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- 20/01/2020 00:00
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Las cabezas han rodado al más alto nivel. Un gerente general y tres managers han sido separados de sus cargos, tras ser vinculados al espionaje de señales en la temporada de 2017 que, aparentemente, fue factor para que los Astros de Houston obtuvieran el título de la Serie Mundial.
El ejecutivo Jeff Luhnow y los pilotos A.J. Hinch, Alex Cora y Carlos Beltrán, fueron despedidos por sus respectivos equipos, después de que el comisionado Rob Manfred rindiera un informe en el que se les vincula con los hechos en cuestión.
Las Ligas Mayores han sido contundentes, duros e intolerantes con los infractores, en los casos del uso de sustancias prohibidas y violencia doméstica, y ahora están tratando de hacerlo con los que se dedicaron a hacer trampas.
Luhnow y Hinch eran gerente y piloto, respectivamente, de los Astros, cuando se dieron los hechos y mantenían sus puestos al momento de sus despidos, mientras que Cora había laborado como coach de la banca y Beltrán, jugador en la franquicia sideral.
Tanto Cora, que iba por su tercera campaña con Boston, como Beltrán, quien fuera nombrado piloto de los Mets en noviembre pasado, perfeccionaron el sistema del robo de señales.
Sin embargo, analistas del deporte califican el hecho como histórico por la sanción 'dura y directa' hacia algunos de los involucrados, pero al mismo tiempo 'benigna', pues deja con signos de interrogación la participación directa de los equipos y peloteros favorecidos con el espionaje.
'Para muchos entendidos, las sanciones impuestas por la MLB es un tanto benigna, en el sentido, de que estos equipos se coronaron mediante el fraude', señaló a La Estrella de Panamá el periodista dominicano Jorge Torres.
'¿No sabía la MLB que esa técnica no se estaba utilizando o que ambos equipos tenían colocados equipos, para precisamente robarle señales a sus contrarios?', se preguntó Torres, directivo de la Liga Profesional de Béisbol Dominicano (Lidom).
Por su parte, el periodista panameño Aurelio Moreno señaló que la MLB buscó con su decisión 'rápida y contundente', evitar 'que esto se convierta en un escándalo de la misma naturaleza que ocurrió con los esteroides'.
'Queda en la memoria y en la historia de todos los equipos y fanáticos, que tanto el Boston como el Houston hicieron trampas para ganar sus títulos', precisó Moreno, cronista del diario estadounidense Sun-Sentinel del sur de Florida.
Moreno reflexionó en que las Grandes Ligas buscó con su decisión, zanjar de una vez por todas este engorroso asunto y, con ello, dejar a un lado una serie de especulaciones que pudieran poner en peligro el estatus del deporte, como el de pensar en la posibilidad de quitarle los títulos de Serie Mundial a Houston (2017) y Boston (2018).
'Creo que no pueden dejar vacante el título porque también tendrían que sancionar a los peloteros que, algún momento, dieron positivo con esteroides, y que estuvieron en equipos que ganaron series mundiales', afirmó.
Destacó que, en todo este asunto, los beneficiados fueron los peloteros, 'y es la parte donde hay algo de ironía, porque a alguien había que castigar, pero a ellos no', aunque directa o indirectamente estuvieron involucrados.
'Lo que si va a ver un asterisco físico o quizás moral (en esos títulos) porque hicieron algo que no estaba permitido y los fanáticos no se lo van a perdonar', sentenció Moreno.
'Lo que les queda ahora, es tratar de volver a ganar una serie para demostrar que no tenían necesidad de hacer trampas para ganarla, pero por ahora, todo mundo pensará que para ganarla tienen que hacerlo con trampa', añadió.
Según el informe que presentara el comisionado Rob Manfred, Cora participó activamente en el esquema de decodificar las señales de los rivales, utilizando la sala de revisión de la repetición de TV (instalados al lado de la cueva en todos los estadios de la MLB) y el sistema de mandar las señales a los bateadores con golpes a los cestos de basura.
Al ex dirigente boricua también se le vincula con otro caso de espionaje, cuando era piloto de los Medias Rojas de Boston en 2018, año en que ganaron la Serie Mundial.
Según la publicación digital The Athletic, la franquicia utilizó el cuarto de repetición durante la serie regular, para descifrar la secuencia de señales de sus oponentes, para luego pasar la información en la cueva.
Para muchos analistas y conocedores del mejor béisbol del mundo, la decisión del comisionado Rob Manfred, fue para salvar la integridad del deporte y zanjar las cosas de “una vez por todas”.
Este golpe bajo a la integridad del deporte hizo recordar el escándalo ocurrido en el calcio italiano en la temporada 2004-2005, donde cinco equipos de la primera división estuvieron involucrados en amaños de partidos.
En esa ocasión, el equipo mayormente perjudicado fue el del Juventus, al cual se le despojó de los títulos obtenidos durante las temporadas 2004-2005 y 2005-2006, y fue descendido a la Serie B.
Para el periodista Álvaro Sarmiento estas sanciones, efectivamente, fueron severas y con repercusiones muy serias, algo que quizás no hubiera ocurrido en esta época.
'Hoy, si la FIFA se pronunciase, en ese sentido, su posición no sería la última, pues se apelaría al Tribunal de Arbitraje Deportivo que, en situaciones como ésta, puede tener la última palabra y sopesar la proporcionalidad de los daños al equipo y a las ciudades que lo acogen (y) la FIFA tendría que aceptar' al fallo, señaló Sarmiento, también cronista de La Estrella.
Lo que es cierto, es que el caso del “robo de señales” no ha concluido, y es muy seguro que muchas más cabezas rodarán antes de que la temporada 2020 abra sus puertas.