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- 13/11/2014 17:14
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El módulo Philae recibe pocas horas de luz solar para cargar sus paneles con energía suficiente para continuar en los próximos días las pruebas científicas que lleva a cabo, informó hoy la ESA.
El Philae, que mantiene sin problemas la comunicación con su nave madre Rosetta en las horas que ésta tiene visibilidad, ya ha enviado las primeras imágenes del cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko, realizadas sobre su superficie después del aterrizaje.
De momento, la Agencia Espacial Europea (ESA) desconoce la posición exacta del Philae pero prevé que la cámara de alta resolución que tiene la nave Rosetta lo pueda descubrir en las próximas horas.
La ESA esperaba que el Philae tuviera entre 6 y 7 horas de luz solar al día pero sólo recibe hora y media, dijo a Efe el jefe del Departamento de Ingeniería de Sistemas de Tierra de la agencia, Juan Miró.
El módulo, apoyado en la superficie con dos de sus patas y con la tercera en el aire, lleva una batería que le da autonomía energética hasta dos días y después lo que le queda de vida depende de los paneles solares.
Se encuentra estable tras un complejo e histórico aterrizaje sobre el cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko, donde huele a huevo podrido, establo, almendras amargas y alcohol por la combinación de gases que emite.
El jefe de Vuelo de la ESA, Paolo Ferri, prevé que el Philae podrá permanecer estable sobre el cometa y descartó que vaya a rebotar de nuevo.
La superficie del cometa es oscura, seca y polvorienta y contiene una química compleja.
El Philae aterrizó sobre el cometa y luego botó al no activarse los arpones, debido a la falta de gravedad, que en el cometa es 100.000 veces menor que en la Tierra.
El módulo tocó la superficie del cometa a las 15.33 horas GMT y botó un kilómetro de distancia en un espacio de una hora y cincuenta minutos, después volvió a tocar la superficie y rebotó unos centímetros en siete minutos.
En la maniobra de aterrizaje, dos arpones con los que el Philae tenía que engancharse a la superficie del cometa no se activaron y un sistema para estampar el módulo sobre el cometa tampoco funcionó.
Se trata del Sistema Activo de Descenso, un depósito de gas frío a mucha presión, situado en la parte superior del Philae, que tenía que salir hacia arriba y presionar al módulo hacia el suelo.
No obstante, este sistema no era crítico, realmente se diseñó por si el Philae aterrizaba en otro cometa más pequeño, según Miró, que es también subdirector del centro de control de operaciones de la ESA en Darmstadt (Alemania).
El cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko debe su nombre a los astrónomos ucranianos Klim Churyumov y Svetlana Gerasimenko, que lo descubrieron en 1969.
Se encuentra en una órbita elíptica de 6,5 años, su mayor acercamiento al Sol se produce entre las órbitas de la Tierra y Marte y el mayor alejamiento, más allá de la órbita de Júpiter.
La sonda madre Rosetta lanzó ayer el módulo Philae sobre el cometa cuando se encontraba todavía a una distancia de 22 kilómetros.
El pequeño laboratorio, del tamaño de un frigorífico y 98 kilogramos de peso, aterrizó siete horas después sobre el cometa para estudiar su composición porque los cometas son los cuerpos celestes más antiguos del Universo y se considera que pudieron haber traído el agua y la vida a la Tierra en el momento de la gran explosión.
El Philae se comunica a través de la Rosetta y todas las señales que mandan las dos naves llegan a la Tierra 28 minutos después, porque viajan a la velocidad de la luz y se encuentran a una distancia de 511 millones de kilómetros.
Todas las correcciones de las maniobras se producen más o menos con una hora de posterioridad, porque la señal desde el centro de control de operaciones de la ESA en Darmstadt también tarda en llegar a las naves otros 28 minutos.
La Rosetta, que acompañará al cometa hasta el final del año próximo cuando ser acerque al Sol, proporciona el 80 por ciento de los datos científicos y el Philae cubrirá el 20 por ciento restante.
Por ejemplo, la Rosetta ya ha detectado que el cometa emite vapor de agua: en julio, cuando el cometa se encontraba a 583 millones de kilómetros, dos vasos pequeños de agua por segundo y en septiembre aumentó hasta un litro por segundo.