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- 15/11/2023 00:00
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Tras seis días de haber sido presentado como director técnico y tres de estar al frente de los jugadores que citó en su primera convocatoria, el entrenador de la selección tica Gustavo Alfaro trabaja contra el tiempo para reducir al máximo la ventaja en implementación táctica, conocimiento y manejo del grupo que le lleva el técnico Thomas Chistiansen, con tres años y meses al mando de la Selección de Panamá.
Que mañana esta diferencia no se refleje a favor de Panamá en el marcador, cuando se enfrentan ambos combinados en el primer partido de dos, por los cuartos de final de la Liga de Naciones Concacaf 2023-24, es la inmediata y principal tarea del entrenador argentino para ilusionar a la afición tica con su proyecto; al igual que para respaldar a los nuevos directivos de la Federación Costarricense de Fútbol (FCRF), en el viraje hacia un perfil argentino para la gestión actual de las selecciones masculinas.
Primero nombraron a Claudio Vivas de director deportivo, quien estuvo dirigiendo a la selección mayor y la Sub-23 para los compromisos internacionales previstos, mientras lograba consensuar y designar a un nuevo entrenador. Vivas intentó contratar a su paisano Guillermo Barros Schelotto, pero este no aceptó la propuesta; al final logró convencer a Gustavo Alfaro, libre después de liderar a la Selección de Ecuador en el último mundial.
Para valorar la apuesta por una visión futbolística gaucha, se puede aunar a ello que, en la búsqueda por darle una mayor profesionalización al arbitraje tico, desde el pasado 6 de octubre incorporaron como presidente del Cuerpo Técnico Arbitral, el exárbitro argentino Horacio Elizondo; célebre por haber sido el primer árbitro en dirigir tanto el partido inaugural como el final de una Copa Mundo, en Alemania 2006, en cuya final expulsó a Zinedine Zidane.
Gustavo Alfaro en su etapa de jugador se desempeñó como mediocampista, sin llegar a convertirse en figura relevante. Su impronta en el fútbol argentino pasa, en su etapa inicial de entrenador, por el Atlético Rafaela en 1992, consiguiendo posteriormente su mayor logro al llevar al modesto club Arsenal de Sarandí a ganar la Copa Sudamericana en 2007.
Entre los equipos de renombre que dirigió en Argentina están San Lorenzo, Rosario Central, y sobre todo Boca Juniors con el que obtendría la Supercopa Argentina 2018, pero la mayor repercusión internacional de su trabajo está marcada por dirigir a la Selección de Ecuador. La condujo a los cuartos de final de la Copa América 2021 y la clasificó a la Copa Mundo Qatar 2022; aunque no avanzó de la fase de grupos, el fútbol exhibido por los ecuatorianos recibió elogios.
Ubicado en la línea de la escuela de técnicos argentinos que no solo presentan un palmarés con logros, exhibe igualmente un talante de entrenador educado con facilidad para la palabra. Se desempeñó como comentarista para la televisión durante los mundiales de 2006, 2010, 2014 y 2018 y es un hábil motivador de sus dirigidos. Gusta de proponer un fútbol ofensivo.
Se le puede medir por frases como estas que dejó en el ambiente futbolero costarricense, en sus declaraciones de presentación: “Se negocia cualquier cosa, menos la actitud. Es saber que con lo que se tiene alcanza, yo quiero un equipo con la actitud, que cuando nos veamos a los ojos y salgamos a la cancha, no importe el rival”.
“Yo vengo a competir, para mí no es lo mismo perder que ganar, y vengo a generar esa actitud, yo quiero ganar”, resaltó. Por supuesto que consciente de lo que se juega ante Panamá (el cupo directo a la Copa América Conmebol 2024 y el pase a las semifinales de la Liga de Naciones), Alfaro abrió el paraguas para protegerse si el equipo no le responde en el arranque.
