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La enfermedad renal crónica desde la investigación científica y la prevención
- 13/12/2020 00:00
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En el año 2010, aproximadamente 2 millones de personas a nivel global murieron prematuramente por enfermedad renal crónica, sin acceso a diálisis. Según distintas estimaciones, entre un 6% y un 10% de la población mundial sufrirá de enfermedad renal crónica.
La enfermedad renal crónica es un padecimiento en el que, de manera gradual, se va perdiendo la función de los riñones. Los riñones se encargan de filtrar los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, que luego se excretan en la orina.
Como esta es una enfermedad crónica, los síntomas iniciales son escasos y si no hay un adecuado control de salud, los pacientes van a acudir al médico en etapas avanzadas cuando los niveles de desechos del cuerpo se han acumulado por largo tiempo y el desequilibrio de líquidos y electrolitos son tan importantes que se puede producir la muerte o requerir de manera inmediata terapia de reemplazo renal, también conocida como diálisis.
En un 60% de los pacientes la causa de enfermedad renal crónica es fácilmente identificada, siendo las causas principales, la diabetes mellitus, la hipertensión esencial y la obesidad, las cuales constituyen el grupo de las causas tradicionales junto a una minoría de causas secundarias a enfermedades inmunológicas, litiasis renal y enfermedades hereditarias. En un 10% de los pacientes no se encontrará diagnóstico, por lo que se le clasificará como de causa desconocida.
En 2017, en un trabajo con más de 60 colaboradores hemos publicado un estudio en la revista Journal of American Society of Nephrology, titulado “Global Cardiovascular and Renal Outcomes of Reduced GFR”, (DOI: https://doi.org/10.1681/ASN. 2016050562) en el cual evaluamos cómo la enfermedad renal y sus complicaciones tienen un impacto importante en la pérdida de salud y mortalidad prematura en la población a nivel mundial, ya que la pérdida de función renal se asocia con una mayor probabilidad de diagnósticos de enfermedades cardiovasculares, gravedad y muerte.
Entre un 6% y un 10% de la población mundial va a sufrir de enfermedad renal crónica. Según las estimaciones de los datos obtenidos, aproximadamente 2 millones de personas a nivel global en 2010 murieron prematuramente por enfermedad renal crónica sin acceso a diálisis y la región con mayor tasa de mortalidad durante 2013 fue América Latina y el Caribe, con 32 por cada 100,000, lo que es de manera preocupante casi el doble de la tasa mundial.
En otro estudio que publicamos recientemente varios investigadores de países latinoamericanos en la revista Nefrología Latinoamericana en 2018, “Diálisis peritoneal en Centroamérica y el Caribe: estado actual, necesidades y propuestas”, Trabanino R, Arroyo L, Courville K et al (DOI: 10.24875/NEFRO.18000041 ) se evidencia que en algunas zonas de Centroamérica, la tasa de mortalidad por enfermedad renal ajustada alcanza los 89 por 100,000 habitantes, y dos países de esta región, El Salvador y Nicaragua, presentan algunas de las tasas de mortalidad más altas del mundo.
Hay otras causas no tradicionales de enfermedad renal crónica que desde hace algunos años se han venido identificando en áreas agrícolas en América Central (El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Costa Rica y Panamá), lo que ha tenido un impacto de morbilidad y mortalidad importante por el aumento de pacientes y poca capacidad de respuesta de oportunidades de terapia de reemplazo renal.
La enfermedad renal crónica de causa no tradicional (ERCnt) se la conoce por varios términos, como nefropatía mesoamericana o enfermedad renal crónica de causa desconocida, y se refiere a una condición renal identificada, principalmente en áreas dedicadas a la agricultura, por lo que se observa en trabajadores jóvenes y en su mayoría de sexo masculino, que afecta la función renal de manera irreversible.
Dentro de las hipótesis se han citado exposición a plaguicidas, condiciones de trabajo extremas por exposición al calor, deshidratación, uso crónico de antiinflamatorios, alcohol y tabaco. Las áreas identificadas en Panamá que cumplen con estas características comprenden las provincias centrales, con Coclé con la mayor incidencia, seguido de Herrera, Los Santos, Veraguas; y la costa Pacífica de Chiriquí; en donde se ha observado un aumento en la prevalencia de pacientes con requerimiento de terapia sustitutiva renal hasta en 200 por 100,000 habitantes.
Algunos grupos de investigación a nivel de Centroamérica y Panamá que nos dedicamos a investigaciones de campo, hemos venido trabajando en diversos proyectos tratando de encontrar la causa o factores predisponentes, debido a que la enfermedad renal crónica a cualquier edad produce pérdida de vidas.
A través de grupos como la Asociación Centroamericana y del Caribe de Nefrología e Hipertensión, https://acecanh.org/sobre-acecanh/ y la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión (SPNH) seguimos trabajando para forjar una estructura valiosa de conocimiento en salud renal a nivel centroamericano. Aunque los fondos de investigación son escasos, en nuestro país hemos podido iniciar algunos estudios, pero se hace necesario un mayor apoyo en recursos económicos para poder hacerle frente a los retos de salud pública que en Panamá se nos plantean en el presente y futuro.
Se estima que una proporción significativa de pacientes con enfermedad renal crónica de la región de Centroamérica y el Caribe no tienen acceso a las opciones de terapias de reemplazo renal que les garanticen una adecuada sobrevida. En Panamá, para inicios del año 2020 se reportaron más de 2,500 pacientes en terapia de reemplazo renal, con un 80% en hemodiálisis y un 20% en diálisis peritoneal a nivel nacional. Es preocupante la alta prevalencia de la enfermedad renal crónica en Panamá, por lo que existe la posibilidad en un futuro de que la falta de disponibilidad de servicios de diálisis se agrave.
Como médicos científicos e investigadores estamos interesados en la necesidad de la prevención de este padecimiento a través del correcto abordaje de los determinantes y factores de riesgo de enfermedad renal crónica mencionados arriba. Solo a través de políticas públicas de atención primaria en salud, dirigidas a nivel comunitario con el objetivo de mejorar la salud de las personas, es como puede disminuirse este grave problema de salud pública.
Pensamiento Social (Pesoc) está conformado por un grupo de profesionales de las ciencias sociales que, a través de sus aportes, buscan impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de estas disciplinas.
Su propósito es presentar a la población temas de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.