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Hacer jabón para darle segunda vida al aceite de cocina
- 07/06/2023 00:00
- 07/06/2023 00:00
El aceite de cocina usado es uno de los desperdicios más contaminantes para el medio ambiente. Frente a esta situación, la Organización Panameña para la Vida y el Ambiente (Opava) realiza charlas formativas para enseñar a las personas a darle una segunda vida al aceite que normalmente es botado.
“Algunos estudios indican que un litro de aceite puede contaminar 1.000 litros de agua, otros estudios te hablan de un poco más, pero en general se enmarca en esa cifra. También contamina el suelo porque elimina una cantidad de agentes y microorganismos”, explicó Euribiades González, vicepresidente de Opava.
Normalmente las personas vierten el residuo en el patio de la casa, en el fregadero y en el inodoro, lo que genera un problema en las cañerías. El jabón a base de aceite de cocina reciclado es una herramienta que te permite gestionar una sustancia que normalmente no se tenía ni idea qué hacer con ella, detalló González durante una entrevista con La Estrella de Panamá.
Los cambios que se generen para el cuidado del medio ambiente son un asunto de todos, remarcó el vicepresidente de Opava. Si las personas no pueden reciclarlo, pueden llevarlo a centros donde utilicen el aceite para la producción de biodiésel.
“Con esto aportas para la conservación del planeta, eso es algo que debe ser fundamental en la vida de todas las personas: aportar en las distintas formas que permitan sustentar la vida”, recalcó.
Opava nace con esta misión, generar cambios que puedan servir como un paliativo a la problemática. “Pensamos que se pueden hacer más cosas más allá de lo que pueda hacer el gobierno”, agregó.
La organización nace de conversaciones entre el presidente actual de la asociación, Jorge Santos y Euribiades González durante los inicios de la pandemia de la covid-19, en 2020.
Se empalmaron varias ideas, añadió. Jorge Santos había estado en la cárcel La Joyita y durante su estancia desarrolló el vivero 'Sembrando paz', un proyecto en donde los reclusos tenían que crear su propio vivero.
Tras la salida de Santos del centro penitenciario, decidió seguir desarrollando programas sociales y ambientales que sirvieran de plataformas para socializar e incorporar los reos a la sociedad.
“En Opava iniciamos como primer proyecto el hacer jabones a base de aceite de cocina usado (...) Además, en ese momento teníamos el tema de la pandemia, había que incentivar el lavado frecuente de manos. Se unían estos dos puntos: qué hacer con este desecho y al mismo tiempo que ayudara con el tema del coronavirus. Así es como se inicia esto”.
En la primera etapa del proyecto, comentó, se hicieron donaciones de jabones a diferentes comunidades que estaban “fuertemente afectadas” en comunidades de escasos recursos, principalmente de la provincia de Chiriquí.
Posteriormente se efectuaron charlas didácticas en las escuelas y comunidades sobre cómo hacer jabones en barra y líquido para el lavado de manos, ropa o fregar. “El cuerpo es un poco diferente porque las pieles tienen diferentes tipos de PH, ahí es un poco diferente el uso del jabón a base de aceite de cocina”.
Para la elaboración de los jabones se requieren tres principales ingredientes: agua, hidróxido de sodio y aceite de cocina usado. Se recomienda utilizar guantes, mascarilla y gafas. “Cuando se mezcla el hidróxido con el agua se liberan unos gases; hay algunas personas a las que no les afecta, pero a otras tal vez sí”, dijo.
“Hemos ido a Chiriquí, Bocas del Toro, Veraguas, Coclé, Panamá Oeste, Panamá, Darién”, resaltó.
En los talleres se explica cómo hacerlos desde el principio hasta terminar los jabones. Además, actualmente confeccionan con los moradores de las comunidades, velas a base de aceite de cocina.
“Hay gente más interesada en el jabón porque es una ayuda para la economía y a la vez lo ven como una forma de hacer negocio; además se invierte poco, se usan envases de todo tipo, lo que se tenga a mano. Mientras que en otras comunidades prefieren hacer velas porque no hay luz eléctrica”.
La Organización Panameña para la Vida y el Ambiente desarrolla el proyecto de recuperación del cerro La Cruz, ubicado en Los Andes N° 2, San Miguelito. “En un futuro buscamos que se convierta en un parque forestal”.
Quienes participan son los integrantes de la sociedad y diferentes entes, como la Dirección General del Sistema Penitenciario. A través de la entidad, los reos participan en la eliminación de uno de los principales “enemigos”: la paja canalera, señaló.
Cada 15 días, estudiantes de la Universidad Tecnológica de Panamá acuden al lugar para recuperar la zona. “Se han hecho varios senderos, como el Manguito o La Cruz”.
La comunidad se une para hacer este proyecto, así como personas que no residen en él. “Se busca que sea un lugar de recreación familiar”.