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Latinoamérica sobresale por su labor en el rescate del medioambiente
- 17/12/2022 00:00
- 17/12/2022 00:00
La pérdida de biodiversidad es una situación que aqueja a Latinoamérica. De acuerdo con el reporte 'Planeta Vivo 2022' del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), en América Latina se genera el mayor declive de abundancia poblacional media, así como el 83% del descenso global de animales de agua dulce debido a los efectos del cambio climático y la sobreexplotación de especies.
En el mismo informe se reporta que hay una pérdida de 17% de los bosques en la región debido al aumento de la deforestación que está llegando al punto de no retorno, especialmente en el área de la Amazonía de Brasil.
Por otro lado, Panamá y el resto de la región de América Central se encuentran entre las zonas de alta prioridad para mitigación de riesgo para todas las especies taxonómicas.
Ante esta realidad, diferentes iniciativas que tienen como fin preservar el medioambiente han surgido en Latinoamérica.
El pasado martes, dos de estas obtuvieron reconocimiento en la Conferencia de Biodiversidad de las Naciones Unidas (COP15) de Canadá de este año, que se seguirá desarrollando hasta el próximo lunes, en el cual uno de los temas de conversación con más relevancia es dar solución al deterioro de la diversidad biológica de América Latina.
Diferentes organizaciones expertas en contextos ecológicos y socioeconómicos de Brasil, Argentina y Uruguay colaboran para el rescate forestal del bosque atlántico con el pacto por la Restauración del Bosque Atlántico y la Red Trinacional de Restauración del Bosque Atlántico.
Estos tres países tienen el mismo objetivo en mente: restaurar 15 millones de hectáreas, de esta área tan importante de la ecorregión sudamericana para 2050.
El bosque atlántico de América del Sur es hogar de 148 millones de personas, además es una de las áreas más ricas del planeta en cuanto a biodiversidad y albergue de especies emblemáticas como el jaguar, el tucán y el perezoso.
En esta área se encuentran el 7% de las plantas y el 5% de los animales de la Tierra, siendo muchas de estas especies endémicas, característica única de esta ecorregión.
Sin embargo, el bosque atlántico también es una de las zonas más amenazadas del mundo, y actualmente solo se mantiene intacto el 12% del bosque original en fragmentos separados uno del otro, debido a la incidencia de la población humana.
“Este reconocimiento de la ONU es una puerta a nuevas oportunidades que permiten impulsar la restauración del bosque atlántico y generar más beneficios. Es a través de esta construcción multinstitucional y aliada a varias organizaciones que hemos logrado importantes avances en los últimos años”, destacó Lucía Lazzari, coordinadora de paisajes terrestres en la Fundación Vida Silvestre Argentina, una de las organizaciones que colabora en el pacto por la Restauración del Bosque Atlántico.
La segunda iniciativa latinoamericana reconocida por las Naciones Unidas es la reconstrucción del corredor seco centroamericano.
Esta es un área de 600 km de largo y de 100 a 400 km de ancho. Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras son los países del proyecto que intenta rescatar los recursos agrícolas de la zona para construir la biodiversidad que poco a poco ha ido perdiendo.
El 60% de la población que reside en esas áreas vive en pobreza, esto incide en la falta de seguridad alimentaria, la deforestación y el acceso a recursos básicos como el agua.
Incrementar la fertilidad del suelo y la disponibilidad del agua, así como restaurar 100.000 hectáreas para 2030 son algunos de los objetivos de esta actividad. También se espera que esta iniciativa cree al menos 5.000 empleos permanentes para ese entonces.
Otros proyectos que también fueron reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas son: la restauración marina en Abu Dhabi; la gran muralla verde en Burkina Faso y el Níger; la regeneración del río Ganges en India; la restauración de las montañas en Rwanda y Uganda; la restauración de sistemas únicos en las Comoras, Santa Lucía y Vanuatu; la iniciativa de conservación de Altyn Dala en Kazajstán; la construcción de estructuras naturales para proteger los manglares en Java, Indonesia; y la iniciativa Shan-Shui, que combina 75 proyectos en China.