La reunión de este miércoles 13 de noviembre en la Casa Blanca entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario electo, Donald...
- 17/12/2021 00:00
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El poco avance era de esperarse. Es un diálogo ilegítimo porque no cuenta con la participación de los sectores representativos de la institución, y por otro lado en la mesa hay personas que no representan los mejores intereses y están allí para garantizar los intereses de ciertos sectores económicos que buscan quedarse con los recursos de la Caja de Seguro Social, especialmente con los fondos de pensiones. Además de los que han hecho negocio con los servicios de salud y de construcción de infraestructura. En el fondo no se busca resolver los problemas de la entidad, sino los beneficios propios o de los sectores que lo han colocado en la mesa. Todo esto ha provocado el poco avance que ha tenido el diálogo.
El actual mecanismo que se utiliza para la designación del director de la Caja de Seguro Social es completamente político, porque la decisión final está en el presidente de la República. Más allá del periodo del director, nosotros, los del sector de los trabajadores, hemos propuesto que sea la junta directiva de la entidad la que evalúe y designe el director con base en criterios objetivos y no con criterios político-partidistas que es lo que ha ocurrido por años. En la junta directiva están todos los sectores y que sean ellos, de manera colegiada, los que tomen la decisión sin injerencia político-partidista. Si estas injerencias no se resuelven, se tendrá el mismo problema en la designación del director aunque se aumente o disminuya el periodo.
Es un esfuerzo más, un desgaste y un despilfarro de los recursos del Estado en un diálogo totalmente infructuoso. Sabemos que habrá presiones de los sectores financieros de que este esfuerzo concluya con la privatización de los fondos de pensiones y eso es lo que ocurrirá el próximo año.
Aumentar la edad de jubilación no resuelve el problema. La Caja de Seguro Social es un ente social, los criterios para evaluarla no pueden partir desde una perspectiva meramente financiera, claro está que aspiramos a que sea sostenible el modelo del sistema de pensiones, pero no hay que olvidar que la función de la Caja de Seguro Social es social y por lo tanto es responsabilidad del Estado garantizar que la institución cumpla con su propósito. Tenemos que buscar mecanismos sostenibles para garantizar que la Caja cuente con los recursos para darles a los ciudadanos las coberturas que necesita y no depender únicamente de las contribuciones de los afiliados. Es una responsabilidad del Estado para contribuir a que el sistema sea sostenible; así como se destinan recursos a la seguridad pública, ese mismo mecanismo debe prevalecer para garantizar la sostenibilidad de los fondos de pensiones. La Caja cumple un rol de redistribución de la riqueza, por lo tanto parte de sus recursos deben provenir de impuestos y de activos del Estado.
Como trabajadores hemos planteado que las alternativas son diversas y las iniciativas para encontrar un modelo sostenible deben incluir el aporte del Estado, de un impuesto directo de las concesiones importantes, como la del sector portuario, así como inversiones seguras de los fondos de pensiones para mejorar sus rendimientos, y de los aportes del Canal de Panamá. También hay que establecer mecanismos más coercitivos para evitar la evasión de la cuota obrero-patronal. Por último, creemos que el aporte de las empresas debe ser mayor.
Ha sido un diálogo extenso y sumamente complejo. Sin embargo, para nada ha ayudado que muchos de los participantes hayan demostrado que sus intereses son más bien de carácter personal, que el bienestar de miles de panameños que dependen de una Caja de Seguro Social eficiente, moderna, transparente, equipada, humana y robusta.
Me parece que lo importante es entender que ninguna de las 1,400 propuestas presentadas, resolverán los profundos problemas de la institución por sí solas. Debe existir una estrategia integral, si realmente queremos ver resultados positivos en los siguientes años, tomando en cuenta también, que el tiempo ya no está de nuestro lado. No veo mal la extensión del periodo del director de la entidad, siempre y cuando se establezcan requisitos mínimos a cumplir en aspectos como transparencia, rendición de cuentas, medición, resultados y procedimientos claros y viables para su remoción en la eventualidad de no cumplir con los mismos. No puede ser un cheque en blanco.
La expectativa es que luego de hacer un análisis profundo de las más de 1,400 propuestas que surgieron de este diálogo, se establezca una estrategia fortalecida e integral. Lo más importante es que las propuestas y la estrategia no queden en papel; es imprescindible un plan de ejecución. Sin una hoja de ruta y sin ejecutar acciones de forma estratégica y oportuna, no lograremos absolutamente nada.
Pretender que con el simple aumento de la edad de jubilación se resolverán los problemas de la CSS, como resultado de décadas de omisión, ineptitud, incapacidad y negligencia por aquellos que han dirigido la institución, es un pensamiento ingenuo y muy lejos de la realidad. Existen problemas administrativos, estructurales, tecnológicos, de recurso humano, insumos, y otros más, los cuales son el verdadero cáncer de esta importante institución.
Me parece que lo primero que debe ocurrir es una limpieza en la junta directiva de la CSS. Aquellos que llevan décadas formando parte de la misma tienen que poner sus cargos a disposición. En esa misma línea, la junta directiva debe oxigenarse de manera más seguida y establecer requisitos mínimos, sin dejar a un lado aspectos como diversidad y las multidisciplinas que deben siempre estar presentes en este tipo de estructuras administrativas. Existe un amplio desfase en cuanto a datos financieros, la última auditoría realizada en la institución ocurrió en 2011. Por lo que otro cambio importante que debe hacerse, es la periodicidad de auditorías e informes financieros, seguido de su divulgación a la faz del país y los contribuyentes. La CSS también tiene un problema de desfase a nivel tecnológico, por lo que muchos procedimientos y métodos internos han quedado obsoletos, dando como resultado demoras, burocracia innecesaria, y muchas molestias en los usuarios. Se debe aplicar tecnología que permita una institución moderna, accesible, transparente, con procedimientos automatizados y más breves.