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- 30/09/2024 00:00
- 29/09/2024 18:25
Courtney Gary Stempel llegó a Panamá en 1995 con un ambicioso proyecto y un mundo de expectativa, que pensaba venderle a la institución deportiva gubernamental de turno, replicando el programa que realizaba en Londres.
Stempel estaba involucrado con un club de fútbol londinense en un programa hacia las comunidades de alto riesgo, que llevaba intrínseco ‘que la distracción positiva de la juventud, resulta en mejores ciudadanos’.
El técnico estaba muy cómodo en Londres, donde había crecido, estudiado y practicado el deporte más seguido del mundo, pero una visita a su natal suelo istmeño le cambió todo el panorama.
De eso, han pasado casi treinta años y solo quedan los recuerdos, porque nunca pudo recalar en el INDE, donde lo llevaron sus primeros pasos, y mucho menos desarrollar el proyecto con jóvenes en riesgo social.
Aún así, nadie pone en duda que los pasos dados hasta ahora, han sido en la dirección correcta y que su trabajo, principalmente en las categorías menores, ha contribuido al mejoramiento y formación del carácter de quienes han pasado por sus manos.
Unido a ello, están sus logros como técnico que se dicen en forma ‘rápida y furiosa’, pero que han costado mucho ‘sudor, lágrimas y sacrificios’ porque si hay una verdad, es que el deporte panameño aún no madura.
Esta es parte de la historia de ‘Sir’ Gary, un técnico que una vez abandonó su país y que hoy, a los 67 años, aún saca cálculos en su ábaco para ver cómo engrandece al atleta panameño, de quien dice: “tiene el mejor biotipo del mundo para triunfar”.
Gary desarrolló su vida profesional en Londres, donde fue llevado junto a su hermana Roxanne, cuando apenas era un pela’o de seis o siete años.
Su madre Mabel Victoria y su padre Courtney (Cookie), expelotero profesional, se conocieron en el High School de Balboa, se casaron y tuvieron dos hijos que, para más señas, nacieron en el hospital San Fernando.
En Londres, Gary se desarrolló en un mundo donde casi todo estaba relacionado con el fútbol, y lo más cercano al bate y la pelota que alguna vez conoció, tenían que ver con el criquet.
“El juego de mi infancia, en la escuela, en la calle y en el barrio era el fútbol”, dijo.
Siendo ya un profesional, se involucró con el club Millwall FC, de la segunda división del fútbol inglés, con el que empezó el proyecto ‘Fútbol en la Comunidad’, que buscaba llegar a los barrios marginados.
“Era un proyecto social dónde se utilizaba la imagen del club, para tratar de socializar a un barrio de alto riesgo (pandillas, drogas, delincuencia)”, señaló.
Fue en una visita de su padre a Londres y de éste a Panamá, que se planteó la posibilidad de replicar el programa londinense en su país natal y para ello, Stempel padre logró una cita con los regentes del Instituto Nacional de Deportes (INDE)
Gary explicó que el entonces director general, Carlos Pinto Arosemena (ya fallecido), se vio muy interesado en el tema, y hasta hubo una promesa de probarlo.
No obstante, nunca se llegó a buen puerto con la propuesta, por una serie de problemas que se dieron a nivel administrativo, además de que el INDE para ese entonces, no contaba con muy buen respaldo económico.
Esta situación trajo como resultado de que Gary Stempel se viera prácticamente en la calle, ya que había renunciado a su trabajo de diez años con el club inglés, y no había nada planteado en el horizonte.
Prácticamente el proyecto había muerto, pero el técnico capitalino decidió jugársela y se mantuvo en Panamá, hasta que logró ‘enganchar’ en las bases militares estadounidenses, dictando clínicas de fútbol.
“Empecé a tocar puertas, pero en ese momento el fútbol tenía una comisión normalizadora y el fútbol profesional estaba dividido. Era un desastre; no era el mejor momento para tratar de empezar algo”, indicó.
“Seguí trabajando y tocando las puertas de los diferentes clubes hasta que vino Panamá Viejo, con el dirigente Tito Mock, que le gustó mucho el proyecto, y me ofreció encargarme del equipo”, sostuvo.
“En ese momento, tenía que ser en 1996, era mi primer contacto con el fútbol panameño. Empecé a dirigir al Panamá Viejo y ganamos dos campeonatos, ambos frente al Tauro”, recordó.
Stempel ‘hizo de tripas corazón’ y se fue contra los ‘molinos de viento’, cuál Quijote de la Mancha, porque una cosa era jugar en las cuasi mesas de billar del fútbol inglés y otra, en los potreros convertidos en canchas del balompié panameño.
Ahora, Gary estaba convencido de que podía aportar al engrandecimiento y desarrollo del imberbe fútbol istmeño que, si bien, tenía historia, más que todo era por su voluntad y gallardía.
La llegada al Panamá Viejo le trajo suerte, porque fue llamado por el entonces presidente de la federación, Rogelio Paredes, quien lo encargó del equipo que estaría en los Centroamericanos de San Pedro Sula en 1997, y donde obtuvo la medalla de plata.
La actuación en Honduras despertó la conciencia de mucha gente, porque era la primera vez que se lograba algo después de la participación de 1973 en los mismos juegos.
Fueron tiempos muy difíciles, donde se practicaba con pocos balones, con cualquier camiseta, en cualquiera cancha, con pocos avituallamientos y como único transporte, el sedán cuarto puertas del técnico.
Aún así, Stempel supo sacar los resultados de esa y de otras selecciones que tuvo bajo su responsabilidad, logrando por primera vez una clasificación a una copa mundial sub-20 en 2003, ganando la Copa de Naciones en 2009 y llegando a los cuartos de la Copa Oro ese mismo año. En el ínterin, se hizo de cinco títulos de la liga profesional local con el San Francisco de La Chorrera, coronando una de las carreras más exitosas que ha tenido técnico alguno en nuestro fútbol.
Ha tenido varios reconocimientos en su carrera, como el de dirigir al CD Águila, de la primera división salvadoreña; y en 2011, a la selección sub-17 de Guatemala.
También tuvo la oportunidad de estar al frente de la selección absoluta nacional en varias ocasiones, y de otros clubes en la liga panameña.
No obstante, uno de los mayores reconocimientos que se le ha otorgado se dio fuera de las canchas, aunque fue por lo hecho dentro de ellas.
En 2019 le fue otorgada la Orden del Imperio Británico (Most Excellent Order of the British Empire) por su servicio a la juventud y al deporte en Panamá, el cual le fue entregado por la Reina Isabel II en el Palacio de Buckingham. En tanto, las salvas y loas que ha recibido en su país solo se han hecho por parte de los fanáticos, de los propios equipos y de la prensa en general, porque de parte de las organizaciones federadas y de las autoridades, ni el saludo.
Sin embargo, esas son tonteras y pequeñeces para un hombre que está intrínsecamente comprometido con el deporte panameño, aunque con bajo perfil.
Quienes conocen a Stempel saben que ese siempre ha sido su norte, porque está convencido de que “lo que salva a Panamá y lo seguirá salvando en todos los deportes, es el biotipo de sus atletas” y, por ellos, hay que seguir trabajando.