- 14/07/2012 02:00
- 14/07/2012 02:00
SIRIA. Al menos 150 personas, entre ellas decenas de rebeldes, murieron en el centro de Siria en una nueva masacre imputada al régimen por la oposición. Pidieron una resolución vinculante del Consejo de Seguridad de la ONU para poner fin al baño de sangre.
Tropas gubernamentales bombardearon la localidad de Treimsa, en la provincia de Hama, echando mano de tanques y helicópteros, y dejando un balance de más de 150 muertos, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido.
El gobierno de Damasco, atribuyó la masacre a los ‘grupos terroristas armados’ que dice combatir desde el inicio de la revuelta contra el régimen en marzo de 2011.
La nueva masacre se produce en medio de un bloqueo diplomático.
La elaboración de una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU sigue empantanada por el desacuerdo entre los países occidentales, que amenazan a Damasco con sanciones, y Rusia, principal apoyo del régimen del presidente Bashar al Asad.
El emisario de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, dijo que estaba ‘horrorizado y consternado’ por lo sucedido, y consideró que se trata de ‘una violación del compromiso del gobierno de poner fin al uso de armas pesadas en los centros de población’.
El jefe de la misión de observadores de la ONU en Siria, Robert Mood, afirmó que sus hombres están dispuestos a acudir a Treimsa y verificar los hechos si hay un verdadero alto el fuego.
Los Hermanos Musulmanes de Siria, miembros influyentes del CNS, criticaron con especial virulencia el papel del emisario internacional Kofi Annan, así como los regimenes de Irán y Rusia, dos aliados de Asad, a los que responsabilizaron de la masacre por su inacción.
‘Después (de Treimsa) habrá masacres aún más espantosas, mientras aquellos países que pretenden ser los portadores de la civilización se quedan impasibles ante la sangre siria’, destacaron los Hermanos Musulmanes.
RUSIA
Rusia condenó ‘con firmeza‘ la matanza de Treimsa, y pidió una investigación sobre este ’sangriento crimen’ que imputa a ‘fuerzas que buscan sembrar granos de odio interconfesional’ en ese país.
Rusia acusa regularmente a los rebeldes de intentar impedir las negociaciones con el régimen de Bashar al Asad incitando a mayor violencia susceptible al final de cuentas de provocar la intervención de potencias extranjeras en Siria, a lo que se opone resueltamente.
El portavoz de la diplomacia rusa reiteró el llamado de Moscú a ‘todas las partes en el conflicto’ a ‘un alto el fuego inmediato’.