• 18/07/2021 00:00

¡Abran las jaulas! (III)

“En 1994, […], Henry Spira, compró acciones en McDonald's, para poder presentar una resolución […] pidiéndoles que exigieran a sus proveedores […] alternativas menos restrictivas para alojar animales”

Los intentos para que empresas como McDonald's adoptaran requisitos más estrictos de bienestar animal han estado sucediendo durante mucho tiempo. En 1994, el pionero defensor de los derechos de los animales, Henry Spira, compró acciones en McDonald's, para poder presentar una resolución en la reunión anual de la compañía pidiéndoles que exigieran a sus proveedores que usaran alternativas menos restrictivas para alojar animales. Siguieron algunas disputas legales y Spira finalmente retiró su resolución a cambio de una declaración pública de la compañía de que exigiría que sus proveedores tomen todos los pasos razonables para garantizar que los animales sean tratados humanamente.

Spira sabía que esto podría ser simplemente palabras en papel, pero aceptó el acuerdo, porque, “si McDonald's se mueve un milímetro, todos los demás se mueven con ellos”. Era la primera vez que McDonald's había aceptado la responsabilidad de cómo iban a tratar sus proveedores a los animales. Durante los dos años siguientes, nada cambió para los animales que McDonald's compró. Luego, la corporación tomó la decisión equivocada de demandar a un grupo de activistas de Londres por difamación, por las declaraciones que hizo en un folleto. La mayoría de los activistas cedieron y se disculparon, pero Helen Steel y David Morris decidieron representarse a sí mismos en la Corte contra el gigante corporativo. Eso llevó al juicio por difamación más largo en la historia legal británica, después de lo cual el juez determinó que las declaraciones sobre la responsabilidad de McDonald's por el trato cruel a los animales no eran difamatorias, porque eran ciertas.

Después de la mala publicidad que McDonald's recibió del juicio, Spira renovó sus esfuerzos para persuadir a McDonald's de hacer cambios significativos. En 1997, Bob Langert, director de sostenibilidad de McDonald's, acordó que McDonald's contrataría al asesor de la industria ganadera, Temple Grandin, para auditar los mataderos en los que compraban su carne y considerar cualquier cambio para mejorar el bienestar animal. También sugirió que McDonald's pidiera que sus proveedores eliminaran gradualmente las jaulas para las cerdas, pero sobre ese tema, la empresa se demoró.

Después de la muerte de Spira, en 1998, otras organizaciones, incluida la Sociedad Humana de los Estados Unidos (HSUS), iniciaron una campaña. Durante la siguiente década, algunos de los principales proveedores de McDonald's comenzaron a alejarse de las jaulas. Sin embargo, McDonald's continuó resistiendo la presión de exigir que los proveedores encontraran alternativas a ellas. Muchos sabían que cualquier movimiento de McDonald's marcaría una tendencia para toda la industria, y también sabían que los CEOs tienden a escuchar a un inversionista activista multimillonario con un historial de compras de acciones suficientes para obtener puestos en el Consejo y luego hacer cambios en la administración.

La estrategia para cambiar esta práctica necesitaba consumidores informados moralmente, pero durante muchos años no hubo avances. Hasta que, en 2011, Carl Icahn, el tenaz inversionista, ofreció su ayuda en la lucha contra la crueldad hacia los animales y persuadió a McDonald's para que dejara de comprar carne de cerdo a los productores que usaban jaulas. Con Icahn a la cabeza, fue fácil pasar por alto la oficina de sostenibilidad de McDonald's y hablar directamente con su CEO, Don Thompson. Señaló que siempre que las iniciativas ciudadanas sobre las jaulas de las cerdas embarazadas habían logrado estar en boletas para elecciones y referéndum, en iniciativas en Florida en 2002, Arizona en 2006 y California en 2008, habían votado para prohibirlas. Los ejecutivos de McDonald's seguramente también sabían que Chipotle, que años antes se había comprometido a no comprar a los productores que restringen y limitan a sus cerdos, había experimentado un rápido crecimiento.

En febrero de 2012, McDonald's acordó eliminar gradualmente la compra de carne de cerdo a productores que utilizan jaulas para cerdas. Aunque un portavoz del Consejo Nacional de Productores de Cerdo dijo: “No sé quién les preguntó a las cerdas si querían dar la vuelta, este es un mercado en el cual las empresas invierten y producen, no el Gobierno”, lo que causó estupor y los cabilderos de Washington no pudieron bloquearlo. Durante los siguientes tres años, más de sesenta marcas importantes siguieron el ejemplo de McDonald's, incluidas cadenas de hamburguesas como Burger King y Wendy's, supermercados como Safeway y Kroger, las grandes tiendas Costco y Target y, el año siguiente, Walmart. Lentamente, pero avanzando, la próxima semana les cuento más.

Empresario, consultor en nutrición y asesor de salud pública.

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