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- 10/01/2023 00:00
- 10/01/2023 00:00
Las vacunas basadas en la tecnología del ácido ribonucleico mensajero (ARNm) han demostrado ser efectivas durante la pandemia, Las creadas para el combate del coronavirus prueba de su gran utilidad dentro del control de una crisis sanitaria.
Con más de una década de investigación sobre el tema, el equipo de la empresa dedicada al desarrollo de inmunoterapias activas para enfermedades graves, BioNTech, finalmente logró uno de los propósitos que la comunidad científica tenía en la mira desde hace mucho tiempo: utilizar el ácido ribonucleico mensajero para contrarrestar los efectos de tumores malignos así como prevenir su aparición en el cuerpo humano.
Después de que el ensayo clínico de la vacuna de BioNTech que se realizó en 2021 terminara con resultados positivos, se contempla que la tecnología ARNm podría convertirse en una gran aliada en la lucha contra los distintos tipos de cánceres.
Como se especifica en el estudio 'Local delivery of mRNA-encoded cytokines promotes antitumor immunity and tumor eradication across multiple preclinical tumor models', publicada por el equipo de investigación en la revista Science Translational Medicine, en la prueba las personas que anteriormente habían sido diagnosticadas con cáncer pero habían superado la enfermedad con tratamientos tradicionales se les aplicó la vacuna para evitar que el padecimiento volviera aparecer, mientras que en los pacientes que presentaban un cáncer más avanzado, los ayudó a controlar la enfermedad.
Las moléculas de ácido ribonucleico mensajero son un tipo de ARN de cadena única que también tiene participación en la síntesis de proteínas, proceso que es vital para la mantención del buen funcionamiento en los diferentes órganos del cuerpo.
Sin embargo, su participación dentro de las vacunas es un poco diferente. El ARNm se encarga de guiar a las demás moléculas para que produzcan proteínas que servirán como la respuesta inmunitaria hacia tumores y virus intactos.
Por ejemplo, en la vacuna contra el covid-19, el ARNm se encarga de enseñar a las demás células dentro del compuesto como reproducir proteína de la espícula que está en la superficie del SARS-CoV-2.
Es ahí cuando el sistema inmunológico identifica esta proteína como una célula desconocida y envía a células inmunitarias para producir anticuerpos, combatiendo la infección.
El proceso que conllevó crear moléculas de ARNm estables dentro de un laboratorio fue de al menos 30 años, pero de acuerdo con el doctor Norbert Pardi, de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, producir estas células ahora es mucho más rápido y fácil lo que permite producirlas a mayor escala, cuando anteriormente la elaboración de vacunas con este tipo de tecnología necesitaba de 10 a 15 años.
Es por esta razón que Mathias Vormehr, codirector de vacunas en BioNTech señala que la agilidad es un punto a favor a la hora de fabricación de vacunas que puedan combatir el cáncer, ya que para la máxima efectividad las vacunas se deben producir semanas después de realizar la biopsia del tumor, debido a que esta cura es personalizada y su composición depende del diagnóstico y resultados del paciente.
Según el equipo de científicos que trabajó en la confección de este proyecto, se espera que para 2030 al menos 10 mil pacientes con tumores tengan acceso a la vacuna de ARNm contra el cáncer. Hasta el momento, Inglaterra es el único país que ha pautado con BioNTech para tener acceso a esta solución médica, sin embargo, existen otros países donde la vacuna está en proceso de prueba.
Aún así, los encargados de la elaboración de la vacuna mencionan que Reino Unido es el lugar perfecto para empezar a tener un historial con la vacuna al igual que construir bases de investigación médica que luego podrá servir a diferentes países para seguir tratando tumores malignos así como otras enfermedades.
BioNTech también menciona que aunque la vacuna tiene altos niveles de producción debido a la rapidez con la que es realizada, sigue siendo accesible para los sistemas de salud alrededor del mundo.