Procesiones, ¿cómo se mantiene esta tradición en Panamá?

Actualizado
  • 29/03/2024 00:00
Creado
  • 28/03/2024 20:04
Gracias a la restauración de las iglesias en el corregimiento de San Felipe, el auge de la comunidad católica en Semana Santa se ha visto en los últimos años reviviendo las costumbres de su fe para estas fechas

Para los feligreses alrededor del mundo, la Semana Santa no solo es la remembranza de las etapas que comprenden la Pasión de Cristo. En países como España, Colombia y México, la Iglesia católica ha creado toda una cultura alrededor de esta festividad que incluye flores, velas, momentos de congregación, misas y, por supuesto, procesiones.

Según los apuntes de Fermín Labarga, profesor de historia de la Iglesia en la Universidad de Navarra, España, estas prácticas tienen orígenes europeos que se remontan al siglo XVI, casi a la par con la reforma protestante de Martín Lutero, que causó fracturas en las ideologías sociopolíticas y religiosas a lo largo de los países del viejo continente.

De esta manera, la Iglesia católica tomó la decisión de “exteriorizar la fe” hacia otras latitudes, sobre todo en Hispanoamérica, en donde la monarquía española había adquirido colonias.

Entre el siglo XVI y el XVII, el paso de Semana Santa, las imágenes religiosas que se pasean por las calles de las localidades, se consolidan como un género escultórico propio.

Es por esto que Panamá no es ajena a esta milenaria tradición eclesiástica. Con la influencia de España fueron surgiendo las primeras cofradías que organizaban las procesiones en sus respectivas ciudades, y con el tiempo, más turistas y ciudadanos fuera de la Iglesia católica fueron sumándose a estas costumbres, lo que llevó a que se convirtieran en una “fiesta de interés turístico internacional”.

Para el presidente del Comité de Iglesias del Casco Antiguo, Ricardo Gago Salinero, un punto de inflexión de estas prácticas religiosas en Panamá fue el proceso de reconstrucción de las iglesias del corregimiento San Felipe que se encontraban abandonadas.

“Antes de 2013 solo funcionaba una sola iglesia y todo lo demás estaba prácticamente cerrado”, destacó en una conversación con La Estrella de Panamá.

Esto no solo ha tenido un impacto en las edificaciones, también ha repercutido en la comunidad de feligreses de San Felipe y en la comunidad católica panameña en general. Según Gago, esto se debe a que el trabajo de un grupo reducido por mejorar la imagen de estas iglesias provocó la unión de los creyentes católicos en torno a la celebración de la Semana Santa.

“También hemos logrado a través de todos estos años ir rescatando tradiciones que eran muy comunes en el Casco Antiguo y que por algún motivo fueron desapareciendo, como la fiesta de San Pedro Nolasco, una tradición preciosa que se hace el último domingo de enero y nosotros ya tenemos 11 años de realizarla”, dijo.

En parroquias específicas de San Felipe siempre se ha celebrado la Semana Santa con procesiones, algunas más grandes que otras, pero a partir del proceso de restauración desde 2017 la festividad empezó a ser realizada a nivel de corregimiento con una sola procesión, que sería la del Viernes de Dolores.

Con el paso de los años se han ido agregando más procesiones a la celebración y actualmente hay seis procesiones a lo largo de la Semana Santa. Este año la nueva tradición que se agregó a las procesiones es la del Cristo pobre, que salió el Miércoles Santo.

Esta data de hace 350 años al haberse extendido por diferentes países de América como Perú y Colombia hasta llegar a Panamá. Además, es la segunda costumbre católica de Semana Santa más antigua dentro de la iglesia de La Merced.

El Cristo pobre se caracteriza por su ropa, sandalias y pelucas, todas donadas por los feligreses. Cada año esta imagen tiene un cambio de vestuario; en Panamá tiene 15 vestidos diferentes que se van intercalando año a año.

El presidente del Comité de Iglesias del Casco Antiguo comentó que una de las metas de la organización es lograr hacer siete procesiones, lo que oficializaría la celebración en Panamá, convirtiéndose en un patrimonio y poniendo al país en el mapa como un destino turístico internacional para la misma.

En un esfuerzo para la inclusión de los turistas que se suman a esta celebración, los actos litúrgicos empezaron a realizarse tanto en español como en inglés. Solo el año pasado más de 859.000 personas, entre turistas y panameños, asistieron a las actividades realizadas durante toda la Semana Santa del año pasado.

Las cofradías han tenido un rol importante en el desarrollo de estas celebraciones, así como la reactivación del Casco Antiguo como un lugar apto para las fiestas eclesiásticas, pues son las congregaciones religiosas en las que los devotos de cada iglesia o parroquia pueden tener la oportunidad de incidir en estas actividades.

En Panamá existen actualmente 11 cofradías encargadas de las actividades de Semana Santa en el país.

“Hoy [las cofradías] son un movimiento muy grande, y es maravilloso porque sin ellas, sin esas personas, nosotros (los organizadores) no seríamos nada. Tú puedes tener el anda o la imagen más linda del mundo, pero si no tienes al cofrade, al costalero o el que carga el anda, no tienes nada”, concluyó Gago.

Ricardo Gago Salinero,
Presidente del Comité de Iglesias del Casco Antiguo
Hoy [las cofradías] son un movimiento muy grande, y es maravilloso porque sin ellas, sin esas personas, nosotros (los organizadores) no seríamos nada. Tú puedes tener el anda o la imagen más linda del mundo, pero si no tienes al cofrade, al costalero o el que carga el anda, no tienes nada”
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