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- 19/09/2024 09:24
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Es un estado de bienestar emocional, psicológico y social. Nos permite aprender, trabajar, hacer frente a los estreses de la vida y desarrollar habilidades. Eso es salud mental, según la Organización Mundial de la Salud. También es un derecho y la esencia de nuestro desarrollo.
El aislamiento, la incertidumbre y el estrés crónico enfrentado durante la pandemia de COVID-19 pusieron de manifiesto la importancia del bienestar mental. Además, hay una creciente aceptación y comprensión de los trastornos mentales. Esto ha reducido el estigma asociado al tema.
Las redes sociales también han desempeñado un papel crucial. Facilitan el compartir experiencias personales y encontrar apoyo de una manera más accesible.
Estrés laboral. Conflictos familiares. Pérdidas. Problemas financieros o una crisis de salud. Son situaciones que pueden afectar nuestra salud mental. Eventos aparentemente inocuos, como el nacimiento de un hijo o un ascenso en el trabajo, también podrían traer desafíos emocionales para algunas personas y estrés negativo.
¿Quiénes son más susceptibles a esto? Varía. Tiene que ver con una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos.
Experiencias tempranas en la vida, como el trauma o el abuso, pueden aumentar la vulnerabilidad. Factores como la falta de apoyo social, el estrés crónico y la presencia de otras condiciones médicas contribuyen a que una persona sea más propensa a experimentar problemas en su salud mental.
Cambios persistentes en el estado de ánimo, ansiedad intensa, dificultades para manejar el estrés o problemas recurrentes para dormir son indicios de que es el momento de buscar apoyo profesional.
La salud mental no es algo que deba ignorarse hasta que se presente un problema grave. Cuidar de ella es fundamental para una vida equilibrada y plena. Al aprender prácticas de cuidado mental nos aseguramos una mente más saludable y resiliente.
Aquí, algunas recomendaciones:
Prioriza la autoconciencia. Dedica tiempo a conocerte, a entender emociones y establecer límites saludables en las relaciones.
Equilibra entre vida laboral y personal. Practica el decir “no” cuando sea necesario. Reserva tiempo para actividades que relajen y traigan gozo.
Practica el autocuidado intencional. Incorpora hábitos saludables como meditación, ejercicio regular y una alimentación balanceada.
Fomenta las conexiones sociales. Mantén relaciones significativas con amigos y familiares. Busca nuevas oportunidades para interactuar socialmente y evita el aislamiento.