‘Quiet on Set’, la realidad del estrellato infantil sale a la luz

Actualizado
  • 26/03/2024 00:00
Creado
  • 25/03/2024 17:48
El documental de MAX indagó sobre las condiciones de trabajo en el canal infantil estadounidense, Nickelodeon, en el cual eran los niños los más afectados por conductas inapropiadas

La industria de la actuación infantil dejó algunas de sus series y películas más icónicas a inicios de este siglo. Algunas de estas acompañaron a diferentes generaciones en su crecimiento desde la niñez hasta la adolescencia como parte fundamental de su desarrollo.

Los nombres Amanda Bynes y Drake Bell resultarán familiares para aquellos que crecieron formando parte del público de las series de televisión infantiles de los años 2000. Ambos fueron figuras importantes en programas como The Amanda Show y Drake & Josh, series televisadas por el canal estadounidense Nickelodeon, y producidas por Dan Schneider.

Además de haber aparecido en estas series infantiles, Bynes y Bell también comparten historias en los sets de grabación de las mismas, en las que situaciones no aptas para menores de edad también tomaron lugar.

El minidocumental de MAX, Quiet on Set indaga a fondo sobre esto y cubre desde la hostilidad en el ambiente laboral de las series producidas por Dan Schneider, hasta el abuso sexual infantil que ocurría tras la pantalla con algunos de los actores.

Schneider también fue responsable en su momento de series como All That, Zoey 101, iCarly y Victorious, que se transmitieron entre la década de 1990 hasta los años 2010. Ninguna de estas escapó del “ambiente hostil de trabajo” creado por Schneider.

Durante el minidocumental se acusa a Schneider de discriminación de género, racismo, acoso sexual a dos escritoras de la serie All That.

Otros escritores y actores que dan testimonio en el documental de cuatro capítulos acusan al productor de usualmente insertar chistes subidos de tono en sus series, así como obligar a miembros del elenco de estos a darle masajes fuera de cámara a pesar de ser menores de edad, entre otras acusaciones.

Por otro lado, Quiet on Set también revela que miembros del staff de las series que manejaba Schneider, específicamente Jason Michael Handy, Ezel Channel y Brian Peck, fueron condenados a prisión por cometer delitos sexuales que involucraron a menores de edad durante su tiempo trabajando en Nickelodeon.

Una de las víctimas más reconocibles de estos fue Drake Bell, quien por primera vez, en el minidocumental se sinceró acerca del abuso sexual que sufrió a manos de Brian Peck.

Según documentos públicos utilizados para esta producción, el abuso ocurrió por cuatro meses cuando Bell tenía 15 años y Peck 41; el agresor fue arrestado en 2003 y sentenciado en 2004, luego de que el actor infantil le confesara el abuso a su madre.

Por su parte, Jason Michael Handy, quien trabajó como asistente de producción en el set The Amanda Show, también abusó de una actriz infantil llamada ‘Brandi’, que participaba en esta serie. Según relata la madre de ‘Brandi’ en el documental, Handy expuso a su hija a imágenes explícitas enviadas vía email, lo que resultó en su retirada de la actuación y en la denuncia de Handy.

En diarios del agresor, también revelados en Quiet on Set, él mismo se describía como “un pedófilo por completo’. Este fue arrestado en 2004 con una sentencia de seis años por este crimen y volvió a ser juzgado en 2014 por crímenes similares.

¿Solo Nickelodeon?

A pesar de que gracias al minidocumental el foco se ha fijado en esta televisora estadounidense, otros actores infantiles que participaron en producciones de otros canales de televisión han denunciado anteriormente haber sido víctimas de abuso sexual.

Un ejemplo de estos es el caso de Demi Lovato, quien empezó su carrera en Disney con la película Camp Rock y luego consiguió su propio show en el canal: Sunny entre estrellas.

La actriz y ahora cantante alegó en 2021 –durante su miniserie de Youtube Dancing with the Devil: The Art of Starting Over– que había sido víctima de violación mientras trabajaba en Disney Channel.

Según Lovato, “perdió su virginidad en una violación” a los 15 años con uno de los actores que también trabajaba en el canal, sin embargo, no reveló el nombre de su agresor y destacó que ambos siguieron trabajando juntos luego de que abusara sexualmente de ella.

“Mi historia de #MeToo fue decirle a alguien lo que esta otra persona me hizo, pero nunca le sucedió nada (no le llamaron la atención). Nunca lo sacaron de la película en la cual estaba”, dijo la cantante.

Otras exestrellas de Disney que también han hablado públicamente sobre sus historias de abuso mientras trabajaban en la compañía, fueron los actores Jordan Pruitt y Bella Thorne, quienes alegan que fueron sexualmente abusados mientras trabajaban en sus respectivos proyectos.

A raíz de Quiet on Set y las alegaciones de otras víctimas de abuso infantil, diferentes expertos insisten en que trabajar en la industria del entretenimiento en la infancia puede llevar a los niños a sufrir experiencias que atentan contra su bienestar psicológico.

Otros cuestionan a las empresas y consideran que el abuso sexual infantil siempre será un problema en las compañías que utilizan la labor de niños para el entretenimiento o tienen a la infancia como su audiencia principal.

Sin embargo, lo que exigen proyectos como este documental es que la historia no se vuelva a repetir, así como que haya más vigilancia y cuidado de los niños y adolescentes en este tipo de ambientes.

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