Vivir el presente, planificar el futuro

Actualizado
  • 13/08/2024 01:41
Creado
  • 12/08/2024 20:20
¿Por qué dejar el futuro al azar? En ‘El yo del mañana’, el panameño Efraín Rovira ofrece algunas claves para lograr una vida futura satisfactoria

En un mundo en el que se busca la inmediatez en cada resultado, el ingeniero Efraín Rovira invita al lector a prepararse para el futuro tomando en cuenta todos aquellos elementos que forman parte de la vida: lo personal, lo familiar, lo profesional, lo económico y lo espiritual. Se trata de una minuciosa planificación y trabajo constante porque no es suficiente con querer, con desear. El libro de superación personal ‘El yo del mañana, un manual de planificación para su vida futura estará a la venta en el stand del Ministerio de Cultura en la FIL Panamá que arranca hoy.

La preparación

Cuando estaba en la escuela, Efraín Rovira era bueno en matemáticas. Esa sola razón bastó para embarcarse en una carrera de ingeniería. “El papá de mi vecina de en frente era ingeniero y me parecía que tenía una buena vida, entonces yo decía ser ingeniero, es una cosa que te permite vivir bien y a mí me va bien en matemática, entonces debo estudiar ingeniería, pero no había nada más allá de eso”, reconoce.

A mitad de carrera empieza a darse cuenta de que otros temas resultaban de mayor interés: los negocios, la psicología, el mercadeo. Pero como un estudiante becado no cambia de carrera, optó por finalizar lo que había iniciado y redirigirse. Pensó en ese momento que no estaría mal. En todo caso Lee Iacocca, el ingeniero que había desarrollado el Ford Mustang, luego de tomar una maestría en negocios estaba dirigiendo la Chrysler. Y así lo hizo. Al volver graduado a Panamá, trabajó en ingeniería unos tres meses. Luego se enteró de que había una vacante en Mercadeo donde buscaban a un ingeniero. No lo pensó dos veces, aunque aquella movida no parecía ser inteligente. “Y resultó ser una buena movida porque la carrera se desarrolló bien”, dice satisfecho.

En empresas trasnacionales dedicadas a la tecnología, Rovira fue escalando y a una edad relativamente corta, ya lideraba equipos hasta de15 personas. “Realmente era muy joven para ser gerente de muchas personas y entendía mi limitación, pero quería ser un buen jefe, entonces comencé a estudiar de liderazgo, qué significaba ser un buen líder y tratar de aprender esas cosas”, recuerda, Por ejemplo, una de esas 21 reglas irrefutables de John Maxwell ‘un líder debe poder decir yo no sé cuando no sabe’. “Comencé a estudiar eso y a implementar esas reglas con la confianza de que venían de autores que eran realmente líderes”, allí empezó su camino como mentor. “En la medida en que comienzas a desarrollarte como líder joven, la gente empieza a consultarte ‘¿cómo llegó usted tan rápido a ser director?, ¿cómo usted tan rápido, ha sido vicepresidente aquí en Hewlett Packard si usted viene de un país pequeño?”.

A medida que llegaban las consultas a Rovira, él comenzó a observar patrones, desarrollar una metodología. Esta se pone a prueba, se va mejorando, puliendo. Este trabajo que ha venido haciendo Rovira a lo largo de 20 años está condensada en la publicación “El yo del mañana, una planificación para su vida futura”.

La curiosidad

Para Efraín la curiosidad es lo que hace que uno quiera aprender, una herramienta muy valiosa que ayuda a desarrollarse para lograr metas. “Hace unos 10 años o 12 años en una reunión de desarrollo de equipos de trabajo, trajimos un consultor que nos ayudaría a entender en qué enfocarnos para lograr las metas de la empresa. Él nos presentó una idea muy diferente a la que estábamos acostumbrados: una multinacional había hecho este estudio y había identificado 13 o 14 atributos importantes en un empleado. No eran la educación, las calificaciones o el nivel socioeconómico. Entre esas la que tenía mayor presencia siempre era la curiosidad”, comenta. Autoexaminándose, se percató de que él siempre había sido curioso, quería aprender y se dedicaba a ello. Eso lo llevó a divisiones de trabajo más arriesgadas. “Nos dimos cuenta que los que vendían más productos nuevos y que eran los que más comisión ganaban en la compañía eran los más curiosos”.

En adelante, planteó el autor, que si no se es curioso, se puede aprender a serlo hurgando primero en los intereses propios. “Escoger algo que a ti te guste, te va a dar más ganas de aprender algo más; tiene que ser a sabiendas de que te va a ayudar, pero lo vas a buscar en el área que te puede servir. Con eso, según mi opinión, vas a ser más efectivo en lo que estés haciendo, vas a ser más eficiente”. Y la intención es ser más eficiente en esos cinco Yo que plantea la obra.

¿Cómo se acomete este objetivo?, pues poco a poco. “Para poder comerse el elefante aunque sea muy grande, hay que comérselo una mordida a la vez. Lo que yo hice en el libro fue que hablé de cómo trabajar en la curiosidad en las relaciones humanas, en el trabajo, en la salud, en el dinero y luego, al final, cuando has aprendido cosas nuevas acerca de cómo está tu vida balanceada, escoges una y trabaja en esa una primera y luego cuando la has controlado y te sientes bien, escoge otra”, asegura.

Para ello el libro cuenta con herramientas que ayudarán al lector a medir de forma clara su posición. Los resultados permitirán que estas áreas puedan irse balanceando hasta lograr una estabilidad que proporcionará una vida mucho mejor.

¿Funciona?

Para Rovira, más qeu una teoría, esta publicación refleja un poco el trayecto que ha marcado su vida.

“El mejor ejemplo de esto es que cuando cumplí 50 años tenía una vida corporativa muy buena, o sea, he manejado empresas de negocios a nivel global, pero habían otras cosas, que yo quería lograr como persona. Era un momento para seguir trabajando, obviamente, pero ahora enfocarme en el trabajo como yo quería, en las cosas, que yo quería hacer donde tenía curiosidad. Dejé ese mundo más grande, ahora trabajo con ‘startups’, que se manejan de una forma muy diferente. Quería volver a Panamá, que es algo relacionado con el Yo familia. Obviamente hay áreas que son más retadoras y hay pendientes que vienen y van, siempre hay cosas que podemos mejorar”, admite.

Y es que para Rovira, la primera parte de la vida, los primeros 50 son acerca de metas; los segundos son sobre ‘el camino’. “No es que no van a haber metas, pero hay que disfrutar el camino en el trabajo, con la familia, con los amigos y contigo mismo, para que valga más la pena”.

El Yo del mañana fue publicado hace dos años en una edición en inglés. “No he dejado de trabajar, así es que no le hice justicia al libro con un mercadeo debido y me preopuese que no iba a pasar con el de español”, dice Rovira. Aún así, en Amazon, donde está disponible a la venta, ha lograd muy buenas reseñas, de personas que consideran tiene muy buenos consejos y que lo recomiendan.

Con esta edición en español, el autor espera “poder ayudar más en Panamá, un país en el que todos viven acelerados y es importante que los profesionales sepan cómo balancear mejor sus vidas y también para que aprendan a manejar mejor sus finanzas”. Todos podemos tener un buen futuro si empezamos a trabajar en él desde ahora. “si se tiene un orden y si me establezco mi propio camino”, concluye.

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