Corrupción y pobreza

En los llamados Gobiernos ‘democráticos’ la corrupción ha sido creciente. Son cinco administraciones de Gobierno que en veinticinco años han asaltado las arcas del Estado, los ingresos del pueblo panameño.

Existe una relación bastante lineal entre corrupción y pobreza. Cuanto mayor es el nivel de corrupción más pobreza hay en el país. Esta relación es compleja, ya que no solo se asocia la corrupción de un Gobierno, sino también en otros sectores de la sociedad como la administración pública en todas sus instituciones, en las empresas, la partidocracia, el sistema judicial, el legislativo, entre otros.

Pero no solo es aberrante que se enriquezcan a través de coimas, sobornos, sobrecostos, licitaciones amañadas a costa de los más pobres, sino que los actos de corrupción ponen en peligro la vida de miles de panameños y perjuicios para el resto de la sociedad.

Las consecuencias negativas de la corrupción afectan más a los pobres por la falta de medios para poder defenderse. La corrupción carcome el sistema económico, político, social, judicial, legislativo, obstaculiza el desarrollo económico y la elaboración de políticas públicas que beneficien a los más pobres.

Con los 13 millones encontrados al exdirector del PAN y los más de 400 millones del PAN que se llevaron los diputados cuántos panes se hubiesen repartido entre los pobres de Panamá; cuántas escuelas, viviendas, veredas, infraestructura se dejaron de construir; cuánto instrumental quirúrgico y medicamentos se pudieron comprar.

Peculados, robos y actos de corrupción han quedado impunes en estos 25 años y antes. El pueblo intuye que esas prácticas seguirán como se demostró con la imposición al país de Federico Humbert como contralor, hecho que se produce luego de las propias denuncias del PRD y CD de que el Gobierno y grupos afines al nuevo contralor y uno de los financiadores de la Campaña de Varela, estaban comprando diputados y presionando en torno a procesos legales pendientes y denuncias sobre algunos de ellos.

El pueblo se pregunta, si esto ha sucedido en solo cinco meses de Gobierno, ¿qué sucederá cuando éste confronte el desgaste natural ante su incapacidad de dar respuesta a las grandes necesidades sociales?

Como dice el pueblo: ‘Ellos son blancos y se entienden’. En los Gobiernos y su partidocracia no priva la menor intención de investigar, juzgar y condenar a quienes resulten responsables de lesiones al Estado y la sociedad panameña. Tampoco en aquellos que los medios de comunicación social ocultan, las empresas privadas que han estado siendo parte de la corrupción.

En medio de la corrupción, para nadie es un secreto los nubarrones que se ciernen sobre las grandes mayorías marginadas.

Para el 2015 si bien se pronostica que el crecimiento económico se mantiene, ya se anuncian medidas lesivas a la población como aumento de la tarifa de electricidad en algo más que 18 %; aumento del desempleo y la informalidad laboral (reconocido en cifras oficiales); el costo de la canasta básica familiar (alimentos y otros bienes y servicios necesarios) seguirá aumentando; el uso de los corredores Norte y Sur (otro de los focos de corrupción) en prepago aumenta su recarga mínima afectando a los de menos ingresos.

Como si ello fuera poco, los mismos de siempre, hoy también parte de este Gobierno, insisten en reformas a la Ley de Seguridad Social (Programa de IVM y EyM), afectando a los asegurados y sus beneficiarios. Dicho sea de paso, el llamado a fiscalizar la cosa pública, al nuevo contralor se le acusa de morosidad con la CSS, y al actual director de esta institución se le menciona vinculado a prácticas no ética con la CSS.

Solo una Asamblea Constituyente Originaria, con plenos poderes, autoconvocada por el pueblo, representa la única salida a la podrida institucionalidad. Ello requiere crear poder popular, fortalecer la organización independiente, elevar los niveles de conciencia e intensificar la lucha en las calles.

*SECRETARIO GENERAL DE CONUSI-FRENADESO.