2024: arrancamos en donde quedamos

Como siempre mis artículos se publican en La Estrella de Panamá los lunes. Para bien o para mal, hoy, lunes 1 de enero de 2024 no será diferente pero lo más probable es que tenga menos lectores. El cansancio o la goma de las celebraciones al recibir el año nuevo, quizás solo deja espacio para los titulares noticiosos, pero poco espacio para leer artículos de opinión. De todas maneras, el titular más importante que debiéramos todos conocer es que “arrancamos en donde quedamos”. Esas chispas emocionales y esperanzadoras por el simple hecho de que un día cambió a otro, en realidad no suelen provocar mayores variaciones.

A la entrega de este escrito, tres días antes de que finalizara el 2023, no hay suficiente espacio en esta columna para recordar los retos inconclusos y amenazantes a la paz ciudadana y al desarrollo humano que traemos del 2023 y mucho antes.

Los medios internacionales informaron que: “Hasta el 25 de diciembre, 22.000 palestinos e israelíes en total habían muerto en la guerra entre Israel y Hamas, incluidos 68 periodistas (61 palestinos, 4 israelíes y 3 libaneses) y más de 135 trabajadores humanitarios de las Naciones Unidas. Esa guerra continúa, a pesar de las pobres condiciones humanitarias. Según France24, Herzi Halevi, jefe de las fuerzas armadas israelíes dijo el martes pasado que: “Los objetivos de esta guerra son esenciales y no fáciles de lograr (...) Por lo tanto, la guerra continuará durante muchos meses más”.

En las Américas, los registros contabilizan que más del medio millón de migrantes de diversos países y nacionalidades cruzaron la selva del Darién camino a los Estados Unidos durante el 2023. Reportado así, para economizar espacio, no debemos perder de vista lo que eso implica para grupos familiares que persiguen mejores condiciones de vida; la presión económica y de seguridad que significa para nuestro país la atención de tantas personas y los riesgos de enfermedades y muerte que provoca este transitar humano, muchos violentados en su sueño por bandas de malhechores.

También aquí en las Américas (siempre es bueno estar al tanto de lo que ocurre en el barrio), en El Salvador, México, República Dominicana, Uruguay, Venezuela, y en Panamá habrá elecciones presidenciales en el 2024. Debemos recordar que también en Estados Unidos habrá comicios envuelto en una dramática serie de asuntos y determinaciones legales para el expresidente y posible candidato republicano Donald Trump. El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, quien tomó posesión el 10 de diciembre, ha puesto a medio mundo al borde de sus asientos en observancia de sus políticas y sus acciones de gobierno. Para Nicaragua solo nos queda aspirar mejores tiempos para ese pueblo y que sus posibilidades de desarrollo humano, alejado de la demagogia y el desequilibrio, se puedan emprender.

Antes de recordarles cómo terminamos el 2023 y comenzamos el 2024 en Panamá, hago unas anotaciones al margen, pero significativas. Nuestros atletas han sacado la cara por este país. Poco, muy poco es lo que reciben y los espacios que tienen para entrenar y buscar su mejor forma, dan pena. Muestran un amor incalculable por este país, por su gente y en especial por la gente de sus barrios que los aplauden cuando ganan y los abrazan cuando pierden.

La creación literaria ha tomado impulso. No todo lo que se publica es bueno y no todos son escritores convencidos de que ese oficio es el camino necesario para construir una mejor sociedad, retratar el escenario social y cultural o cuestionar los reveces o las bondades del mundo y los espacios en que vivimos desde la realidad o la ficción. Pero lo que se ha escrito y/o publicado en el tablero del escenario nacional es un ejercicio meritorio y como siempre y, muchas veces, con el esfuerzo individual de cada proponente.

Quedamos en que el pueblo ha rechazado el contrato minero y en términos generales, la minería en suelo panameño. La Corte Suprema de Justicia validó ese rechazo. Esa determinación es el producto de lo demostrado en las calles por diversos sectores y en particular por los jóvenes, los que posiblemente asuman el liderazgo de la nación dentro de un par de lustros. No olvidemos los muertos.

Que la goma, el trasnoche de hoy y esos sentimientos subliminales de “borrón y cuenta nueva” cuando cambia el calendario, no nos distraigan de los peligros que traemos a cuestas y los maliciosos que nos esperan.

El autor es comunicador.