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Deniece Nicholas, una guardiana de la puntualidad en el aire y en la pista
- 02/05/2023 06:35
- 02/05/2023 06:35
Deniece Nicholas Holness es una mujer imponente. De esas que llega a un lugar y su presencia llama la atención por lo simpática, por lo segura, por lo tajante. Es una joven panameña que nunca ha soltado la academia, la constancia y la humildad porque sabe que son las herramientas para alcanzar las metas trazadas.
Es una ingeniera que entiende que el tiempo es un bien escaso, fortaleza clave en el desempeño de su actual cargo. Tras haber pasado por diversas empresas del país, Deniece es la directora del Centro de Control de Operaciones de Copa Airlines, responsable, junto a su equipo de área, de planificar, controlar y dar seguimiento a los más de 300 vuelos diarios. Sabe muy bien que la puntualidad es uno de los aspectos más importantes que el cliente demanda de una aerolínea y si falla supone costos adicionales, perdidas de conexión entre otras cosas. Desde el área que lidera se monitorea a cada avión que está en el aire. Se hace seguimiento a su peso, tiempo de vuelo, niveles de combustible, hora de salida, ruta óptima para llegar a destino, así como se planifica la asignación de aviones a cada ruta y se organiza la asistencia de mantenimiento.
Aquí una mujer que sabe como volar alto.
Tuve una infancia llena de mucho amor en el Episcopal San Cristóbal. Ahí estudié y participé en muchas actividades desde muy chiquita: jugué baloncesto, luego estuve en la banda de música, también formé parte de todos los grupos de liderazgo. Recuerdo la escuela como una época dorada y diría que fueron mis primeros pininos de experimentar con el liderazgo porque tenía la oportunidad de coordinar diferentes actividades e iniciativas. Recuerdo que [en ese tiempo fue que] me propuse mi primera gran meta: estar en el Top 10 de la clase y lo pude lograr estando en el número siete, pero más que el puntaje era el hecho de haber trazado el camino hacia el objetivo. Luego de eso ingresé a estudiar Ingeniería Industrial en la USMA y de ahí viene mi segundo pinino porque fui la presidenta de la Asociación de Estudiantes. Me propuse esa meta y dije: 'Quiero ser presidenta y a la vez graduarme como summa cumme laude', y lo pude conseguir y lo logré con el apoyo de mis padres y mi familia. Mi abuela vivió hasta hace dos años, así que siempre estuvo ahí como mi referente.
Soy la mayor de tres hermanas, primera hija, primera nieta, primera sobrina. Nací en un lugar de mucho amor, mi mamá es enfermera, mi papá es ginecólogo y ambos siguen ejerciendo. Me crie principalmente con mis abuelos y tíos porque mi papá se fue a Londres a tomar su especialidad, entonces recuerdo cuando vivía con mis abuelos había mucho amor y apoyo. Nunca se me va a olvidar que mi abuela me medía contra el murito de la casa y me decía: 'Estás creciendo, viste que ya estás alcanzando al murito, cómete las lentejas para que seas fuerte como el murito y fuerte como las verjas'. Ese tipo de frases de reforzamiento que me daba mi abuela desde chiquita me hacían creer que yo podía hacer todo lo que quisiera, siempre que yo tuviera el empeño. Siempre he sido alta, ahora mido 1.80 cm, pero desde kínder medía un metro y era la más alta del salón y mi abuela me reforzaba diciéndome: 'Acuérdate que ser grande es tu gran poder'.
Mi papá siempre me dijo que estudiara lo que quisiera y él me iba a apoyar. De hecho, cuando yo quería estudiar ingeniería, le dije a mi papá que yo quería ir a MIT que es el número uno de ingeniería del mundo y en ese momento mi papá me dijo que no podíamos pagar eso en este momento y yo le dije que algún día iría y efectivamente, 18 años después mi papá me regaló el certificado ejecutivo que quería al inicio de mi carrera.
Apenas salí de mi ingeniería, trabajé en Nestlé como trainee siete meses, después me gané una beca y me voy a Incae Business School, de Costa Rica. Cuando regresé, yo quería trabajar en una industria panameña, así que inicié en Calesa de Agua Dulce en donde trabajé por casi dos años. Ahí me empapé mucho del tema del agro, tener la experiencia de vivir en el interior te sensibiliza con la agropecuaria y entiendes un poco más de esa parte tan importante. Después de eso me llama Copa Airlines y me ofrece la posición de gerente administrativa dentro de la Vicepresidencia de Operaciones de Vuelo, un área que típicamente tiene líderes hombres, como pilotos. En ese momento éramos solo dos mujeres de cinco gerentes o directores hombres.
Solo me llegó, me llamaron y me pareció interesante la oportunidad. Empecé con la parte administrativa, rápidamente fui conociendo los otros aspectos porque digamos que a los seis meses de haber entrado fui a negociar una convención colectiva con el sindicato, así que me empapé muy rápido de todos los temas relacionados con la productividad de los pilotos, cómo funcionaba su sistema de itinerario, el tema de pagos que sí me correspondía y digamos que fui agarrando experiencia en diferentes rubros y dos años después se me da la oportunidad para ser gerente senior de itinerarios. Itinerarios es la planificación de cuántos pilotos y tripulantes necesitamos, cómo hacer sus itinerarios, sus horarios del mes siguiente, cómo vamos a controlar el día a día cuando alguien se enferma o cuando alguien no puede volar por alguna razón específica, buscar los reemplazos. Ahí empieza mi primera escuelita de liderar un equipo grande de más de 40 personas, implementamos el primer sistema de itinerarios de preferencias en Latinoamérica. Ya tengo 12 años aquí, en enero los cumplí.
