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FMI resalta la solidez del sistema financiero panameño, pero recomienda fortalecer el marco regulatorio
- 24/07/2024 00:00
- 23/07/2024 18:23
Las políticas que garantizan la solidez del sistema financiero en Panamá cumple en términos generales con los principios de buen diseño, pero todavía necesitan ser definidas para seguir fortaleciendo la transparencia y la rendición de cuentas, así lo consideró el Fondo Monetario Internacional (FMI), en la Nota Técnica sobre Marco y Políticas Macroprudenciales del Programa de Evaluación del Sector Financiero (PESF).
Desde el 2012, según la revisión, Panamá ha fortalecido significativamente su marco institucional y sus instrumentos para la formulación de políticas macroprudenciales, que han dado como resultado que la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP) y el Consejo de Coordinación Financiera (CCF) logren avances significativos.
Asimismo, planteó que la SBP tiene una capacidad “adecuada” para llevar a cabo sus políticas para recopilar información del sector bancario. También cuenta con un proceso interno “eficaz” para realizar evaluaciones de riesgos sistémicos, en las que realiza intercambio de información con otros organismos supervisores para ampliar la cobertura a todo el sector financiero, a través de la CCF y la representación mutua de algunos directores en los Consejos de las Superintendencias de Bancos, Seguros y Valores.
Entre los procesos de monitoreo de riesgos sistémicos que el FMI destacó de la SBP se encuentran el Informe de Estabilidad Financiera (IESF) y el Informe Mensual de Actividad Bancaria, que muestran una creciente capacidad analítica del sector financiero, ya que las opiniones sobre los riesgos y vulnerabilidades sistémicos están bien articuladas y comunicadas periódicamente.
Otros de los procedimientos son el tablero de riesgos sistémicos y el marco de pruebas de estrés de la SBP, que se han mejorado para identificar los riesgos y apoyar la toma de decisiones. Dentro de esto se ha desarrollado un marco de análisis de sensibilidad que cubre el riesgo crediticio de los bancos para guiar la calibración de las provisiones para pérdidas crediticias y los requisitos de capital.
“La SBP aprovecha sus amplios poderes de supervisión para recopilar indicadores de solidez financiera y datos de supervisión de las instituciones financieras”, señala el Programa de Evaluación del Sector Financiero.
Sin embargo, el FMI ve importante garantizar que el marco institucional de la SBP se siga fortaleciendo, incluso mediante debates periódicos sobre las políticas que garantizan la solidez del sistema financiero, en las que se planteé mayor desarrollo de estrategias y una amplia cooperación interinstitucional dentro del CCF para cubrir todos los riesgos sistémicos del sector financiero.
Para ello, cree que la calidad del diseño y la implementación de las políticas dependerá en última instancia de una serie de factores, incluida la calidad de los datos disponibles.
Si bien la SBP ha hecho continuos esfuerzos para garantizar la suficiencia de referencias para el análisis, el FMI sostiene que debe abordar las lagunas que existe en torno a los datos sobre los sectores de hogares y empresas.
Por el momento, rescata que la SBP está llevando a cabo varias iniciativas con el objetivo de apoyar el establecimiento de indicadores basados en los prestatarios, como las relaciones deuda-ingresos y servicio de la deuda-ingresos.
No obstante, el FMI recomendó a la SBP ampliar aún más su conjunto de herramientas macroprudenciales y desarrollar una estrategia para guiar el momento y la modalidad adecuados para implementar y activar cada herramienta de política.
De igual modo, exhortó a introducir herramientas adicionales basadas en los prestatarios para abordar los riesgos en el sector de los hogares, así como herramientas para contener el apalancamiento excesivo y el riesgo sistémico en el sector corporativo.
Por último, indicó que la SBP también debe continuar acumulando experiencia en la evaluación de los efectos de las políticas, incluidos los efectos previstos de cualquier medida adoptada y cualquier efecto secundario no deseado, para evaluar la necesidad de ajustes de políticas.
“Desarrollar una estrategia con objetivos claros e indicadores clave ayudará a guiar el momento de activación de herramientas de política macroprudencial basadas en una evaluación de la evolución macrofinanciera, así como en comunicaciones al público”, concluyó el FMI.