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- 20/08/2024 00:00
- 19/08/2024 20:58
Las paredes blancas de Casa Santa Ana, están por estos días cargadas de color. Las columnas, usualmente desnudas están cubiertas por plantas que se acomodan a capricho. Además del follaje destacan flores de diversos tamaños y colores tal y cual aquellas que luce cada una de las 32 obras de artistas internacionales que ocupan sus muros.
Estos artistas nos invitan, de acuerdo a la nota de prensa de Casa Santa Ana, a “explorar diversas interpretaciones de la vida y sus complejidades(...) La muestra revela cómo lo floral se convierte en un lenguaje universal cargado de significados, capaz de evocar emociones múltiples y explorar la belleza y el misterio de la vida misma”.
La colectiva cuenta con trabajos de artistas de Estados Unidos, Latinoamérica, Europa y Sudáfrica y fue curada por Johnny Roux. El texto curatorial correspondió a Maia Alfaro Samos.
“La capacidad simbólica y ornamental de las flores no la forjamos los humanos, sino al revés. Nuestra visión de color se desarrolló principalmente para reconocer plantas, fuentes de dulzura y nutrición. Las flores, la manera más precisa de identificarlas, ayudaron a guiarnos silenciosamente hacia la vista, y eventualmente a la pintura”, dice Alfaro en el texto curatorial.
Y al día de hoy, las flores están presentes en la vida diaria, en las alegrías y tristezas, en los deseos y los desprecios, en el placer y el horror.
“Puede que las narrativas culturales que descartan a las flores como superficial decoración doméstica provengan del miedo a lo que son capaces de catalizar. A medida que el mundo del arte global se abre a cosmovisiones y espiritualidades basadas en la tierra, la relación del arte contemporáneo con la flora se profundiza y diversifica, dándole al género una relevancia sin precedentes”, dice la curadora. ¿Cómo las vemos?, ¿cómo las percibimos?, ¿cómo las perciben y muestran los artistas?
Además de una gran variedad de motivaciones, Life, still bien pudiese describirse como un cargado muestrario de técnicas y estilos. El espectador se pierde en un bosque repleto de flores plasmadas en bouquets, en jardines, en un simple jarrón... formadas con pincel, con espátula o con la manipulación de los dedos. Están plasmadas sobre lienzo, sobre papel, tejidas en una carpeta, esculpidas en cerámica.
“Un pétalo podrá ser delicado, pero la presencia de las flores sobre la Tierra es
imparable. Y, además, es divertida, simultáneamente juguetona y sublime. Igual que los colibríes y las abejas, somos el resultado de ese espontáneo estallido de interminables formas de ser, repeler y querer”, señala Alfaro quien concluye en su texto estableciendo que “las exploraciones y visiones de las obras en esta exposición son tan variadas que no pueden resumirse aquí. O quizás sí: Vida, todavía”, dejando claro el porqué del nombre de la exposición.
La muestra se presentará hasta el 6 de octubre en Casa Santa Ana.
Casa Santa Ana, fundada en 2015, es una fundación sin fines de lucro que busca conecta a las personas a través del arte contemporáneo, a través del entendimiento de los contextos actuales y construir una comunidad más fuerte e inclusiva.