Ahora en mi rol de directora, un día comienza a las 7:00 a.m. porque siempre tenemos una llamada operativa a las 7:45 a.m. Tenemos herramientas que nos permiten ver cómo nos fue el día anterior desde cualquier lugar, recibimos un mensaje con los indicadores y para nosotros la puntualidad es muy clave, también recibimos cuáles fueron las demoras, en qué áreas estuvieron, donde estuvieron las oportunidades y en la llamada de las 7:45 a.m. discutimos qué fue lo que salió mal el día anterior o donde estuvieron las oportunidades y cómo vamos a compensarlo para el siguiente día y de ahí trato de tocar base con mi equipo para entender su plan del día y cómo los puedo apoyar. Todo lo hacemos no solo para ser los más puntuales de Latinoamérica, sino del mundo. Para eso requerimos planificar desde una etapa previa que involucra la planificación comercial, tenemos que definir los tiempos de los vuelos, ajustar cómo hacer los tiempos de rotación en cada estación y luego cada área tiene que asegurarse de tener los recursos para poder hacer frente a este itinerario y cumplirle a nuestros pasajeros. Es muy importante tener los procesos en orden y asegurar que se hacen las cosas bien de acuerdo a lo planeado y lo que ya tenemos mapeado para que el outcome sea operar los vuelos a tiempo.
Yo lo llamo empujar. Esto es como que estuvieras todo el tiempo empujando el vuelo para que salga a tiempo. Algo tan sencillo como que un pasajero que venía en silla de ruedas no llegue a tiempo o un vuelo donde va mucha gente con equipaje de mano y hay que bajar algunas maletas o que algunas maletas se hayan quedado atrás de vuelos conectando lo que puede retrasar un itinerario. Entonces si un vuelo llega un poquitito más tarde, aunque sea unos minutitos pierdes la conexión y no queremos afectar a los pasajeros. Entonces pueden incidir muchas cosas, aunque en papel se vean bien diseñadas la ejecución diaria es lo más importante.
Hace poco un avión de American Airlines tuvo un incidente en el Aeropuerto de Tocumen y tuvimos cinco desvíos a Panamá Pacífico, siempre que tengamos menos de 10 desvíos digamos que es bastante manejable, pero igualmente se requiere darle la vuelta rápido y que el equipo entienda la importancia de eso mismo. Queremos esos aviones de vuelta para poder seguir operando, esa parte es extremadamente importante tenerla siempre presente.
Sin duda he tenido obstáculos, algunos me han marcado, pero ninguno me ha detenido en el camino hacia mis metas. Todos los días me levanto y agradezco a Dios por un nuevo día, pero también pienso que tengo una loma difícil por subir. Siempre me mantengo como en ese balance recordando lo que me diría mi abuela, lo que me decía mi mamá y que ahora tengo un compromiso al ser una mujer en este puesto de no tirar la toalla y alcanzar lo máximo que se pueda, no por mí sino por todas las que vienen y por todas las que ven que es posible y que hay una oportunidad. Yo te diría que el machismo como tal no ha sido un problema, siempre estuve en un ambiente heterogéneo en cuanto a que no había no había distinción y se me permitió hacer lo que yo quisiera, tanto dentro como fuera de mi casa.
¡Vamos!
Me gusta muchísimo Boston en Estados Unidos y también México porque es increíble su cultura y su comida, Ciudad de México en especial es increíble.
Personalmente creo que cada uno puede influir en su metro cuadrado. Creo que los panameños tenemos que salir a comer conscientemente y apoyar a los restaurantes. En mi caso, cuando tengo una visita lo llevo a algún lugar vitrina de Panamá, donde se vea lo bonito del país no solamente por la vista, sino por la comida. Tenemos varios restaurantes en la lista “50 Best” y hay que apoyar ese tipo de cosas sacándole provecho desde el lado turístico.
Primero lograr ser los más puntuales del mundo este año y terminar de montarme en el caballo porque apenas llevo seis semanas en el cargo de directora [el 28 de marzo¨], tengo un camino largo por recorrer y no me gusta ponerme límites. Quiero llegar hasta donde mi espíritu quiera, tengo todavía bastantes años para seguir trabajando y quiero ser un referente para muchas, no por lo que representa para mí sino por lo que representa para todas esas niñas que no tuvieron una abuela como la mía o una mamá como la mía y necesitan ver a alguien que lo haga para ellas. Donde la vida me lleve, llegaré, pero sin duda lo más alto que pueda, voy a dar todo de mí.
Primero, desearía que toda la gente que tiene a su alcance educarse, que se eduque más y que lo comparta, los que tienen acceso a salud también que puedan compartir buenos hábitos a otros, y por último que las personas sepan que soñar no cuesta nada y esto lo aprendí de mi hermanita, si le apuntas a un objetivo, tal vez llegues alto, pero si no le apuntas a nada, seguramente, como no lo intentaste, fallaste.