Una posición lógica para un entrenador que está todavía desempacando su maleta y tiene que asumir estos dos partidos clave sin el colchón que le podría brindar una preparación anticipada. “Acá hay que hacer una construcción que empieza con Panamá, pero nuestra intención es que termine en la Copa del Mundo (2026). Decía Juan Manuel Fangio (histórico campeón de la Fórmula 1): “La carrera no se gana en la primera vuelta, se gana cuando baja la bandera. Esta es nuestra primera curva, y obviamente necesitamos ser competitivos”, remarcó.
“Serán 180 minutos, es una serie que debemos trabajar en ese aspecto. Ellos (Panamá) vienen con un proceso afianzado, no tienen duda en lo que quieren plantear, nosotros tenemos que desarrollar una idea. Para salir airosos debemos achicar el margen de error y potenciar nuestras virtudes. Podemos sufrir, pero si uno no padece, no disfruta. Ese espacio del disfrute va a llegar”, expresó en la conferencia de prensa que ofreció en la federación tica.
En la primera convocatoria de Gustavo Alfaro, de 26 jugadores que estarán disponibles para el encuentro de mañana, en el estadio Ricardo Saprissa y del próximo lunes en el estadio Rommel Fernández, hay caras jóvenes y jugadores reconocidos por su trayectoria.
Se intuye que por su escaso conocimiento directo es una lista en la que tuvo incidencia directa para su elaboración Claudio Vivas. Costa Rica es una selección que construyó su andamiaje en torno a una generación destacada, cuya figura descollante fue el portero Keylor Navas. Su presencia ha sido una de sus principales fortalezas, por ello esta nueva ausencia es un tema que no pierde trascendencia. Navas de antemano se excusó aduciendo algunos problemas físicos.
Recuperar desde lo psicológico y lo deportivo la capacidad defensiva que han mostrado anteriormente sin Navas de líder en la retaguardia, es uno de los requerimientos a afrontar para Alfaro. Contra Panamá, Navas regularmente respondió con alto nivel y fue un obstáculo insalvable en la pasada eliminatoria mundialista.
De los tres porteros convocados: Kevin Chamorro, Patrick Sequeira y Alexandre Lezcano, todo indicaría que Kevin Chamorro sería el titular. El joven guardameta de 23 años, quien viene cumpliendo una meritoria campaña en el Deportivo Saprissa, se convirtió en el portero titular durante el último tramo del técnico colombiano Luis Fernando Suárez con la Selección de Costa Rica.
Con Panamá, a diferencia de Navas, Chamorro no ha tenido fortuna. Estuvo presente en el terreno de juego en las dos últimas victorias de la selección canalera ante los ticos: la del 1-0, en San José, para meterse en el Final Four de la pasada Liga de Naciones 2022-23 y la del 2-1 en la fase de grupos de la última Copa Oro. Panamá le ha tomado la medida.
Saber cortarle a Panamá sus circuitos ofensivos con una defensa que le responda, ordenada desde el fondo por el portero, le será esencial a Alfaro para comenzar un ciclo sin turbulencias notorias en su despeje. Para ello necesita que, si apuesta en la titularidad por Kevin Chamorro, este alcance con la selección la capacidad que exhibe en el Saprissa. Un reto mayúsculo porque la sombra de Navas es grande, pesa en sus espaldas.
A Alfaro le urge descifrar rápidamente una Selección de Costa Rica que se ha vuelto vulnerable. Tal vez pueda que le favorezca un viejo y recurrente axioma del fútbol que dice: “Entrenador que debuta, gana”.
A Panamá le será fundamental no quedarse ensimismado en la estadística de los últimos partidos donde ha superado con claridad a sus vecinos; es momento de aprovechar que Alfaro desconoce el entorno y que mientras encuentra la fórmula para retomar plenamente la trascendencia tica en el fútbol de selecciones de Centroamérica, Panamá mantiene su meritorio andar en 2023.