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Restaurantes reportan pérdidas en la que debía ser su temporada alta
- 16/11/2023 13:42
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La protestas y los cierres de calles en rechazo al contrato minero vienen incidiendo negativamente en los restaurantes, y el turismo en general. Con 25 días de protestas y cierres de calles, los dueños y administradores de estos negocios analizan la situación, que ha teñido de rojo, las cifras de la temporada alta.
Tradicionalmente, el último trimestre del año da inicio a las fiestas de fin de año, y con ello, la temporada alta de turismo que se extiende hasta el cuarto mes del siguiente año, por lo que suele representar buenas noticia y ganancias para todos los negocios.
"La temporada del turismo abarca desde marzo hasta abril. Además, las ventas de noviembre sirven para recuperar lo que no se vendió en octubre, el cual, es el mes que menos afluencia de clientes genera, por causa de las lluvias", explicó Fanny Romero, quien lidera el restaurante Fanny's, ubicado en Volcán, Tierras Altas, Chiriquí, en entrevista con este medio.
No obstante, el panorama de este año cambio para Romero y varios miles de dueños y administradores de restaurantes. Desde la falta de insumo frescos para la elaboración de sus comidas hasta la inmovilización de nacionales y extranjeros, debido a los bloqueos.
La empresaria, quien se encuentra en la provincia donde los cercos han sido más fuertes, relató a La Estrella de Panamá, que este año tenían altas expectativas de ganancias para fiestas patrias de noviembre, ya que habían fines de semana largos, con lo que posiblemente lograrían cubrir, lo que no se vendió en octubre.
Pero la idea de ganancias menguaron el 20 de octubre, cuando el presidente de la República, Laurentino Cortizo, sancionó la Ley 406, que establece el contrato entre el Estado y Minera Panamá, pues dos días después, iniciaron unas de las mayores protestas que el país ha experimentado en décadas, en rechazo a esa norma.
Los continuos cierres de calles hicieron que gran parte de los negocios conexos al turismo fueran afectados y que, los productores agropecuarios, de los cuales dependen los restaurantes y franquicias gastronómicas, no pudieran movilizar sus producciones frescas como de costumbre.
"Nuestra gran expectativa de levantarnos económicamente, no se consiguió", lamentó Romero, quien indica que ya había hecho la compra de productos y las preparaciones para tender el incremento de clientes.
"El sector de los restaurantes ya viene bastante golpeado por pandemia y a los cierres del año pasado. Ahora, nos toca esto", agregó la gastrónoma, quien revela que ha tenido una reducción del 92% en sus ventas, desde que iniciaron los cierres de vía.
El pasado 15 de noviembre, el Consejo Nacional de la Empresa Privada dijo, en conferencia de prensa, que las afectaciones al turismo en Chiriquí, Bocas del Toro, Pedasí, el Golfo de Chiriquí y Veraguas y la riviera Pacífica, son del 100%.
La Asociación Panameña de Hoteles dijo, en un comunicado, publicado el 2 de noviembre, que las perdidas ascendían a $200 millones, en el territorio nacional, pues la mayor parte de las reservas para las fiestas patrias, habían sido canceladas.
José Viloria, quien lidera el restaurante Marula, en CasaCasco, Panamá, asegura que su local se encuentra en la misma situación, pues han registrado pérdidas semanas que oscilan el 70% y un 75%. "Las consecuencias pueden ser devastadoras, hasta la fecha ya se ha logrado medir las pérdidas millonarias en la economía a nivel general, ya se han visto afectadas miles de personas en cuanto al ámbito laboral se refiere", comentó a La Estrella de Panamá.
Domingo De Obaldía, quien encabeza el restaurante El Trapiche, en Panamá, destaca que, además de las pérdidas que están experimentando, le preocupa el impacto que esto pueda tener en el personal. "Nuestro rubro emplea cerca de 5,000 trabajadores eventuales, entre noviembre y diciembre, por el alza de actividades y eventos. Pero eso no se está haciendo", analiza, en conversaciones con este medio.
