Panamá vuela alto y asume exigencias

En los dos duelos ante Costa Rica, la Selección de Panamá desplegó un fútbol dinámico, vistoso y efectivo que la condujeron a cerrar una clara clasificación directa a la Copa América Conmebol USA 2024 y le concedieron igualmente el boleto a las semifinales de la Liga de Naciones de la Concacaf 2023-24. En la victoria 3-1 del lunes pasado en el Rommel Fernández, jugó acompasada con los aplausos y el coro permanente de animación que le llegaba desde la tribuna, brindados por una afición fervorosa y feliz.

En el lado opuesto de estos cuartos de final, se vio a una irreconocible selección tica que no tuvo respuestas adecuadas para contrarrestar a los panameños. Lejos de su rica historia futbolística y superada en todas sus líneas, se esperaba algo más de combatividad, independientemente de las dificultades por las que atraviesa.

La capacidad exhibida por Panamá para reafirmarse como la selección de Centroamérica con el mejor presente futbolístico, le deberá servir de estímulo para buscar consolidarse en esa posición y no como meta alcanzada. Si cae en la autocomplacencia y se deja llevar por el desmesurado elogio externo del que ya le empiezan a llegar repercusiones, perdiendo concentración y humildad, se puede nublar su visión en el camino para materializar este presente con un logro específico.

Al grupo liderado por Thomas Christiansen, que hizo una buena eliminatoria mundialista acercándose al cupo del repechaje, llegando luego a las semifinales de la última Liga de Naciones 2022-23 y a la final de la Copa Oro 2023, le falta destacar este proceso cruzando una meta de primero para enmarcar su legado: ganar la Liga de Naciones, ganar la Copa Oro o clasificar al mundial 2026. Como lo hicieran en tiempos anteriores Gary Stempel al conseguir la primera clasificación mundial juvenil Sub-20 a Emiratos Árabes 2003 y la Copa Centroamericana de la UNCAF 2009; como Hernán Darío Gómez al llevarnos al primer mundial mayor Rusia 2018.

Sin restarle méritos, Panamá emerge en momentos que quienes fueron en épocas pasadas los protagonistas permanentes (Costa Rica y Honduras), se han encontrado con un notorio bajón en sus capacidades como resultado de problemas internos, al no haber sabido a tiempo afrontar acertadamente desde la dirigencia y en la gestión deportiva, una transición generacional por el ciclo cumplido de sus principales protagonistas o figuras.

Honduras ha recuperado en estos cuartos de final el positivismo tras dar ante México muestras de su potencial, aunque los desafíos siguen vigentes. Costa Rica y Honduras se enfrentan a unos retos que conllevan implementar nuevos y modernos métodos de trabajo, como otras propuestas tácticas diferentes en el campo de juego.

En un ámbito futbolístico que requiere una mayor exigencia en la preparación física, más velocidad en el juego y una respuesta inmediata a la que se debe acoplar el talento de los jugadores, es fácil comprender las necesidades desde lo teórico, pero tiene un exigente grado de dificultad para llevarlo a la práctica.

De allí que incluso quienes figuran también como referentes en la Concacaf: Estados Unidos, México y Canadá, no estén tampoco luciendo un fútbol como para ilusionarse desde ya con que van a ser protagonistas de primera línea para la Copa Mundo 2026, de la cual serán los tres países coanfitriones.

La Liga de Naciones de la Concacaf 2022-23, la Copa Oro 2023 y estos cuartos de final de la Liga de Naciones 2023-24 han mantenido como apreciación general que Estados Unidos es la selección de la Concacaf que mejor se proyecta en la región; sin que ello signifique que sea brillante ni le sobre juego. Evidenció dificultades en una eliminatoria de cuartos de final opaca, superando a Trinidad y Tobago en la disputa por la clasificación tan solo por el gol a favor (+2 y -2, respectivamente), empatando a los puntos (tres para cada una). Los estadounidenses ganaron 3-0 y perdieron 2-1. Los trinitenses han demostrado que en el repechaje por los dos últimos cupos para la Copa América, están enfocados en hacerle sentir al rival sus firmes pretensiones.

El entrenador Gregg Berhalter, que estuvo fuera de la dirección desde enero y regresó para un segundo ciclo en agosto, va a necesitar de una mayor exposición de sus capacidades en las semifinales que se jugarán el 21 de marzo próximo, en Dallas, para afianzarse en su puesto; la conquista de la Liga de Naciones 2023-24 es un reto y un termómetro. De no conquistar este torneo, podría verse en entredicho su presencia para la Copa América Conmebol USA 2024.

México es otra selección que no da muestras de acercarse a recuperar su lejano título de “rey de la Concacaf”, ostentado por décadas y el cual perdió ante Estados Unidos. La obtención de la última Copa Oro 2023, al derrotar a Panamá 1-0 en una ajustada final, sirvió de alfombra para esconder debajo de ella sus actuales carencias. Aunque alcanzarla le dio la permanencia en el cargo al técnico Jaime Lozano, es un puesto al que está amarrado con alfileres. La importancia de México en la Concacaf es más que futbolística, el impacto mediático y económico que representa por su caudalosa afición es significativo y preocupa su inconsistencia.

Qué distante también se empieza a notar a Canadá, de aquella selección que clasificó anticipadamente de primera en la pasada eliminatoria mundialista. Comenzó a mostrar su techo durante la Copa Mundial Qatar 2022, para desinflarse posteriormente al perder 2-0 la final de la Copa de Naciones 2022-23 ante Estados Unidos. Un resultado que comenzaría a mostrar insatisfacciones con la dirección de John Herdman.

El entrenador británico, que había estado con los canadienses desde 2018, después de haber liderado durante siete años la selección femenina, daba unilateralmente e inesperadamente un paso al costado, el pasado 7 de agosto. En la última Copa Oro alcanzaron los cuartos de final, cayendo en esa instancia contra Estados Unidos en la tanda de penales 2-3, después de empatar 2-2 en el tiempo de juego.

Hoy Mauro Biello, quien fungió como asistente de Herdman, es su entrenador interino desde el pasado 20 de septiembre; necesitan mostrar estabilidad y volver a ilusionar a un país en el que el hockey sobre hielo es el deporte rey.

Panamá se proyecta hacia sus próximos desafíos entre las selecciones llamadas a considerarse con alta estimación en la región; está en sus manos estampar una conquista que marque época.