El atletismo, un deporte que tuvo estirpe de rey en Panamá

Actualizado
  • 27/01/2025 00:00
Creado
  • 26/01/2025 16:59
El atletismo panameño era conocido internacionalmente

El atletismo es una de las disciplinas que más satisfacciones le ha dado a nuestro país en toda su historia deportiva, alcanzando no solamente grandes objetivos sino dando a conocer su calidad y estirpe en los planos internacionales.

No era de extrañar noticias, columnas y artículos en diarios extranjeros sobre los logros alcanzados por nuestros atletas e inclusive, muchos conocidos por sus actuaciones en competiciones particulares o regionales.

Es más, nuestra primera medalla olímpica fue lograda por este deporte en la figura del velocista Lloyd LaBeach en los juegos de Londres de 1948, donde obtuvo dos preseas de bronce en los 100 y 200 metros planos.

Ahora bien, es importante destacar que Lloyd, junto a otro grupo de grandes atletas istmeños, era conocido por actuaciones anteriores, igual situación que ocurriera en otras épocas.

Solo recordemos que antes de que lleguen los juegos olímpicos debe cumplirse un ciclo de competencias regionales (Bolivarianos, Centroamericanos y del Caribe y Panamericanos), además de las múltiples pruebas que realiza la organización internacional.

El atletismo panameño, gracias a las aportaciones de muchos de ellos, era conocido internacionalmente, algo que fue latente hasta finales de los años 80, cuando la disciplina fue decayendo, salvo muy contadas apariciones.

Estamos conscientes de que había menos atletas de gran valor y atención mediática en el mundo; y que estamos en otra era, una mucho más avanzada en diversos aspectos, pero eso no se percibe en el caso de Panamá.

El atletismo de hoy es mucho menos que hace veinte años, y muchísimo menos de lo que nos dio el siglo pasado, y eso no solamente en atletas sino en instalaciones y dirigencia.

En el artículo de esta ocasión publicamos un par de notas periodísticas que demuestran que, con menos coliseos y recursos, teníamos una pléyade de atletas de primer orden, porque había dirigentes con visión, entrenadores capaces y organización.

Un día en el estadio

El diario en inglés ‘The Panama Tribune’ nos trae un artículo, en agosto de 1940, referente a una actividad atlética realizada en el Estadio Olímpico, con motivo del día de la independencia del Perú.

En el mismo mencionan a los ‘dueños de la pista’, Stanley Loney, Arturo Baker, Clarke Clayton, David Benskin, Zelica Armstrong, Jennings Blackett y la múltiple atleta, Judith Caballero.

En efecto, la mayoría de ellos destacaban en los medalleros internacionales, sobresaliendo la última por estar involucrada en varias especialidades y en otros deportes.

Es decir, que entre los participantes en un torneo atlético regular en nuestro patio, no solamente estaban aquellos que usualmente lo hacían sino también primeras figuras, que estudiaban en el exterior.

Pero, veamos que nos dice el diario en mención sobre la prueba.

“Aunque la noche anterior cayó una fuerte lluvia, la pista fue lo suficientemente rápida como para permitir que se rompieran cuatro récords, dos de Judith Caballero (disco y jabalina), uno de Clarke Clayton en los 75 metros para la clase B (un nuevo Central American Record), y el otro de R. Dixon, que atravesó el foso para romper el que hizo Jennings Blackett hace tres años”.

“El ‘caballo negro’ de la jornada fue Stanley Loney, del club Velasco de Colón, quien galopó por la calle de los 100 metros lisos para derrotar por una línea de pecho a Jennings Blackett, campeón olímpico y estrella del sprint de Xavier University de Nueva Orleans”.

Un detalle interesante de la época es que, en ocasiones, en muchas notas no se escribían los nombres completos, porque para los cronistas, más que periodistas, era algo tácito saber de quién se estaba hablando.

“Cabe destacar, la excepcional actuación de Arturo Baker, ganador de los 400 metros, que estuvo a la altura de su reputación, como campeón de este evento en los IV Juegos Olímpicos Centroamericanos y del Caribe y también durante su beca en la Xavier University de Estados Unidos”.

“Baker rompió en la cima y no fue desafiado durante toda la distancia al derrotar al muy promocionado Benskin, quien era considerado su único rival”.

“El Club Velasco de Colón se llevó a casa, además de los 100 metros, las pruebas de disco a martillo, situándose en unas cuantas más. Zelica Armstrong, de la Escuela Profesional, tomó los 75 metros con facilidad”.

Hasta aquí la nota del diario escrito en inglés.

Un atleta a Helsinki

Un hecho que prueba la ganada fama que tenía nuestro atletismo, se dio con la probabilidad de que se enviara por primera vez más de un atleta a unos juegos olímpicos y, en este caso, a Helsinki en 1952.

Panamá había brillado en varias competencias internacionales, como los Centroamericanos y del Caribe y Panamericanos, por lo que los nombres de algunos de sus atletas sonaban y sus actuaciones, aunque fueran locales, tenían algún tipo de repercusión.

Medios informativos de Cuba y Venezuela, por ejemplo, se habían hecho eco de un cable fechado en la capital panameña en abril de ese año, dando a conocer que Carlota Gooden y Dolores Worrell habían impuesto marcas internacionales, en un torneo selectivo en el Estadio Olímpico.

Mientras que la revista El Gráfico, de Argentina, se interesaba por los tiempos de Cirilo McSween, Sam LaBeach y Clayton Clarke, que “lucían muy competitivos para los juegos de Helsinki”.

Gooden había logrado una nueva marca nacional en los 100 metros planos, parando el cronómetro en 12 segundos exactos, mejorando las marcas centroamericana y panamericana (12.1 segundos), la nacional (12.3) y el bolivariano (12.5).

Carlota, dos días antes en los Relevos de Balboa, había ganado la competencia de las 100 yardas con un tiempo de 11 segundos, muy cercano a la marca mundial de 10.8 de la holandesa Fanny Blankers, vigente campeona olímpica.

Worrell, por su parte, había parado el cronómetro en 6.3 segundos, en los 50 metros planos del selectivo, mejorando el récord nacional y centroamericano de 6.4 y el bolivariano de 6.5 segundos.

Los registros de McSween, La Beach y Clarke obtenidos en los 400 metros lisos en diversas competencias, eran muy cercanas a las alcanzadas por los atletas de las potencias mundiales.

Aún así, como ocurrió en las dos ocasiones anteriores, en Helsinki solo se participó con el pesista Carlos Chávez, quien por razones económicas apenas pudo llegar a Finlanda, la noche antes de la prueba de halterofilia.

Esta es parte de nuestra historia, con figuras relevantes que marcaron una época importante de nuestro atletismo.

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