez con más énfasis las categorías menores porque es desde allí donde empieza a fraguarse la materia prima para la selección nacional.
La Federación Panameña de Fútbol, luego de varios tropiezos, ha iniciado desde hace algunos años una ruta de trabajo seria, científica, organizada y comprometida que le ha ganado la confianza de los actores del fútbol nacional, pero también del sector empresarial, factor clave en la promoción de este y cualquier deporte que quiera crecer.
Como consecuencia de todo lo anterior la selección ha contado en los últimos años con un factor determinante para el crecimiento; Directores Técnicos de muy alto nivel que han sido decisivos en el cambio de mentalidad, de actitud , de preparación y rendimiento; factores estos que a mi juicio nos han llevado al sitial del cual hoy nos enorgullecemos; Estos resultados de la mano de directores técnicos como el recordado “Bolillo’’ Gómez y hoy día Thomas Christiansen han sido posibles porque se entendió que había que invertir sin miramientos en profesionales de este nivel y a pesar de algunas críticas sutiles y otras no tan sutiles a los salarios de los directores técnicos, los responsables y la población pensante y conocedora de fútbol lo ve como una inversión lógica.
Hay aspecto técnico que a mi juicio han sido muy bien manejado por estas 2 por estos estrategas y es comprender que la edad futbolística es bastante corta y que la transición de novato a experimentado, es cuestión de unos poquísimos años y que la selección necesita un equilibrio o balance entre experiencia y juventud y, sobre todo, que la preparación de ese equilibrio implica un plan de acción muy preciso para tener los reemplazos requeridos en el momento en que los más veteranos ya no pueden dar su mejor rendimiento a la selección, es decir, el tema generacional tiene que ser parte determinante en la dinámica de la selección como institución. Entonces, ¿dónde están las analogías con la educación del país y las lecciones que nos deja esta responsable selección de fútbol de Panamá? En primera instancia, necesitamos asumir como país que queremos un sistema y proceso educativo competitivo y para ello tenemos que aceptar con humildad que estamos a un nivel muy por debajo del que aspiramos y somos capaces.
Igual que en el fútbol, debemos tener claro que una vez definamos nuestra hoja de ruta para avanzar en educación, los progresos serán graduales y debemos tener como referente inmediato, nuestro entorno geográfico y como imagen objetivo los mejores referentes a nivel global.
Al igual que en el fútbol tenemos que conformar la estructura equivalente a la Federación Panameña de Fútbol que se encargue de gerenciar los aspectos técnicos, organizacionales, presupuestarios y administrativos al margen de las coyunturas electorales y de los gobiernos en turno, eso si con metas e indicadores claros en una línea de tiempo prudente que, sin esperar eternamente, tenga plazos prudenciales para ir midiendo los avances que no deben ser reclamados o adjudicados por ningún gobierno o corriente política/ ideológica.
Necesitamos igual que en el fútbol encontrar esos miembros de esta “Federación proeducación”. que tengan el conocimiento, la capacidad, los mecanismos, instrumentos, organización, estructura, compromiso y convicción para iniciar ese recorrido, que permita encontrar los directores técnicos equivalente a Gómez y Christiansen para el proceso educativo, con esa visión y conocimiento, disciplina y capacidad de trabajo para tener la certeza de la ruta a seguir, cómo hacerlo, con quienes hacerlo y llevar un monitoreo y evaluación de cada etapa de progreso comprometida en la hoja de ruta.
Aquí hay que estar claro que los parámetros para ese crecimiento están definidos desde hace algún tiempo, ello con el propósito para evitarnos el sinnúmero de “expertos” de cafeterías y eventos festivos que se oponen a todo lo que se propone, porque sus criterios son superfluos o sesgados por intereses diferente al de los estudiantes. Igual que en el fútbol, tenemos que comprender y comprometer la necesidad de invertir todo lo necesario para llevar adelante esa hoja de ruta, pero por supuesto, con claridad meridiana en donde deben ir los recursos para asegurar los resultados establecidos y/o comprometidos. Finalmente, la condición gerencial que hemos apuntado como elemento clave del fútbol debe estar presente en la gestión de la educación pues aunque el proceso tiene mecanismos y estándares bastante bien definidos la sociedad beneficiaria directa del mismo( los estudiantes) tienen una alta dinámica en donde unos concluyen cada año el proceso y otros lo inician por tanto la efectividad y conducción del mismo debe adecuarse sistemáticamente para que el mismo mantenga su ritmo con la misma calidad entendiendo que esto último implica ir adecuando todos los factores o variables que el entorno va incorporando o modificando.
Veamos en pruebas, como ERCE de la Unesco o Pisa de la OCDE, los equivalentes a la Concacaf y a la FIFA y participemos de estos torneos académicos; saquemos los aprendizajes en cada una de ellas y hagamos las adecuaciones cada vez que sea necesario para seguir avanzando en el tiempo. Si nos quedamos con parámetros de liga local seguiremos descendiendo cada vez más ,aspiremos a que nuestro sistema educativo sea tan competitivo como nuestra selección y hagamos lo necesario para lograrlo.