• 06/05/2023 00:00

'Agua, agua, agua… ¡Weeee!'

“Eliminar la facturación promedio, para incentivar el ahorro del líquido y aplicar el sistema de recompensas con rebajas en las facturas, si ahorras 20 o 30 %”

El título se inspira en una canción de Pedrito Altamiranda para carnavales. Pero ahora no es Pedrito ni son carnavales; es el grito de la gente de Panamá Oeste, Panamá Norte y Panamá Este clamando, urgentemente, agua potable. Haremos un repaso de cómo se originó la falta de agua, su evolución y sobre la necesidad de lograr un país sostenible, en el cual podamos satisfacer las necesidades actuales y futuras. Eso sí, con equilibrio entre lo social, lo económico y lo ambiental.

El primer acueducto comenzó a operar el 4 de julio de 1905 en la ciudad de Panamá, y no es hasta 1942 cuando Panamá tiene acceso a las redes de distribución, estaciones de bombeo y válvulas en Panamá y Colón. Entonces, el servicio estaba en manos de Estados Unidos -incluidas las plantas potabilizadoras de Miraflores y Mount Hope- hecho que se concreta en 1953.

A la sazón, llega el Idaan, con la Ley 98 del 29 de diciembre de 1961, como entidad autónoma del Estado, con el objetivo de brindar un servicio eficiente y saludable a la comunidad, a través de la dotación del servicio de agua potable y la recolección y disposición de las aguas servidas.

Desde la construcción del Ferrocarril en 1855, habían llegado a Panamá forasteros de todas partes del mundo que se quedaban en Panamá, aumentando más y más el requerimiento del vital líquido. Se inicia entonces, la ampliación del sistema de distribución del acueducto, y la construcción de la potabilizadora Federico Guardia, en Chilibre.

Como es lógico, toda tubería de conducción de agua potable como residual, requiere de un plan de mantenimiento, ya que el deterioro puede hacer que su capacidad de transporte disminuya, sobre todo en largos periodos de servicio. Las fisuras en las tuberías generan pérdidas de agua irrecuperables y contaminación; por tanto, la gestión de inspeccionar, limpiar y reparar las tuberías es la forma de contrarrestar el deterioro. En Panamá esto no se realiza; las tuberías son las instaladas desde 1942.

Al día de hoy, en el área metropolitana de Panamá (AMP) pareciera que hay un 10 % de la población que no tiene servicio de agua potable 24/7. Ello a pesar de que conocemos que la tasa de crecimiento anual de la población es de 2.2 % (Pimus 2016). Existen los dos lagos Alajuela y Gatún, que suplen 7 potabilizadoras que producen 1535 millones de litros diarios que divididos entre 1 874 503 de habitantes del AMP, nos da 819 litros de agua per cápita al día (incluye las pérdidas), según el Plan hídrico Nacional (Conagua).

Si la OMS recomienda 100 litros de agua al día por persona, tenemos agua de sobra, 719 litros per cápita de más. No se necesita ninguna potabilizadora nueva ni ampliada en este momento, porque no falta agua. ¿Qué pasa entonces?

Se paga por tarifa por zona, porque no hay medidores en todas partes; o sea, el Idaan no cobra lo que debe, pero sí paga lo que le cobra la ACP por el agua que ellos producen. Si la institución, no mide el agua que gasta, no se sabe en dónde están las fisuras de las tuberías que causan pérdida de agua. Las cisternas que había eran para emergencias, ahora son un negocio que conspira contra soluciones.

Mientras tanto, un préstamo del BID al Idaan, por $250 millones, está siendo ejecutado para reestructurar la institución, con el fin de mejorar su gestión de garantizar la dotación de agua 24/7 en el AMP y zonas aledañas, en calidad, continuidad y cantidad; este proyecto debería estar concluido en 2023. ¿Qué hacer?

- Lograr la coherencia de políticas a través de una coordinación transversal eficaz, especialmente entre políticas de agua y medio ambiente, salud, planeamiento y ordenamiento en el AMP, con la creación de la unidad de seguimiento a las inversiones del Estado para verificar, los avances y calidad de las obras que se ejecutan.

- Implementar la utilización de indicadores de gestión, para conocer la situación real de la institución; disminuir al máximo las pérdidas de agua con un plan de reparación, rehabilitación, renovación de las redes, y micromedición para contrarrestar las pérdidas intradomiciliarias, que representan un alto porcentaje del agua no contabilizada.

- Tener reservorios en varios puntos que jueguen armónicamente con huertos urbanos, y parques para paliar los momentos de sequías.

- Hay que promover las restricciones al uso del agua para riego de jardines o lavar autos; usar para ello agua gris. El Gobierno debe ser creativo y tener iniciativas para el ahorro de agua con la instalación de micromedidores y aplicar la tarifa diferencial. Eliminar la facturación promedio, para incentivar el ahorro del líquido y aplicar el sistema de recompensas con rebajas en las facturas, si ahorras 20 o 30 %. Con voluntad política y buena gestión funciona, como ha funcionado en otros países.

Arquitecta
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