- 15/09/2022 00:00
'Usual suspects' del magnicidio de Remón (1955)
Las palabras más célebres del filme Casablanca (1942) por parte del Capitán Renault. Sí la aplicamos al Magnicidio Remón (1955) emergerían otros “usuales”.
Entre ellos, la mafia norteamericana, el establishment gringo, la CIA y hasta el Ejército de Salvación. Yo me uno a las mentes que fue la mafia local, la Comandancia y el adinerado patriciado.
Las reformas fiscales que implementaba Remón atentaban con la una vez impermeable patrimonio de los mega ricos. ¿Mafia gringa? Ya eran los años 50 y matar altos perfiles era impensable. A Lucky Luciano le embargaron solo una nave de narcóticos; Lucky cruzaba decenas de navíos exitosamente. ¿Una nave capturada? Gran vaina.
¿El Establishment? Solo un demente se metería con un útil amigo de Eisenhower. ¿La CIA? “Conozco el monstruo…” Remón ya había abandonado el narcotráfico e impuso lo mismo dentro de la Comandancia con fuerte oposición. La CIA estaba ocupada en Irán, Hungría, Guatemala, etc.
¿Entonces quien fue? Lamentablemente nunca sabremos. Muchos de los antagonistas han perecido o tienen Alzheimer. Solo nos quedan los niños de Cangrejo que jugaban rayuela aquella noche y escucharon las dos Schmeissers tronar desde el Club House del Hipódromo Juan Franco.
Solo nos quedan cabos sueltos sin atar que nos obliga sospechar que el coup fue generado localmente. ¿Cómo sabían los gatilleros que los patrullas regresaban al cuartel a las 7?:00 p.m. y cambiar lentamente de turno? Cuando circula en la radio de las patrullas de la balacera, solo una patrulla se sale de su ruta y va intrépidamente al hipódromo.
¿Por qué al atleta Danilo Sousa testigos lo ven montarse en una patrulla con un tiro y minutos luego llega al Santo Tomás muerto con tres balazos? ¿Sí, las Schmeissers eran 9mm y disparadas a 20 metros que hacía un balazo a quema ropa en la guayabera de Remón?
Un buen amigo de Remón, Toño Anguizola, parado a su lado, le alcanzaron las balas, pero vivió y se recuperó en el Santo Tomás. El día que le dieron de alta poco después lo encontraron muerto en su cama ya empacado. Testigos vieron a un desconocido vestido de médico entrar a su habitación por un breve momento.
El personaje que más me intrigó en este embrollo digno de Agatha Christie fue Toto Remón. Su hermano llevaba solo 48 horas muerto y ya estaba él ante José Ramón Guizado (JRG) pidiendo el puesto del Ministerio de Gobierno y Justicia.
Aunado a eso, quería la aprobación de un préstamo por $400k, vía la CSS, para su camaronera (!!!). La viuda, mientras tanto, le pidió a JRG su seguir siendo jefa del despacho de la Primera Dama y se lo otorgaron. Esa noche ella le comenta a sus amigas “JRG no durará en ese puesto”. Defenestran a Guizado y Dicky Arias Espinoza sube a Presidente, nombra a Toto de ministro y aprueba los $400K.
Toto no tardó en sacar los colmillos y el cobre una vez en el Ministerio de Gobierno. JRG, aún presidente aquellos diez días, solicita a Cuba una lumbrera forense prestado por Fulgencio Batista, el Dr. Israel Castellanos. Fue directo al Club House y estaba bien molesto que gritó que la escena del crimen estaba dramáticamente contaminada por curiosos que entraban y salían las mañanas después. Pero, sin embargo, encontró debajo de la mesa principal una bala, calibre 38 sin detonar (!!!).
La tarde siguiente, al regreso al hotel, el Dr. Castellanos comete un faut pas y le comenta al chófer de que él ya tenía idea quienes fueron los perpetradores. A la hora, Toto le manda una patrulla al hotel y lo conducen a Tocumen para el siguiente vuelo fuera de Panamá. El Dr. amanece en Maiquetía y luego vuela a La Habana. Años después lo invitaron para que continuara las investigaciones y respondió mostrado su dedo del medio de su mano derecha.
Por último, Rubén Miró. Siempre fue un show boat, pero se habla que Lilo Vallarino lo amenazó si no inculpaba a JRG, pero luego, muy tarde, se retractó. Años después (1969) a Miró lo encuentran baleado en una cuneta en Chepo.
Se habla que fue un favor pro venganza de Omar al ahora embajador ante México; Toto Remón. Para mí no fue venganza. Miró sabía mucho y en cualquier momento cantaría. Por eso Toto lo mató. En fin, todos tenemos un hermano prenda.