El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
- 16/06/2022 00:00
- 16/06/2022 00:00
Llevar una vida sexual plena permite a todo ser humano mejorar su bienestar físico y psicológico. Sin embargo, hay varios factores que pueden impedir ese disfrute, puesto que las enfermedades, el estado de ánimo y los problemas emocionales, la relación con la pareja, el estrés, el abuso del alcohol o las drogas, así como también medicamentos antidepresivos, anticonceptivos, tratamientos hormonales y contra el cáncer, entre otros, influyen de manera negativa las capacidades sexuales propias y de pareja, según confirman los expertos.
Pero, ¿por qué surge esto?
De acuerdo con Eliécer Pérez Rivera, psicólogo y pisocterapeuta de parejas, se trata de fármacos de uso prolongado y muy fuertes que de alguna u otra forma provocan alteraciones diversas que abarcan desde la pérdida total de deseo sexual, hasta tener dificultades para llegar al orgasmo.
“De la misma manera que existen fármacos que nos pueden ayudar a mejorar nuestra vida sexual, existen otros medicamentos que pueden convertirse en el peor enemigo de nuestras relaciones, llegando incluso en algunos casos a acabar por completo con el deseo o las ganas de llevar una vida sexual rica y plena”, así lo explicó el psicólogo a este medio.
A su vez, mencionó que prácticamente son todos los antidepresivos, los que tienen efectos negativos sobre la libido, pero los fármacos que más pueden interferir en las relaciones sexuales son los llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (una sustancia química que transmite mensajes entre las células nerviosas, mejor conocida como la hormona de la felicidad).
Pérez también hizo la salvedad de que la falta o ausencia del deseo sexual no pasa únicamente por los fármacos, sino que también ocurre por otras situaciones. “Por ejemplo, en la mayoría de los casos esa pérdida de deseo es más frecuente en la mujer que en el hombre y se debe en gran medida a las variaciones hormonales que se producen en función de la fase del ciclo menstrual en la que se encuentre, o tras la menopausia. Sin embargo, muchas veces la pérdida de la libido tiene un origen psicológico o de comunicación entre la pareja, sin que haya necesariamente una asociación a situaciones patológicas concretas. El estrés es otro de los factores que pueden afectar negativamente el apetito sexual, al igual que algunos medicamentos prescritos para el tratamiento de una determinada dolencia.
Ángel Luis Montejo González, profesor titular de psiquiatría de la Universidad de Salamanca y miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría, dijo al diario El Mundo que la dopamina u hormona del placer actúa como bloqueo de la prolactina (otra hormona implicada en la secreción de la lactancia materna), y cuando la medicación frena la actividad de la primera, se producen unos altos niveles de la segunda, lo que se conoce como hiperprolactinemia iatrogénica.
Como consecuencia, “este trastorno produce falta de deseo y disfunción sexual a corto plazo, factores que pueden desencadenar el abandono del tratamiento ya que para ellos, como para el resto de la población, el sexo es un área importante en sus vidas y cuyas alteraciones repercuten de forma negativa tanto en la enfermedad como en la autoestima”.
Además, es importante mencionar que no más del 13% consigue tener pareja estable, comentó el también director de la Asociación Española de Sexualidad y Salud Mental.
“La gravedad de los efectos secundarios sexuales depende del individuo y del tipo y las dosis específicas de antidepresivo. Para algunas personas, los efectos secundarios sexuales son menores o pueden disminuir a medida que sus cuerpos se adaptan al medicamento. Para otros, los efectos secundarios sexuales siguen siendo un problema”, subrayó Pérez.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina son algunos de los medicamentos nuevos que actúan contra la libido. Según los expertos, la actividad de la serotonina se ve disminuida en las personas con depresión y estos medicamentos tratan de aumentar su concentración cerebral. Algunos medicamentos de este grupo incluyen: citalopram (celexa), escitalopram (lexapro), fluoxetina (prozac), paroxetina (paxil, paxil CR, pexeva) y sertralina (zoloft), detalló la organización estadounidense AARP, la cual vela por las necesidades e intereses de las personas mayores de 50 años.
“Se ha reportado que entre el 25% al 73% de los pacientes que reciben estos medicamentos pueden presentar una disminución en la función sexual, siendo la disminución del deseo sexual y la incapacidad para alcanzar el orgasmo los efectos secundarios más frecuentes en las mujeres y la eyaculación tardía y la disfunción eréctil los más frecuentes en los hombres”, resaltó la organización en su sitio oficial.
Otro grupo moderno de medicamentos son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y norepinefrina. Algunos medicamentos de este grupo incluyen venlafaxina (effexor XR), desvenlafaxina (pristiq, khedezla) y duloxetina (cymbalta).
Se ha estudiado que entre el 58% y 70% de los pacientes que toman estas medicinas ven su función sexual afectada, siendo el retraso o ausencia del orgasmo el más frecuente de los efectos secundarios entre las mujeres y la disfunción eréctil y la eyaculación anormal los más frecuentes entre los hombres.
Daniel Hall-Flavin, especialista certificado en psiquiatría general y psiquiatría en adicciones de Mayo Clinic, mencionó en un comunicado de prensa que existen otras estrategias para poder llevar un disfrute sexual a plenitud, independientemente si la persona está tomando un antidepresivo que causa efectos secundarios sexuales.
Según Hall, lo primero es esperar varias semanas para ver si los efectos secundarios sexuales mejoran.
Luego, ajustar la dosis del antidepresivo recomendado para reducir el riesgo de efectos secundarios sexuales. Pero antes debe hablar con el médico para que cambie la dosis.
También es posible “agregar un segundo antidepresivo u otro tipo de medicación para contrarrestar los efectos secundarios sexuales”. “Por ejemplo, la adición del antidepresivo bupropión puede aliviar los efectos secundarios sexuales causados por otro antidepresivo”, recomendó el especialista.
Agregar un medicamento para mejorar la función sexual, como el sildenafil (viagra), el tadalafil (cialis) o el vardenafil (levitra, staxyn). Estos medicamentos están aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) solo para tratar problemas sexuales en los hombres. Las investigaciones limitadas indican que el sildenafil puede mejorar los problemas sexuales causados por los antidepresivos en algunas mujeres, pero se necesita más información sobre su eficacia y seguridad en las mujeres.
Dejar de tomar la medicación debido a los efectos secundarios sexuales es un problema común, y para la mayoría de las personas esto significa que la depresión regresa. Trabajar junto con el médico para encontrar un antidepresivo eficaz o una combinación de medicamentos que reduzca los efectos secundarios sexuales y mantenga la depresión bajo control es posible, dijo Hall.