De Obaldía, piensa que lo más preocupante es la necesidad de afrontar las responsabilidades económicas que se avecinan para el rubro, pues de este sector depende mantener el empleo de miles de trabajadores. "Una gran cantidad de restaurantes tendrán que cerrar, empezando con los pequeños, esos que necesitan de un ingreso diario o semanal, para subsistir y que, no cuentan con gran capacidad de crédito. Luego vendrán los mediados, los que tendrán problemas para cumplir con sus obligaciones ante los proveedores y después, los más grandes".
Este sentir es compartido por Romero, quien explicó que, en su caso, ha tenido que mandar a la mayor parte de su personal de vacaciones, para "ver como le da un equilibro a los gastos". "Tuve que comunicarme con los bancos, para pedir una prórroga dentro de mis responsabilidades de préstamos", reconoció.
Los continuos cierres de calle han ocasionado que el acceso a diversos productos como vegetales sea complejo, eso ha hecho que los restaurantes tengan que replantarse algunos elementos al momento de ofrecer recetas o, de plano, dejar de brindar algunos platillos.
"[Hemos tenido que] improvisar, ante la gran escasez de vegetales y el alto valor de lo poco que llegan. Nos hemos visto obligados a reducir las opciones del menú, a la par de realizar cambios en nuestras recetas", mencionó Viloria.
De Obaldía, señaló que, en su restaurante, se ha optado por trabajar con vegetales congelados, en lugar de productos frescos. "Cambiamos recetas, eliminamos temporalmente algunos platos y redujimos el menú. Lo más triste de la escasez de productos locales, porque sí hay vegetales, pero todos son importados. Ya no podemos acceder a los productos de nuestra tierra".
En el caso de Romero, sí ha logrado mantener el acceso a vegetales, gracias a los pequeños productores locales, pero la falta de gas hace que debe racionar bien, el uso de la cocina.
Al ser cuestionados sobre la posibilidad de incrementar el costo de sus platillos para intentar recuperar ganancias, los tres entrevistados alegaron que, de momento, esa no era una "buena opción".
"Subir los precios daña el mercado y si todos lo comenzamos a hacer, vamos a perder la poca clientela que nos queda. Preferimos no vender un producto a que se nos escape de los costos. Esto desmejora nuestra calidad de servicio", analizó Viloria.
"Si subimos los precios, ¿Quién va a poder costearlos?", preguntó Romero, quien considera que lo único que pueden hacer, ante la falta de turistas, es apostar por el cliente local y ese, "también se está quedando sin trabajo".
La estrategia, entonces, pasa por procurar "aprovechar al máximo" lo poco que tienen para "intentar subsistir el día a día".
En el caso de De Obaldía, dijo que el desafío de su local pasa por tratar de tener producto suficiente, a corto plazo. Ahora, si los cierres persisten hasta final de año, "sí habría que considerar medidas más drásticas para la sostenibilidad de la empresa y los empleos".
"Tales medidas pueden incluir alzas de precio proporcionales al costo elevado o a la reconfiguración del menú para adaptarse a la realidad del momento", agregó.
Al calificar el actuar del Ejecutivo para tratar de aplacar las protestas, Viloria comentó que la situación "se les salió de las manos". "Parece que nadie tiene idea de cómo poder darle forma nuevamente a la economía, o por lo menos de momento nadie se pronuncia en pro de hacer algo en beneficio de las economías afectadas", manifestó.
"[En Volcán] llevamos más de dos semanas pidiendo que se abran las vías y, aunque nos hemos reunido con diversas autoridades, no se ha conseguido", contó Romero, con evidente molestia.
"Hicimos reuniones en el centro del pueblo, hicimos reuniones en mi restaurante, fuimos a hablar con los que cierran las vías, conversamos con la policía, los productores y el alcalde, pero nada ha funcionado", añadió Romero, quien pide a las autoridades que realicen las acciones necesarias para garantizar la libre circulación en Chiriquí y el resto del país.