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- 29/04/2016 02:03
46 años
En días pasados, en una entrevista en televisión, dije que la justicia tiene que ser realmente justa para que una democracia funcione. Algunos no entendieron el significado de esta frase. Es obvio que en Panamá desde hace mucho rato la justicia no trata a todos por igual. Es injusta. Les voy a dar un ejemplo que conocí a título personal.
Saben que la condena más alta que se ha dado en nuestro país la tienen cuatro servidores públicos de la policía y del Sistema Penitenciario por el lamentable hecho ocurrido en el Centro de Cumplimiento de Tocumen, donde fallecieron cinco menores el 9 de enero del 2011. Las imágenes dantescas que capturaron las cámaras ese día fueron tan impactantes como las imágenes de las 18 personas que murieron también quemadas en el accidente de bus en La Cresta el 23 de octubre del 2006.
Nada justifica la muerte de esos cinco jóvenes y sin duda existe un grado de responsabilidad de parte de las personas que estaban allí ese día. Pero si analizamos la condena que se dio a estas personas versus condenas que se han dado a asesinos en serie como el Salvaje Bill, los decapitadores de Coiba, homicidas múltiples, secuestradores, violadores, etc., ninguno ha recibido una condena tan alta. En el caso de la tragedia del bus del 23 de octubre del 2006, el dueño y el chofer fueron condenados a 40 meses de prisión. Los 46 años de condena se traducen 552 meses, para que los lectores puedan hacer la comparación.
¿Por qué insisto en hacer esta comparación? Porque conocí personalmente a varias de las personas implicadas en el caso. Una fue liberada por el Segundo Tribunal Superior de Justicia, pero otras fueron condenadas a 46 años, otras a 40 años y tres fueron condenadas a 6 años. Cabe destacar que estas personas tuvieron que esperar cinco años para su juicio, la mayoría detenidas durante ese tiempo. Todas son policías ejemplares con records intachable de servicio. Son personas con fa milias y que creen en Dios.
Para mí lo chocante de esta condena es que la sentencia es en base a que existió algún tipo de premeditación de los policías ese día para supuestamente matar a esos jóvenes, como lo haría un asesino en serie, por ejemplo. Nada en el expediente demostró premeditación o incluso un problema personal entre los policías, custodios y detenidos. Fueron los policías quienes llamaron a los bomberos y las ambulancias para que llegaran a apagar los fuegos y socorrer a los afectados. ¿Si la intención era matar a los jóvenes hubieran hecho esto?
El día de la tragedia la opinión pública fue impactada por la noticia y se difundió mucha información en los días siguientes, pero hay cosas que constan en el expediente que no han salido en los medios. Por ejemplo, uno de los muchachos afectados dijo que el fuego fue causado por colchones prendidos por una pandilla que estaba en una celda adjunta y que fueron estos quienes les tiraron los pedazos de colchones prendidos. Decir que el fuego fue causado por una bomba lacrimógena, como lo hizo la Fiscalía, es ignorar que estas son usadas en el mundo entero para el control de multitudes y que no son inflamables. Los bomberos no pudieron entrar a apagar el fuego porque los detenidos les tiraban piedras, excremento, etc. Así consta en la declaración de uno de los bomberos. Otro de los detenidos dijo que la intención de ellos era matar a un policía ese día. Esa declaración también consta en el expediente junto con las fotos de los cuchillos y platinas que fueron decomisadas ese día. Ahora pregunto, ¿si un policía hubiera muerto ese día los responsables hubiesen sido condenados por tanto tiempo?
Como dije anteriormente, con el trágico desenlace de la muerte de cinco jóvenes y otros que sufrieron quemaduras en su cuerpo debe haber responsabilidad de parte de las personas que estaban en el lugar. Sin embargo, lo que ocurrió no fue algo premeditado. Es como si una persona sale en su carro y un peatón se le tira enfrente, uno lo atropella y mata. Es un hecho lamentable, pero tampoco es culpa del conductor. De igual manera se debería juzgar a estos policías. No puede ser que en nuestro país la condena más alta la tengan personas que día a día salían a la calle para proteger nuestras vidas y propiedad.
EX MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS.