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La Olade aplaude avance en la transición energética de la región
- 02/01/2024 00:00
- 29/12/2023 19:59
Las transiciones energéticas avanzan en América Latina y el Caribe contribuyendo desde el sector energético a la descarbonización de las economías y al cumplimiento de los compromisos adquiridos por los países de la región en el Acuerdo de París.
Lo anterior es reconocido por la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) en su informe denominado “Panorama energético de América Latina y el Caribe 2023”, que recoge la información energética de sus 27 países miembros, entre ellos, Panamá.
Para la organización se vienen dando mejorías en algunos indicadores, como: la generación eléctrica con renovables que de un 53% en 2015 pasó a un 65% en 2022; la oferta total de renovables de 24% en 2015 llegó a un 28% en 2022.
La cobertura eléctrica total también fue positiva subiendo de 96.5% en 2015 a 97.5% en 2022, y finalmente, las emisiones totales de CO² del sector energético cayeron de 1,993 millones de toneladas en 2015 a 1,849 millones de toneladas en el año 2022.
La región ha concentrado la transición energética en la matriz de generación, sin embargo, la electricidad representa cerca de un 20% del consumo final de energía en la región y que más del 60% de este consumo corresponde a fuentes de energía de origen fósil.
Aunque Andrés Rebolledo, secretario ejecutivo de la Olade, reconoce los avances, afirmó que es prioritario invertir mayores esfuerzos en la descarbonización de los sectores de consumo final, sobre todo en transporte e industria.
Según Rebolledo, “la electricidad de origen renovable, la biomasa moderna y el gas natural, han sido hasta ahora las fuentes de transición disponibles para reducir emisiones de carbono en los sectores de consumo final, sin embargo, hay segmentos de estos sectores como el transporte aéreo, marítimo, terrestre de carga pesada, así como la industria cementera, la siderúrgica, entre otros, donde dichas fuentes tienen dificultades para penetrar”.
Debido a lo anterior, dijo, en algunos países de la región vislumbran la posibilidad de introducir en su canasta energética nuevos vectores energéticos limpios como el hidrógeno verde, el amoniaco verde y los combustibles sintéticos, no solamente para cubrir su demanda interna, sino como un mecanismo exportable de energía a través de estos productos.