Panamá posee la mayor población de águilas harpía en la región

Actualizado
  • 10/11/2022 00:00
Creado
  • 10/11/2022 00:00
Actualmente existen en el país unas 227 parejas. La harpía fue adoptada como ave nacional en 2002 y actualmente se encuentra en la categoría de especie amenazada
El águila harpía en su etapa adulta puede alcanzar hasta los dos metros de envergadura.

Panamá, un país pequeño en extensión, pero con una gran cobertura boscosa, posee la mayor cantidad de águilas harpía (Harpia harpyja) de Centroamérica.

Karla Aparicio, bióloga de la Fundación Naturaleza y Ciencia 507, explicó que según los últimos censos realizados, basados en mapas de cobertura boscosa y núcleos demográficos de la provincia de Darién, el Parque Nacional Chagres y el Bosque Protector de Palo Seco en Bocas del Toro, en ese orden, el país posee la mayor cantidad de especies de águila harpía, cuya población ronda las 227 parejas, “un número bastante aceptable si se toma en cuenta que somos un país pequeño en comparación con vecinos de Sudamérica que poseen extensiones boscosas mucho más grandes”.

El águila harpía tiene un plumaje cambiante a lo largo del cuerpo que va desde su cresta gris, la que a simple vista se asemeja a una corona, pasando por una capa negra sobre la parte superior de sus alas, cuello y cola, característica que la hace aún más vulnerable.

La experta manifestó que esta ave en su etapa adulta podría alcanzar hasta los dos metros de envergadura. Está protegida por la leyes nacionales y con el más alto grado de protección que da la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites).

Es un ave que tiene un periodo de vida de unos 40 años.

El biólogo José Vargas, hoy director de Proyectos de la Fundación Aves Rapaces y Bosques de Panamá, mencionó que siente mucha satisfacción de que Panamá hoy posea la mayor población de águilas harpía de toda Centroamérica, un trabajo que venían investigando desde hace dos décadas.

“La región del Pacífico de Darién que comprende las áreas del río Zambú y el río Balsa posee la población más grande de águilas harpía de América Central, localizada y confirmada a través de un monitoreo permanente desde el año 2000”, señala el biólogo panameño.

“Pese a que está presente en toda América Latina, Panamá la adoptó como ave nacional en 2002 según Ley 18 del 10 de abril de 2002, siendo el único país del continente que la incorpora como símbolo patrio. De hecho, corona el escudo de armas del país”, explicó Aparicio.

En otros países, como Colombia, esta águila es símbolo de la Fuerza Aérea, mientras que en Ecuador es símbolo de biodiversidad. Además, se encuentra en una de las caras del billete venezolano de 10 bolívares.

Para Aparicio, el águila harpía es un ave especial a la que los panameños “debemos respeto y admiración por ser el único país de la región de América Latina que la ha escogido como ave nacional”.

La acción ciudadana es vital

De acuerdo con Vargas, falta mucho por conocer sobre el patrón reproductivo de la especie y cada día se descubren pistas y hallazgos valiosos para su estudio y conservación. Sin embargo, para alcanzar este propósito es crucial la participación ciudadana.

Durante el proceso de investigación, según Vargas, se han desarrollado programas de capacitación a líderes comunitarios y de apoyo a las comunidades de Río Camarón, Cémaco, Taimatí y los pueblos del río Sambú dentro de Darién, para que se empoderen como custodios del bosque a fin de evitar la deforestación asociada a la producción agropecuaria, extracción de madera, y así poder conservar la especie.

“Para ello se han creado organizaciones de base comunitaria como mecanismo para dotarlas de herramientas y apoyarlas en la educación de jóvenes, y empoderando a mujeres y niños”, comenta el biólogo.

Esta águila, según los expertos puede vivir hasta los 40 años. “Desde muy alto puede visualizar su presa (perezoso, zarigüeya y mono), lo que la convierte en una gran depredadora. Los árboles que mayormente utilizan estas aves para su anidación son el cuipo, el frijolillo y la ceiba.

Aparicio asegura que el país ha hecho un buen trabajo con el águila harpía, aspecto que respalda Erick Núñez, jefe de la Sección de Biodiversidad de la Dirección de Áreas Protegidas y Biodiversidad del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) quien aseguró que en los últimos cuatro años no se han reportado águilas con heridas o caza ilegal, una señal positiva si se toma en consideración que años atrás era usual el reporte de estos casos.

Los expertos invitan a la población a que ayude a conservar el águila, puesto que tiene un gran valor para el país y el medioambiente.

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